Chocolate | Wandanat

43. Al menos lo intentaré

Abrió la puerta de alguna manera algo tosca, entró y buscó a la terapeuta con la vista, Mónica alzó la mirada de su escritorio.

– ¡Wanda! – Sonrió la terapeuta – ¿Qué haces aquí? Aún es temprano – Vio su reloj notando que aún faltaban unos minutos para su sesión

– Hola – Saludó con nervios – La verdad ya no pienso que la terapia con Natasha sea una buena idea – Se apresuró a decir

– ¿Por qué? – Preguntó confundida – Si desde hace semanas estás que me preguntas cuando podrían hacer la terapia juntas

– ¿Natasha también lo hace? – Emitió impaciente

– Wanda, siéntate, por favor y respira profundamente – La pelirroja hizo lo que le indicaban sintiéndose un poco menos ansiosa mientras jugaba con sus manos – No puedo decirte lo que Natasha me dice en sus sesiones

– No te pido que me cuentes todo, solo si también quiere esto o no – Se cruzó de brazos

– Wanda, no puedo responderte esto, pero si gustas puedes preguntárselo al empezar

– ¿Y me darás una señal si miente?

Mónica rio levemente negando – Así no funciona, yo no estoy para regañarlas si se mienten, yo solo intervendré si ahondan mucho en lo mismo o no quieren hablar o empiezan a discutir, no haré más que eso – Wanda tenía una expresión facial confusa, no sabía realmente si quería o no hablar con Natasha – ¿Por qué hoy cambiaste de parecer?

– Porque... porque no quiero decirlo todo y que ella se calle algunas cosas – Respondió con la mirada agachada

– Pero no puedes controlar lo que diga, yo tampoco, si quiere decir algo o no, ya quedará en ella – Intentó tranquilizarla con sus palabras, pero solo la veía más nerviosa

La puerta del consultorio sonó, Wanda sintió pánico de inmediato.

– Pasa – Emitió la terapeuta algo alto

La puerta se abrió y dejó ver a Natasha – Buenas tardes, Mónica, tuve que ir a dejar a Zaria con su papá, pero ya llegué, Wanda seguro estará aquí en unos minutos – Decía entrando al lugar – Oh, llegaste antes – Le sonrió a la pelirroja

– Hola, Natasha – Intentó sonreír Wanda

– Hola – Se sentó al lado suyo y besó su mejilla

– Bien, si están de acuerdo, podemos empezar – Emitió Mónica buscando el archivo de ellas

– ¿En serio quieres hacer esto? – Preguntó Wanda viendo a la rubia con duda

– Sí – Respondió segura y tranquila – La verdad estaba esperando a que por fin podamos hablar, creo que nos hará bien después de todo – Se encogió de hombros

– Tienes razón – Sonrió sintiéndose mejor por la respuesta de Natasha

– ¿Cómo les ha estado yendo en su primera semana con Zaria?

– Muy bien – Wanda se apresuró a contestar – Lo más importante es que ella está tranquila, en serio le gusta que estemos las tres viviendo en el mismo lugar como antes – La rubia asentía a todo lo que escuchaba

– ¿Cómo se están llevando entre ustedes cuando su hija no está presente?

– Normal – Natasha se encogió de hombros – Nosotras hablamos lo necesario, a veces tomamos té en la noche cuando Zaria ya está dormida, pero todo ha sido muy tranquilo, no discutimos ni nada parecido

– ¿Están volviendo a construir una amistad?

– No lo sé – Respondió la rubia viendo a Wanda – No nos contamos todo lo que pasa en nuestras vidas o en el trabajo, solo hablamos de cosas sin relevancia la verdad