Capítulo 22

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Habíamos llegado a la escuela, nuevamente no tardamos en sentir las miradas, Christopher y yo juntos otra vez, vaya que hablarían.
Ambos bajamos de la moto y nos quitamos los cascos, acomodamos nuestras cosas y sin más yo tomé su mano.

- ¿Te importa? - Pregunté.
- Seré tan envidiado - Dijo con una sonrisa.

Y con toda esa felicidad encima, ambos caminamos sin mirar a los demás hacia el interior de la escuela con nuestras manos entrelazadas.

- ¿Desayunaste Chris? - Cuestione.
- Mm, no tenía tiempo - Respondió.

Hice que ambos pararamos antes de entrar al salón.

- Entonces prefiero que ya no vayas por mí - Aseguré.
- Yo prefiero lo contrario -.
- Chris - Dije a modo de queja.
- Dime -.

Este hombre parecía que se lo tomaba como un juego.

- Es en serio - Mencioné.
- Yo también hablo en serio -.
- Entonces llega antes a mi casa y desayunamos juntos - Propuse.
- No voy a molestar a tu mamá - Afirmó.
- Estoy segura de que no lo harás -.
- No haré eso bonita -.
- ¿Por qué no? - Inquirí.
- Ya te dije, ¿Cómo podría llegar así todos los días? -.
- Entonces yo prepararé desayuno para ambos, podemos parar en algún lugar para ingerirlo - Dije.
- Tampoco harás eso - Negó.
- Chris, no vamos a pelear por eso, ¿Por qué no lo haría si es por ti? -.
- Porque se supone que una novia no hace eso - Mencionó obvio.
- ¿Y dónde está el reglamento que avala lo que estás diciendo? - Cuestione.
- No de una forma literal pero - No deje que dijera nada más.
- Pero nada, no existe un manual o un documento que diga que puede hacer una novia o no, así que basta de ésto, vamos a la cafetería -.
- Pero no tengo hambre - Se quejó.
- Es que de hecho no fue eso lo que yo pregunté -.

(...)

Cuando volvimos al salón ya la mayoría estaba adentro, habíamos tardado un poco en la cafetería, lo que generó que absolutamente todos nos miraran con asombro, Christopher y yo tomados de la mano, vaya novedad.
Ignorando a todos ambos seguimos nuestro camino, esta vez por fin nos volvíamos a sentar juntos, vaya, que bien me sentía.
Me encantaba que para mirarme Chris siempre lo hacía con una sonrisa, sus ojos reflejaban cariño de verdad, en cambio para los demás solo había frialdad, una mirada vacía y ni un rastro de esa sonrisa que me derretía por dentro.
La primera clase era inglés, así que la profesora no tardó en entrar, comenzó a dar su tema y de un momento a otro su mirada se dirigió a mí, después a Chris y nuevamente a mí, sin decir nada me regaló una sonrisa, claro que estaba alegre porque había dejado esa tristeza, con la que alguna vez me vió, atrás.

(...)

Había ido al baño mientras Christopher me esperaba en el salón antes de irnos hacia el patio bajo ese gran árbol a esperar la siguiente clase.
Cuando comencé a caminar hacia el salón alguien tomó mi mano y me jaló tan fuerte que ni siquiera pude darme cuenta de quién era hasta que cerró la puerta, de lo que al parecer, es la bodega donde se dejan las cosas de limpieza.

- ¿Qué demonios te pasa Erick? - Pregunté completamente enojada mirándolo mientras sobaba mi muñeca.
- Necesitamos hablar - Dijo.
- Claro que no -.

Intenté salir pero él me lo impidió.

- Erick ¿Qué te sucede? Voy a gritar - Advertí.
- ¿Por qué tomas la mano de Christopher? - Preguntó directo.
- Eso es algo que no te incumbe, nada de lo que me pase te incumbe -.
- ¿Desde cuándo? -.
- Desde que decidiste darme la espalda, unirte a todo lo que se hablaba de mí y de Chris, y para el colmo, que te atrevieras a golpearlo, y ni siquiera tú solo, tuviste que recurrir a tus estúpidos amigos, ¿Necesitas más? - Pregunté sarcástica.
- Yo solo trato de buscar lo mejor para ti, eres mi amiga -.
- Un amigo no hace lo que tú haz hecho, ¿Tú cómo sabes qué es lo mejor para mí? ¿Conoces de verdad a Christopher? - Cuestione.
- Ni siquiera tengo ganas de hacerlo, gracias a él tú cambiaste completamente - Aseguró.
- No cambié Erick, sigo siendo la misma, que ahora tengas que aceptar mi indiferencia para contigo no es mi problema, tú te lo buscaste con tu actitud - Respondí.
- Te la pasas con él ___, ni siquiera cuando se alejaron volviste a dirigirme al menos la mirada, ¿Qué te hice? - Cuestionó.
- Mira, ni siquiera debería estarte diciendo ésto, pero si nos alejamos fue por todo lo que dijeron, sus estúpidos chismes generaron tantos problemas que al final consiguieron que ni siquiera pudieramos sentarnos juntos, ¿Esperabas que actuara como si nada contigo? ¿En serio? Cuando tú también entraste a todo eso, Erick en realidad tú no me conoces, y después de lo que te vi hacer, te juro que me quedó muy claro que hiciste bien alejándote -.
- Yo no quería que esto pasara ___, jamás fue mi intención, pero no me puedes pedir algo como estar cerca de un tipo como él - Se quejó.
- Es que no eres nadie para juzgar, mucho menos cuando ni siquiera lo conoces, y lo siento mucho Erick, pero tengo que irme ya -.

Cuando traté de salir Erick me detuvo otra vez, pero esta vez hizo algo que jamás imaginé, el muy idiota me plantó un beso en los labios que no dude en romper de inmediato, para seguidamente darle una buena cachetada.

- No vuelvas a hacer eso, ¿Oíste? Es más, no vuelvas a acercarte a mí, y por si no te ha quedado claro, Christopher Vélez es mi novio - Afirmé.

Sin esperarlo más tiempo rápidamente salí de aquel lugar, Christopher debe estar esperándome, solo que ahora me preocupaba una cosa, ¿Tenía qué decirle lo que había pasado o quedarme callada? Porque seguramente, y gracias a la boca de Erick, ésto será un chisme dentro de poco, no quiero tener problemas con Chris cuando recién empezamos, y con la poca paciencia que tiene, seguramente no querrá ni escucharme después.
Intranquila caminé hacia el salón y entonces lo ví mirando hacia la puerta con el ceño fruncido, cuando me vió su rostro se relajó, se puso de pie y tomó su mochila y la mía para comenzar a caminar hacia mí.

|Obsesión| Christopher Vélez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora