Capítulo 18

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La puerta fue tocada nuevamente luego de unos minutos de que llegué, la Doctora se levantó y abrió.

- Traigo las cosas de ___ - Dijeron del otro lado.

Ay no, Erick.

- Oh, adelante -.

Erick entró y se acercó a mí.

- ___, estás - Hizo una pausa - ¿Estás bien? - Preguntó inseguro, pero ahora yo solo estaba molesta.
- Demasiado bien, gracias por traer mis cosas pero ya te puedes ir - Dije simple.
- ___ -.
- En serio Erick, vete, no quiero hablar con nadie - Mencioné interrumpiendolo.

Erick suspiro y asintió.

- Con permiso -.
- Pasa - Dijo la doctora.

(...)

Vaya que el tiempo en enfermería me había servido, al menos ya había dejado de llorar, me despedí de la doctora, quién no hizo más preguntas y caminé de vuelta al salón para tomar mi lugar y prestar atención a las clases faltantes, no veía la hora de llegar a casa.

(...)

Cuando por fin el día había terminado en la escuela, apresuradamente tomé mis cosas y salí a toda prisa sin prestarle atención a nadie.
Llegué a la parada del autobús y gracias al cielo llegó tan rápido que no dude en subir.
Una vez frente a mi casa abrí la puerta y entré sin más.

- Mamá, ya llegué - Avisé.

No esperé a que dijera nada, solo subí rápidamente a mi habitación, dejé mis cosas y cerré la puerta para dejarme caer en la cama.
¿Era patético extrañar tanto a alguien? Pues tal vez no cuando se trata de Christopher, maldita sea, él había dicho que no debí aceptarlo, ¿Se arrepentía? Porque yo no y jamás lo haría.

- ¿___? ¿Estás bien? - Preguntó mi mamá tocando la puerta.
- Estoy bien mamá, solo quiero estar sola, después hablamos, por favor - Dije.
- Está bien hija, estaré abajo si necesitas algo -.

Mis padres sabían que ésto no era costumbre en mí, pero cuando lo hacía en verdad necesitaba estar sola hasta estar mejor o solo lista para hablar, y ahora solo quería llorar como una niña pequeña.

Christopher's POV.
La había hecho llorar y no fui capaz de buscarla para poder consolarla.
Yo sabía perfectamente lo que sus lágrimas provocaban en mí, odiaba tanto ver que de sus bonitos ojos salieran aquellas gotas que solo he visto cuando tiene miedo o está triste, ___ no me culpaba de nada de lo que había pasado pero todo había sido mi culpa, por mí ahora ella estaba en boca de todos por las razones equivocadas y eso no iba a permitirlo jamás.
Claro que me sentía el hombre más afortunado por tener a esa mujer conmigo, pero no podía ser tan egoísta y dejar que todos hablaran y hablaran y solo la metieran en problemas cuando está claro que ella es mucho más de lo que se imaginan.
Quería golpear a todos por lo que habían provocado, tenía ganas de gritarles por haber hecho que yo tuviera que alejarme de ella gracias a las bobadas que dicen, no se cansaban de hacerme la vida miserable, ahora también me la habían quitado a ella, había alejado a ___ cuando en verdad estábamos haciendo algo increíble juntos.
Cuando llegué a casa solo me tiré en el sofá completamente enojado y sintiendo aquel vacío que creí que ya se había perdido cuando ella llegó.

|Tres días después|

Ninguno de los dos se atrevía a mirar a los ojos al otro, yo seguía sentándome en otro lugar y caminando a lugares donde ella no estuviera, aunque ya me había percatado de que se la pasaba en la biblioteca, la semana siguiente eran las olimpiadas y ella se estaba preparando.
No había sido desapercibido que ya no estábamos juntos, yo creía que ella volvería a juntarse con su amigo Erick y con todos aquellos que le hablaban ahora que ya no la veían conmigo, sin embargo ella estaba sola y parecía ignorar a todo aquel que tratara de acercarse, quería hablar con ella pero sabía que no era lo mejor, lejos tal vez estábamos bien.

- ¿Qué le hiciste a ___? -.

Erick había llegado con dos tipos más al salón, quienes cerraron la puerta detrás de ellos.
Levanté la mirada serio y miré a los tres.

- ¿Qué quieren? - Pregunté con seriedad.
- ¿Qué le hiciste y le dijiste para que ya no quiera hablar con nadie? - Cuestionó Erick.
- ¿Por qué no le preguntas a ella? - Mencioné burlón.
- Más vale que me digas - Amenazó.
- ¿O si no qué? Tú no quieres tener problemas conmigo, no sé que te dió valor pero te lo voy a quitar si no te largas - Advertí.
- Desde que estuvo contigo ella cambió, todo es culpa tuya, le dije perfectamente que eras un peligro y no quiso escucharme -.
- Seguramente porque no es una idiota igual que todos ustedes, hazte un favor y vete de aquí - Volví a decir.
- ¿Crees qué te tengo miedo? -.
- No lo dudo - Aseguré.
- Pues te voy a demostrar que no -.

Los dos tipos evitaron que yo pudiera levantarme de la silla y que por lo tanto el imbécil de Erick pudiera comenzar a golpearme.

- Te lo dije, ahora verás que jamás te tuve miedo -.
- Maldito cobarde, tú solo no puedes - Dije.

Este hijo de puta me estaba dando con todo.

- ¿Qué demonios? -.

Esa voz.
Erick dejó de golpearme y todos miramos hacia la puerta, en donde estaba parada ___ horrorizada.

- ___ - Erick pronunció su nombre con sorpresa.

Ella caminó rápidamente hacia donde estábamos, se paró delante de Erick y sin verlo venir le soltó una fuerte cachetada, que incluso pudo dolerme más que los golpes que Erick me dió.
Se acercó a los tipos que me agarraban e hizo lo mismo, haciendo que ellos me soltaran.

- Son unos completos idiotas, necesitan venir en montón para sentirse valientes, son unos cobardes - Les grito.
- ___ - Ella no lo dejó decir nada.
- Cállate y lárgate de aquí, llévate a tus perros obedientes, eres un idiota Erick, me hiciste un favor alejándote de mí -.

Erick y sus amigos se fueron sin más, dejándonos completamente solos.

- ¿Qué te hicieron? - Dijo más para ella misma, se acercó a mí y tomó mi rostro entre sus manos - Vamos a curarte ésto - Mencionó.
- Yo puedo hacerlo solo - Dije serio.
- Sí claro, eso lo sé -.

|Obsesión| Christopher Vélez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora