Apreciar la oscuridad (Kookmin)

17. ¡Maldito egoísta!

Jungkook había pasado todos los días bebiendo encerrado en su habitación, Hobi  había venido un par de veces a gritarle que esa no era la solución pero Jungkook no le había abierto la puerta, no quería hacer otra cosa que beber sin parar, nada podía quitar de su memoria la mirada destruida de el amor de su vida, nada en este mundo podía resarcir el daño tan grande que Jimin  había sufrido y eso lo sabía muy bien.

Era medio dia, el  sol estaba directamente en el rostro de Jungkook, tal parecía que otra vez había despertado en la tarde, no podía importarle menos. Se pasó las manos por el rostro tratando de quitar un poco de el malestar de la resaca tirana que lo estaba haciendo sentir terrible.

Sabía la solución, más alcohol. Tomo la botella que estaba en el buro al lado de la cama  y está estaba vacía, la aventó con furia, el necesitaba embriagarse más para poder dejar de pensar.

Con enojo se levantó de la cama y miro en la habitación buscando más alcohol, todas las botellas esparcidas por el suelo estaban vacías también. Maldijo de nuevo y se levantó de la cama, estaba sucio, no se había bañado ni afeitado en todo ese tiempo, otra cosa que no podría importarle menos.

Busco las llaves de su auto, ¿Dónde había dejado las malditas cosas?. Después de mucho rato y de mucho maldecir encontró las llaves debajo de un montón de ropa sucia, al verlas sonrió sintiéndose aliviado, iría a una tienda de conveniencia y compraría mucho alcohol para poder seguirse embriagando.

Cuando salió de su departamento el vecino que venía entrando a su departamento lo vio con repugnancia, ¿sería por el olor o por todas las mentiras que las cadenas de televisión se habían encargado de difundir?. Cómo sea, Jungkook tenía alcohol que comprar así que fue directo a su camioneta. 

Subió y arranco el motor, fue a velocidad media, no quería hacer algo que afectará a más gente, ya tenía suficiente para toda la vida con lo que había hecho el maldito de su padre. Por cierto ¿Lo habrían atrapado ya?, Ojalá que se esté pudriendo en la cárcel, no, algo más, el merecía la muerte, ningún castigo sería suficiente para lo que hizo.

Mientras Jungkook  recordaba todas las atrocidades sus manos en el volante temblaron y el comenzó a llorar, lloraba de rabia y frustración. Y aún más cuando recordó al tierno y precioso pelirosa que le había robado el corazón, el cual le había dado el honor de ser su novio y de tomar su mano y besar su hermosa boquita.

Jungkook se limpio los ojos para poder mirar la carretera, por qué al instante recordó a Jimin en el restaurante, la mirada tan indefensa con la que le había preguntado.

                                                                         ¿Quién eres Jungkook?

¿Quién era?, pues el hijo de el monstro que le arruinó la vida, nada más y nada menos. Quisiera poder elegir nacer de otro padre y no compartir genes con ese monstro.

Por su parte más temprano por la mañana Jimin  estaba acostado en la cama pero no dormía, se había pasado toda la noche despierto mirando a la nada.

Taehyng entro a la habitación para despertarlo y desayunar juntos antes de irse a trabajar.