Capítulo 38

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- ¿Enojado? Tranquilo, que yo no te engaño con nadie - Dijo divertida.
- ¿Por qué no me dijiste que saldrías de fiesta? - Pregunté más tranquilo.
- Porque tú no me dices todo lo que haces ¿O sí? No esperes mucho de mí - Mencionó.
- ___ -.
- ___ nada, no me reclames cuando la culpa de todo es tuya, tú eres el que lo está jodiendo todo - Dijo completamente enojada mirándome a los ojos.
- Yo sé que tengo muchas cosas que explicarte, pero puedes estar segura de que no te engaño con nadie, mucho menos con Vanesa - Aseguré.
- ¿En serio me crees tan estúpida? No te creo nada - Me gritó.
- Muñeca te digo la verdad, nadie me llena como tú, nadie provoca lo que tú provocas en mí - Dije comenzando a acercarme a ella con la intención de poder besarla, hace mucho que sus labios me hacen falta.

Ella se hizo para atrás cuando se pudo quitar el cinturón, otra vez me negaría su cercanía.

- Eres un jodido mentiroso, un maldito hijo de puta que seguramente se coje a Vanesa y finge que me ama, imaginarte con ella me está volviendo loca y no sabes la rabia que tengo encima por tu estúpida culpa -.

Pero mientras me gritaba todo eso a la cara, ella comenzaba a acortar la distancia entre nosotros.

- Tus malditos labios son míos, tus manos solo pueden tocarme a mí, tus ojos deben verme a mí, tu jodido miembro debe estar erecto solo por mi cercanía - Dijo.

Sin verlo venir ___ se colocó encima de mí y comenzó a mover sus caderas, de tal manera que no pude resistirme, fue inevitable que ese amigo se quedara quieto.

- Tu novia soy yo, la única que puede excitarte soy yo y te lo voy a demostrar -.

Mis labios lo pedían a gritos, mi cuerpo se sentía en el mismo infierno por todo el calor que emanaba, ese beso que ___ me estaba dando había terminado con mi cordura, había hecho que todo en mi interior reaccionara y sintiera lo mejor de la vida solo con mi novia.

- Mi maldita obsesión eres tú, la tuya soy yo, vuélvete adicto y esclavo de mis besos, de mis caricias, de todo lo que te puedo hacer sentir, Christopher hazme completamente tuya porque estoy a tu merced, deja ya de torturarme - Dijo muy cerca de mis labios sin dejar de mover sus caderas.
- ¿Estás segura de qué quieres hacerlo aquí? - Pregunté con la respiración acelerada.
- Estoy segura - Afirmó.
- Te amo y eso no va a cambiar jamás, eres mi puta obsesión, mi maldita droga, todo lo que necesito para estar bien, quiero que gimas tan fuerte que no te queden dudas de que ese cuerpo también es mío, solo yo puedo darle placer - Dije.
- Entonces tómame a tu antojo, hazme llegar al cielo - Pidió.
- No nena, vamos juntos al infierno - Mencioné.
- No me dejes salir de ahí -.

Absolutamente todo a nuestro alrededor había desaparecido, este momento es nuestro.
Mis labios y los suyos se encontraron en un salvaje beso, un beso lleno de pasión y deseo, mis manos fueron hacia su ropa y no dude en deshacerme de cada prenda, tenía a mi merced sus hermosos y redondos pechos, mis manos los acariciaban mientras mi boca seguía besándola, las manos de ___ fueron hacia mi pantalón y lo desabrocharon, mi playera desapareció sin darme cuenta mientras sus manos acariciaban mi erecto miembro por debajo del boxer, esta era la primera vez que ella y yo tenemos un encuentro sexual, la primera vez que hacemos el amor, y aunque estuviéramos borrachos sabía que este momento lo íbamos a recordar por siempre.
Mis besos bajaron por su cuello y después hacia uno de sus pechos, una mano fue hacia su feminidad y comencé a dejar caricias para después darle placer, sus gemidos en mi oído me estaban excitando demasiado, ni siquiera entendía como estaba resistiendo luego de que sus manos hacen un excelente trabajo.

- Entra Chris, entra ya - Pidió entre gemidos en mi oído, maldita sea eso me ponía tan duro.
- Lo que tú quieras mi amor -.

Nos deshicimos de la ropa que estorbaba, me coloqué un condón antes de posicionarme para poder entrar en ella.

- ¡Ah! - Dejó salir de sus hermosos labios.
- Que comience muñeca -.

Sus movimientos y los míos eran perfectos juntos, podía sentirla y llenarme por completo, podía sentir un placer indescriptible, algo que jamás habría imaginado sentir, y lo mejor es que era con una sola mujer, mi mujer.

- Te amo Chris, rompeme en mil pedazos ahora, destrozame si quieres - Dijo mientras deliciosos gemidos salían de su boca.
- Sigue así mi amor, déjame sentirte toda, deja que mi cuerpo se embriague de ti, déjame amarte más -.

Mientras más corría el tiempo más cerca me sentía de llegar a la gran cima.
Tras algunas embestidas más pude sentirla llegar al clímax y entonces fue el momento en el que llegué también.

- Mierda, que hermoso e intenso fue eso - Mencionó.
- Quédate conmigo esta noche - Dije de repente.
- ¿Qué? - Me preguntó sorprendida bajando la mirada hacia mis ojos.
- Quédate conmigo esta noche, acompáñame a casa y duerme entre mis brazos - Pedí.

___'s POV.
Después de estas palabras estaba segura de que cualquier gota de alcohol se había ido de mi cuerpo, no podía creer lo que estaba escuchando.

- ¿Estás hablando en serio? - Pregunté.
- Muy en serio bonita, esta noche dormiremos si tú quieres, aunque prefiero seguir gozando de tu cuerpo - Dijo divertido y coqueto - Y mañana te juro que te contaré toda la verdad, te juro que no habrá más secretos entre nosotros -.
- ¿Me lo prometes? -.
- Te lo prometo muñeca, ya no puedo vivir sin ti, con tu indiferencia, sin tus besos, sin tus caricias, sin tu cuerpo - Dijo para después besar tiernamente uno de mis pechos.
- Estás borracho, lo olvidarás mañana - Dije con pesar.
- ¿Crees qué podría olvidar la mejor noche de mi vida? Te acabo de hacer una promesa y voy a cumplirla, de eso ya no tengas dudas mi amor - Aseguró.

|Obsesión| Christopher Vélez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora