Apreciar la oscuridad (Kookmin)

33. ¿Que se siente? Parte 1

El ex gerente Gu no ha podido conseguir un empleo decente desde que fue despedido de la estación de metro.

Había sido despedido por maltratar a uno de sus subordinados y ahora el único trabajo que había logrado encontrar, era el de personal de limpieza general en una agencia. Nadie más lo recibiría con una mancha como esa en su expediente.

El creia que sabia perfectamente quien lo había reportado, su mente formulaba maldiciones para él todo el dia.

"Ese maldito discapacitado con el cabello rosa como una chica, fue y me acusó injustamente"

El exgerente Gu tiene firmes ideas de los años cincuenta, por eso es que Jimin le molestaba tanto en su intolerancia neandertal, por qué Jimin era libre como un ave preciosa siendo el mismo, aunque al mundo no le pareciera.


Ahora que había sido despedido por algo que él mismo provocó, su resentimiento con la vida lo había enfocado en una sola persona.


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Jimin despertó con caricias por parte de su esposo que se estaba deleitando en tenerlo cerca, abrazándolo y apretujándolo una y otra vez.

_ Amor, pareces un gato con una gran bola de estambre.

_ ¿De verdad? Y qué tal si hago esto...

Jungkook chupó el lóbulo de la oreja de Jimin y este se estremeció. Ese era su punto débil y Jungkook lo sabía muy bien.

_ Amor, son casi las nueve, tenemos que ir a la empresa.

_ Lo se, es solo que no puedo resistirme.


Ambos esposos se bañaron juntos como todos los días y luego salieron rumbo al trabajo. Esta vez saldrían en el auto de Jungkook ya que Mo Chi estaba en mantenimiento.

Más tarde en el día, Suna entró a la oficina de Jimin para entregarle una nota de su esposo que decía:



"Hermoso CEO Park, necesito que venga a mi oficina por favor". Acabo de enterarme de una falta de su parte, así que necesita ser reprendido. Por favor traiga su hermoso cuerpo a mi oficina.

Las mejillas de Jimin se colorearon. Que bueno que Suna era realmente confiable y nunca leería algo sin permiso.


Se arregló la corbata y el traje, también se puso algo de brillo labial y salió a ver al CEO. Tenía curiosidad, no de la falta, sino de cómo sería reprendido. La sola idea hizo que sintiera un escalofrío de placer.



Entró a la oficina y su esposo estaba sentado el el escritorio frente a él, cruzado de brazos y fingiendo enojo.

_ Algo que confesar CEO Park?


_ No... Que yo sepa no...

_ ¿Está seguro? Por qué según mis fuentes, usted le ha ocultado algo a su esposo.

Jimin tragó saliva por la voz baja y ronca con la que Jungkook le estaba hablando. Cielos, necesitaba dejar de imaginarlo desnudo cuando hacía esa voz.

_ Oh, eso. No te lo oculte, solo lo olvide y Tae es un traidor...

_ No quiso decírmelo, se le salió. Ven aquí, voy a castigarte.

Jimin se rió traviesamente y prosiguió a abrir la puerta para salir corriendo. Jungkook fue más rápido y lo detuvo de su carrera.

_ No corras, te hace mal. Ahora te castigarte el doble.

Jimin se rió en sus brazos y se dejó llevar por su esposo quien lo sentó en sus piernas mientras lo interrogaba.

_ ¿Entonces quieres ir?

_ Si, di por hecho que iríamos juntos. Por eso lo olvide.

_ ¿A si?

Jungkook beso su boquita y luego sus ojitos con besos castos. A Jimin le encantaba que fuera tan tierno con el.

_ Si...

_ Entonces tomémonos el día libre mañana, haremos kimbap y luego por la noche iremos juntos y tendremos una cita. ¿Que dices?

_ Ok...

Los ojitos de Jimin brillaban con la sola idea.


_ Bueno, entonces vamos a terminar el trabajo para que podamos tomarnos el día.

_ ¿Y el castigó?

Siempre que Jungkook olvidaba lo descarado que podía ser su esposo, él venía a recordárselo de nuevo y eso le encantaba.

Lo pegó más a su cuerpo y le habló al oído engrosando  la voz con su acento de Busan. Eso derretía a su esposo.

_ ¿Así que te gusta ser castigado?

_ No, solo creo en la justicia.

_ ¿Te atreves a hablar de justicia? Recuerda tus palabras en la noche cariño por qué te mostraré lo que es justicia.

Acabando estás palabras apretó con gusto uno de sus glúteos y Jimin se estremeció.

_ Basta... Vas a provocar un problema en mis pantalones. Chillo en más bajo.



Ambos se apuraron a terminar su trabajo para llegar pronto a casa, pedirán cena a domicilio por qué no habría tiempo. Jimin se sentaría en la silla de los acusados y no era necesariamente una silla de madera.


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