024 - El Mindflyer

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El domingo por la mañana, cuando me levanté, lo primero que hice fue tomarme una aspirina para la resaca. A pesar de que llegué bien a casa y la borrachera se me pasó rápido, el dolor de cabeza provocado por el exceso de alcohol me estaba pasando factura.

Antes de bajar a comer algo; me vestí con ropa cómoda, me lavé la cara y me peiné un poco para que mis padres no notaran que la noche anterior me había excedido. Evidentemente, más sabe el diablo por viejo que por diablo, se percataron en seguida de mi estado y me dieron una pequeña regañina.

El resto de la comida cambiamos de tema y hablamos de otras cosas como del trabajo de mis padres. Últimamente en el hospital tenían a muchos pacientes con quemaduras y heridas profundas, como si les hubiera mordido algún tipo de animal grande. Estaba casi segura que tenía algo que ver con el laboratorio y los demogorgons.

Mis padres tenían turno doble en el hospital, por lo que hasta el lunes noche seguramente no les volvería a ver, así que me quedé charlando con ellos hasta que se fueron. Cuando se marcharon, pensé en no hacer nada en lo que quedaba de tarde, pero la imagen de Billy volvió a aparecer en mi mente. No podía seguir así. Me decidí y pensé cuanto antes fuese a hablar con él para aclarar las cosas, mejor.

Me cambié poniéndome ropa más presentable, salí y me embarqué en mi coche en dirección a casa de Billy. Iba sumergida en mis pensamientos, en cómo iba a entablar esa conversación; cuando algo me sorprendió. Por el mino me encontré a Steve con Dustin, juntos.

Aunque lo más raro de todo fue que Steve llevaba una mochila con un bate de béisbol lleno de clavos a su espalda. Como era evidente, aparqué el coche y me acerqué corriendo a ellos para descubrir qué se traían entre manos.

 Como era evidente, aparqué el coche y me acerqué corriendo a ellos para descubrir qué se traían entre manos

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— ¡Oye! ¡Vosotros dos! —me faltaba el aliento de correr hasta ellos. Cuando estuve a su lado apoyé las manos en mis rodillas para recuperar el aire— ¿Qué se supone que estáis haciendo?

— Es un código rojo. Nadie me ha respondido y, al encontrarme con Steve, le he pedido que me ayude —respondió Dustin muy serio—. Estamos intentando cazar a Dart.

— A ver, a ver... ¿Dart? —me incorporé y miré extrañada a la extraña pareja, valga la redundancia— ¿Quién o qué es Dart?

— Un demoperro —respondió Steve, más serio todavía que Dustin—. Es peligroso Isabella. Mejor vete y mantente a salvo, no quiero que te pase nada —le miré con enfado. ¿Primero me lo ocultaron todo y ahora querían mantenerme al margen? Pues no me daba la gana.

— Pero Steve, necesitamos ayuda —replicó Dustin—. Además, que por lo que nos ha dicho Max, Isabella mola mucho. Es la única que se enfrenta al idiota de su hermano. Seguro que se puede enfrentar a un demoperro.

— No, ni hablar —Steve puso un brazo en su cintura y con el otro me señaló amenazante con su dedo índice—. Vete a tu casa ahora, Bella.

— No, ni hablar —me puse al lado de Dustin y le pasé un brazo por el hombro—. Dustin ha sido el que ha pedido ayuda. Además, como bien ha dicho, yo puedo ser un buen integrante para el equipo. Así que me quedo a ayudaros, me da igual lo que tú tengas que decir. Voy a quedarme —le guiñé un ojo a Dustin y este sonrió alegremente. Steve puso los ojos en blanco y resopló.


Object of my desire | Billy Hargrove (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora