38. No quiero volver a herirte

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Habían llegado lo más rápido que pudieron a ese lugar, estaban en la sala de espera, era horrible el sentimiento que tenían, Wanda se aferraba con sus brazos a Natasha quien le daba palabras de aliento y besaba su cabello con cariño, la tenía cerca a su pecho, había tomado su abrigo y se lo había puesto en las piernas a la pelirroja, para que no se enfríe mientras esperaban, porque claramente ninguna se quería ir de ahí.

– ¿Sabes por qué odio los hospitales? – Escuchó la voz apagada de Wanda, alzó su rostro lleno de lágrimas en dirección a la rubia quien solo la vio y negó levemente – Porque siempre que iba a un hospital alguien moría – Sollozó mientras Natasha volvía a consolarla

– No pasará esta vez, ya verás que todo saldrá bien – Le dejó otro beso en la coronilla

– Eso no lo sabes – Se quejó escondiendo su rostro en el cuello de Natasha

– No, pero quiero tener fe en que todo será así – Tomó la mano de ella dándole un beso en el dorso – Vamos a pensar positivo juntas ¿Okay?

La pelirroja asintió abrazándose más a Natasha sintiéndose segura de que con ella a su lado podría enfrentar cualquier cosa.

– ¡Mamá! ¡Mami! – Escuchó Wanda atrás suyo, frunció el ceño no creyendo reconocer esa dulce vocecita

– ¡Mi corazón! – Sonrió levemente limpiando sus lágrimas y tomando a su pequeña en brazos – ¿Qué haces aquí?

– Zazi – Natasha sintió su ánimo reestablecido por un segundo acariciando la mejilla de su hija – ¿Qué hace aquí? – Preguntó viendo a su hermana que se aproximaba a ellas con agotamiento

– Zaria escuchó lo que me dijiste por teléfono porque lo tenía en altavoz – Explicó Yelena intentando respirar correctamente, correr detrás de una niña de tres años era un reto – No paró de gritar y llorar para que la traiga

– ¿Papá ya está bien? Quiero verlo – Mencionó la pequeña queriendo bajar del regazo de su mamá

– No, mi corazón, él está... – Wanda de solo pensar en lo que había pasado sentía ganas de llorar de nuevo, pero respiró profundamente para intentar aparentar fortaleza en frente de su hija – Ahora los doctores están con tu papá para aliviarlo, no sabemos cuanto vaya a tardar, solo tenemos que esperar por ahora

– También vine para que no estén tristes – Les dijo tomando las manos de sus mamás – No me gusta que estén tristes, menos hoy que mami dijo que tendrá buenas noticias – Asintió con una sonrisa

Natasha la vio con confusión, mientras Wanda se hacía la desentendida abrazándose a su pequeña y dejándole muchos besos en la mejilla.

– Te adoro, mi corazón – Emitió la pelirroja

– Yo igual, pero mami me estás aplastando – Se quejó la pequeña

– Lo siento, cariño – Se disculpó Wanda controlando su fuerza

– Zazi – La llamó Natasha – Vamos a esperar muchas horas aquí, no puedes quedarte toda la noche en el hospital con nosotras – Acarició la mejilla de su hija – Así que en unos minutos vas a volver con Yelena a la casa ¿De acuerdo?

– Okay – Asintió la pequeña con obediencia – Voy a hacerle un dibujo a papá para que se lo den cuando lo vean – Habló emocionada acercándose a un costado de la sala de espera donde habían muchos colores y juguetes para niños

Wanda sonrió volviendo a abrazarse a Natasha – Eso lo sacó de ti – Le susurró en el oído

– ¿Qué cosa? – Preguntó después de haberse quedado hipnotizada viendo a su hija

Chocolate | WandanatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora