Capítulo 3

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Christopher's POV.
Ella me miraba fijamente a los ojos mientras se hacía para atrás tratando de salir de mi agarre.
Poco a poco fui soltándola tras escuchar sus palabras.
Me sorprendía que haya decidido enfrentarme en lugar de solo acatar lo que le dije, en su mirada siempre parecía no haber miedo ni temor de decirme las cosas de frente, sin al menos inmutarse un poco, esta chica colmaría mi paciencia.

- Tú no me conoces, no sabes quién soy ni lo que puedo hacer, deja ya de molestarme - Dije.
- Yo no te estoy molestando, no hago nada en tu contra ni tampoco hablo de ti, si quiero decirte algo te lo diré en la cara, y tienes razón, no sé quién eres ni que puedes hacer, pero no por eso dejaré que trates de imtimidarme y hacer que me aleje de ti como todos los demás, te equivocaste de persona, Christopher - Dijo pronunciando mi nombre entre dientes.

¿Quién demonios le habrá dicho como me llamo o como lo supo? Mi enojo creció y nuevamente la tomé, esta vez por ambas manos.

- Escúchame bien, no te metas en mis asuntos ni tampoco trates de hacerte la valiente conmigo, no me conoces en absoluto niña, y te aseguro que no quieres hacerlo - Advertí.
- No tienes que decidir por mí, y no me estoy haciendo la valiente, déjame decirte que no te tengo miedo, y la próxima vez que te atrevas a tocarme para lastimarme, cuida tus partes bajas, no dudaré en lanzarte una patada para que me sueltes -.

Ella tiró de sus manos fuertemente logrando salir de mi agarre, ambos miramos sus muñecas con marcas rojas, la chica se frotó ambas muñecas, y con el ceño fruncido tomó su mochila rápidamente para salir sin decir más del salón.
Di un golpe sobre la mesa y me dejé caer en la silla frustrado, realmente no soy malo, no soy nada de lo que dice toda la bola de idiotas que tengo por compañeros, nunca he golpeado a nadie a pesar de que no me faltan ganas, jamás había lastimado ni siquiera las muñecas de las chicas que se atrevieron a insinuarse para quitarmelas de encima, y ahora esta chica llega para colmar mi paciencia y hacerme perder el control dejando esas horribles marcas.
No sé quién es ni como es, pero seguramente no tardará en crear un gran chisme con ahora verdaderas pruebas en sus muñecas, ni siquiera quería imaginar la cantidad de cosas que se dirán de mi luego de que sepan lo que le hice.
Enojado tomé mis cosas y salí del salón, caminé por los pasillos ignorando a todos, llegué al estacionamiento y subí a mi moto para después colocarme el casco y arrancar rápidamente alejándome de este martirio llamado escuela.
Cuando llegué a casa guardé la moto y me fui hacia mi habitación para encerrarme y no saber más, de algún modo tenía que prepararme para mandar al diablo a quienes se atrevieran a defender a esa estúpida chica.

|Al día siguiente|

Mi llegada a la escuela había pasado desapercivida, como siempre, nadie me miraba o hablaba entre ellos mientras me miraban pasar por los pasillos, o estaban atrasados de información o el miedo que me tienen si está intenso.
Caminé sin prestar atención hacia el salón, directamente a mi lugar, creí que luego de lo que pasó esa chica se alejaría, pero que equivocado estaba, caminó sin mirarme hacia su lugar para después dejar sus cosas y sentarse.
Yo solo puse los ojos en blanco, tomé mi cuaderno de dibujo y decidí ignorarla.
Minutos después llegó el mismo tipo que le ofreció ayuda, extendió algo en su dirección que ella dejó caer, y cuando ambos se agacharon para recogerlo él la tomó por el brazo.

- ___, ¿Qué te pasó? - Le preguntó.

Ambos regresaron a su posición pero él no soltó su mano, yo presté más atención a lo que ella diría sin verme muy obvio.

- Oh, ¿Ésto? No es nada - Mencionó restandole importancia - Ayer mi hermana y su amiga estaban jugando en casa, mi hermana tomó mis muñecas y yo las suyas para evitar que su amiga pudiera ganar, nos apretamos mucho y ésto conseguimos, pero nos pusimos un remedio para que desaparezca rápido -.
- ¿Y no te duele? -.
- En realidad no mucho, ayer estaba peor pero el remedio funcionó, en un par de días estaré bien - Aseguró.
- Será mejor que dejen de jugar así -.
- Lo mismo pensamos -.

Ambos rieron, el profesor entró al salón y el tipo se fue a su lugar.
Ella no mencionó que fui yo quien dejó esas marcas en sus muñecas, por eso nadie trató de atacarme ni mucho menos, ___ no había dicho absolutamente nada de lo que pasó, cosa que me dejó pensando mucho, estoy seguro de que otra en su lugar ya habría inventado incluso algo más con tal de hacerme la vida imposible, pero ella no dijo nada, absolutamente nada.

(...)

Cuando la primer clase terminó todos comenzaron a guardar sus cosas como siempre para salir del salón y perderse los diez minutos que tenemos entre cada cambio de clase, por mi parte no había levantado la mirada de mi cuaderno de dibujos, estaba muy centrado en eso cuando noté que una bolsa de papel se interpuso entre mi vista y mi cuaderno.
Con el ceño fruncido levanté el rostro y observé a ___ delante de mí.

- No sé muy bien que es lo que te gusta, pero espero que ésto sirva para saldar mi deuda contigo - Mencionó.

Sin nada más que decir ella tomó sus cosas y salió del salón hasta perderse de mi vista.
Confundido tomé la bolsa de papel y me fijé que había adentro.
Un sándwich, papas fritas, un jugo de mango y una manzana era lo que aquella bolsa traía, ___ me había dejado un almuerzo y muy bien servido, porque debía ser muy honesto, si hay algo que amo, de lo poco que puedo amar, es la comida.
Ella en serio se sentía en deuda conmigo, y creo que ya había pagado muy bien mi ayuda, aunque no podía entender cómo es que luego de lo que le hice ella no se alejó ni tampoco tuvo miedo de dejarme ésto, ¿Qué pasaba con esta chica? Esa definitivamente era mi gran duda.

|Obsesión| Christopher Vélez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora