010 - Se ha ido de las manos

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— ¿Ahora resulta que también te van las tías? - una voz masculina y grave se escuchó detrás de nosotras. Que puto infierno era ese hombre, por favor.

— ¿No te cansas, William? —me giré para mirarle con todo el odio posible— ¿Te ha sabido a poco el manotazo que te he dado que vienes a por más o qué? —me puse en pie a la vez que Nancy dándole la espalda.

— La verdad es que me ha puesto bastante cachondo en realidad —agarró de la muñeca para detenerme.

— Suéltame Billy, ya hablamos todo lo que teníamos que hablar. Y deberías hacértelo mirar si eso te ha puesto cachondo —zarandeé bruscamente mi brazo para soltarme de su agarre—. Tú me odias y yo te odio. No sé que haces persiguiéndome si decías que no querías llamar mi atención creo que no terminas de entender cómo se hace eso.

— No te emociones, preciosa —sonrió con cinismo—. Solo pasaba por aquí para venir a fumar y te he encontrado de casualidad.

— Pues aunque me encuentres, no tienes porqué dirigirme la palabra. Simplemente ignorame —le miré con exasperación—. Y menos si es para decir estupideces. Apártate de mi visa —agarré a Nancy del brazo para salir de allí. 

— Hasta la vista, Cenicienta —me giré y vi como se encendía un cigarro mientras se dirigía en dirección opuesta a la nuestra.

Nancy y yo seguimos caminando en dirección al interior del instituto. Nancy se fue hacia su taquilla y yo hacia la mía; acordamos en vernos en cinco minutos delante de los baños del piso de arriba para ir juntas a la siguiente clase ya que nos tocaba la misma asignatura. Cogí los libros rápidamente y subí las escaleras en dirección al baño; Nancy ya estaba allí.

— ¿Me vas a contar qué te traes con Hargrove, Cenicienta? —Nancy me miró burlona.

— No te rías Nancy, ese hombre es una puta pesadilla —me metí al baño—. Desde que he llegado no ha dejado de perseguirme. Parece mi maldita sombra.

— Pues no parece que se haya cansado de perseguirte en absoluto —dijo viniendo detrás de mí.

— Y no lo entiendo. Ya lo he rechazado no sé cuántas veces. Ayer incluso tuvimos palabras más altas que las otras —me lavé las manos a la vez que Nancy—. Incluso me dijo que me aborrecía y que estaba perdiendo el interés en mí. Así que no sé qué hace apareciendo en mi busca a cada rato.

— Isabella... Ya sabes lo que dicen: del dicho al hecho hay un trecho —Nancy me miró seria

—No entiendo a dónde quieres llegar con eso —arqueé una ceja.

— Es simple —se encogió de hombros—. Dudo mucho que te aborrezca que Billy te aborrezca. Solo quiere conseguir su premio a cualquier coste, eres la única chica a la que se ha insinuado que se le ha resistido tanto tiempo. Y está usando cualquier técnica para intentar llamar tu atención. Seguro que piensa que si te dice que ya no le interesas, ahí será cuando tú te intereses en el.

— Pues el pobre va muy enquivocado. Lo único que quiero es que se esfume de mi camino —resoplé.

— No entiendo como te puedes resistir —Carol salió de uno de los aseos—. Con lo pringada que eres, que el tío más bueno del instituto esté metiéndote ficha es algo que no te creerías ni en sueños. Deberías estar agradecida en lugar de rechazarlo.

— ¿Sabe Tommy que estás celosa de que Billy me haga caso a mí y no a ti? —la miré a través del espejo.

— No estoy celosa. Y lo que yo haga con Tommy no es de tu incumbencia —frunció el ceño—. Sólo que no entiendo cómo le rechazas. Yo y cualquiera estaríamos con él sin rechistar, aunque solo fuera una noche. ¿Acaso estás ciega o algo para no ver lo bueno que está?

Object of my desire | Billy Hargrove (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora