Me encendí un cigarro de camino a casa. En casa de Steve no lo hice porqué me dijo que lo estaba dejando, así que preferí no tentarle. Sí bien ahora fumo mucho menos que antes, en algunas situaciones me hace falta un cigarrillo.
Esta era una de esas situaciones. No era en absoluto por haber mantenido relaciones sexuales con mi ex, puesto que las cosas las dejamos claras desde el inicio, era por todas las cosas paranormales que me acababa de contar.
Había muchísimas cosas que procesar mientras iba caminando hacia casa y dándole caladas a mi cigarro. Primero de todo el hecho de que no pudieran contar nada porque los federales los tenían amenazados. Después estaba el hecho de que un monstruo, o lo que ellos llamaban demogorgon, acechara Hawkins hasta el punto de secuestrar a un niño y matar a una adolescente inocente.
Y, como guinda del pastel, resultaba que del laboratorio de Hawkins había salido una niña con súper poderes. Se había hecho amiga de Mike y los demás, ayudándoles a matar a los otros monstruos y que ahora estaba en paradero desconocido.
La verdad, no me extrañaba que no me hubieran contado nada. Primero por el peligro que todo eso conllevaba y, segundo, porque era una historia que parecía sacada de una película de ciencia ficción. Seguramente pensaron que no me lo creería y razón no les faltaba. Era una historia realmente difícil de creer, pero sabía que ni Steve, ni Nancy ni Jonathan se podrían poner de acuerdo para contar una situación tan enrevesada.
Sin darme cuenta ya estaba delante del portal de mi casa, tiré el cigarro y apagué la colilla con mis botas. Mis padres no estaban en casa todavía, hoy tenían turno doble así que estarían toda la noche en el hospital. No tenía mucha hambre, por lo que me quedé sentada en las escaleras que subían hasta el portal de mi casa y me encendí otro cigarro.
Cerré los ojos para descansar la vista mientras me fumaba el cigarrillo. Siempre me había relajado escuchar el aire pasando entre las hojas de los árboles ya que nunca había mucho ruido por la calle a esas horas.
El silencio y el silbido del viento fue interrumpido estrepitosamente por el derrape de las ruedas de un coche y el estruendo que este hizo al frenar. Sólo conocía una persona por la zona que condujera de esa manera: Billy. Demasiado bonita había sido la tarde como para que fuera verdad.
Observé como el rubio de ojos azules bajaba del Camaro azul y cerraba la puerta del conductor tras de sí para venir directamente hasta dónde estaba yo. No apartó su mirada de mi mientras se iba aproximando, sin decir ni media palabra. Sin más, se sentó a mi lado mientras seguía sin decir ni pío.
— ¿Se te ha perdido algo por aquí, William? —resoplé molesta por su extraña actitud mientras le daba otra calada al cigarro.
— ¿No me vas a invitar a un pitillo? —espetó sin tan siquiera mirarme.
— Bfff —puse los ojos en blanco ante la estupidez de esa pregunta— ¿En serio quieres que crea que has venido hasta aquí solo para fumarte un cigarro? Qué quieres Billy.
— No quiero nada, Cenicienta. Puede que simplemente si quiera un cigarro y, mira por donde, tú tienes —al fin me miró—. Parece que al menos tenemos eso en común —volvió a reír de esa manera tan altiva que solamente él tiene.
— Ten —saqué un cigarro de la cajetilla y se lo di—. Si no te importa, me gustaría disfrutar un rato de estar a solas. Así que si puedes irte por donde has venido, me harías un favor.
— ¿Segura? —sujetó el cigarro entre sus labios y lo encendió manteniendo el semblante serio—. Me gusta esa sudadera, ¿de donde la has sacado?

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Object of my desire | Billy Hargrove (TERMINADA)
FanfictionDespués de estar dos años fuera por motivos de trabajo de sus padres, Isabella volvió a Hawkins y recuperó su amistad con los antiguos compañeros de instituto. También había caras nuevas, como la de Billy Hargrove. Nunca había conocido a nadie al qu...