Isabella White nació y creció en Hawkins, en una familia de clase media acomodada. Sus padres eran doctores en el hospital del citado pueblo, siendo Isabella su única hija. Era una chica esbelta, de cabello castaño ondulado y unos bonitos ojos miel.
En el instituto era una chica más bien promedio, es decir, no era de las más populares ni sufría ninguna clase de marginación. Muy amiga de sus amigos, algo reservada pero con un fuerte carácter escondido esperando a aparecer en el momento menos pensado.
Isabella simplemente estaba allí y, como la mayoría de adolescentes, intentaban sobrevivir a esos horrorosos años de instituto hasta cumplir los 18 y, al fin, poder ir a la universidad. Y, por este último motivo, era por el cual intentaba sacar las mejores notas posibles; Isabella tenía claro que quería ser doctora como sus padres y eso requería un esfuerzo.
Una de sus mejores amigas desde prácticamente la infancia fue Nancy Wheeler. También estaba muy unida a Jonathan Byers y a su hermano pequeño Will; y aunque sabía que lo tachaban de bicho raro, ella nunca se separó del mayor de los Byers. Y, a pesar de no ser una chica popular, Isabella se abrió paso hasta el corazón de Steve Harrington, el chico más popular del instituto de Hawkins.
Aunque por desgracia, todo lo bueno se acaba. Steve e Isabella tuvieron que dejar su relación puesto que esta última tuvo que mudarse a otra ciudad a miles de kilómetros a causa del traslado de sus padres a otro hospital. A la tierna edad de 15 años es imposible mantener una relación a distancia, así que ambos acordaron que sería mejor romper la relación. Aún así, decidieron mantener su amistad, ya que eso era más fácil que mantener una relación amorosa.
Pasó dos años fuera, empezando en un instituto nuevo con gente totalmente nueva. Por lo tanto, a Isabella no le quedó más remedio que dejar atrás su timidez y sacar su carácter si quería sobrevivir esos dos años en el nuevo instituto.
Ahora, dos años después, sus padres volvían a tener el mismo puesto que antes en el hospital de Hawkins y, por tanto, regresaban al pueblo donde Isabella nació y creció. Aunque, lógicamente, ella ya no era la misma que hacía dos años; ahora ya tenía casi 18 años y se había convertido en toda una mujer, con carácter y más envalentonada.
Pero hay cosas que no cambian y seguía siendo la chica dulce, tierna y leal a sus amigos que había sido siempre. Por eso precisamente estaba terriblemente muerta de emoción de recuperar esas amistades que había dejado atrás hacía dos años.
Aunque, como en toda historia, no es todo de color de rosa. A pesar de esa ilusión que sentía de volver a reencontrarse con esas viejas amistades, había algo que le reconcomía por dentro. En el último año, de la noche a la mañana; Steve, Nancy y Jonathan prácticamente desaparecieron del mapa.
Se comportaban de manera extraña las pocas veces que conseguía hablar con ellos y ni de que hablar de que nunca le respondían a sus cartas. Así que una de las primeras cosas que quería hacer al llegar era descubrir a qué se debía ese comportamiento. Pero hay cosas que es mejor no descubrir, y menos si se trata de monstruos asesinos de otra dimensión.
Pero eso no iba a ser lo único a lo que iba a tener que enfrentarse. Una nueva familia también se mudaría a Hawkins a penas unos días antes de su regreso, en la cual había los hermanastros Billy Hargrove y Max Mayfield.
Isabella no sabía que ese chico de rizos dorados y ojos azules, con una perfecta y musculada figura; iba a convertirse en uno de sus mayores de cabeza desde el momento en que sus vidas se cruzaran.
Billy era un joven narcisista, egocéntrico y malhumorado; con tendencias demasiado agresivas. Buscaba ser continuamente el centro de atención y, como estaba claro, se convertiría en el chico más popular del instituto nada más poner un pie en él.
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Object of my desire | Billy Hargrove (TERMINADA)
FanficDespués de estar dos años fuera por motivos de trabajo de sus padres, Isabella volvió a Hawkins y recuperó su amistad con los antiguos compañeros de instituto. También había caras nuevas, como la de Billy Hargrove. Nunca había conocido a nadie al qu...