Delilah
Dahlia ha estado gastando dinero y este Milton lo sabe. Aunque ese no es el problema, lo que me intriga es, ¿cómo sabe que escaparía?, ¿por qué?, ¿es cómplice de algo? No entiendo. ¡¿Acaso mi hermana cometió algo ilegal y me quiere culpar a mí?! ¡Moriré! Tiene que ser, ¿por qué quiso intercambiar entonces? Debí haber preguntado, pero soy muy manipulable, así que salgo perdiendo siempre.
Lloro desconsolada en un banco fuera del edificio, me sobresalto cuando siento una mano en mi hombro. Al alzar la vista, me encuentro con una sonrisa complaciente de Hans. Tiene una mirada de preocupación que intenta apaciguar mi estrés con su gesto. Parece amable, no entiendo por qué Dahlia lo abandonó, ¿acaso él no podía ayudarla?, ¿no se supone que son una pareja? Bueno, yo no puedo opinar, con Arak tampoco resolvemos las cosas juntos. Aunque lo mío es diferente, yo ya me quería separar, no había forma de repararlo.
—¿Por qué lloras? —me pregunta.
Me refriego los ojos antes de contestar.
—Yo... —Bajo la vista—. Creo que hice algo malo.
No sé si estoy culpando a mi hermana o a mí, después de todo, yo tampoco soy una santa.
—Seguro se puede arreglar —responde.
—No creo —susurro—. Hay cosas que no se logran solucionar.
—Yo no pienso así, hay muchas maneras de ver las situaciones que pasamos, solo hay que tomarlo con calma, para ver todo el panorama.
—¿Y si no sabes algunas cosas?
—Tarde o temprano las descubrirás, paciencia.
—Gracias. —Percibo mis mejillas arder.
Me quedo pensativa, lo que me agarra desprevenida, porque siento su mano en mi barbilla, me levanta la cara y une nuestros labios.
¡Ah, mierda, no lo vi venir, perdóname, hermana!
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Delilah y Dahlia
Truyện Ngắn¿Para qué divorciarse si puedes suplantar a tu hermana? *Por Viviana Valeria V.