Dahlia
Salgo del consultorio del terapeuta y veo a Eiko, sentado en el capó de su auto. No sé qué es peor, entrar a esa chatarra, porque el marido de mi hermana no tiene vehículo, o volver a la sesión y aguantar que me traten de loca. También hay que considerar que ese despacho es lo único que se ve bien. A diferencia de este coche o la casa de Delilah. Sin embargo, no pienso volver ahí.
—¿Qué pasó? —pregunta el rubio.
—Hay que hacer muchos arreglos. —Refunfuño.
Este no entiende, pero la conversación no continúa, porque Arak sale del consultorio y nos interrumpe.
—¿Puedes dejar de hacer una escena? —se queja el moreno.
Lo observo de mala manera.
—No —respondo determinada.
—Delilah, la verdad no te entiendo, me dices que lo arreglaremos y después vienes con estos planteos, más te vale que tengas una buena justificación, o te puedes ir largando.
¿Largando? ¡¿A dónde?! Me intercambié con mi gemela, porque es el último lugar en que me buscarían. No puedo creer que me tenga que aguantar esta estupidez, ya veo por qué con mi hermana no nos hablamos para nada.
La voy a llamar, necesito explicaciones.
—Espérame aquí —le aclaro a Arak—. Enseguida te respondo.
Queda desconcertado, pero agarro mi celular y me voy a la esquina de la cuadra, para comunicarme con mi hermana.
Si me leen desde mis comienzos en Wattpad, estos capítulos me recuerdan a como escribía antes, todos capis muy cortitos. Ay, tengo nostalgia ❤️
Atte: Vivi.
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Delilah y Dahlia
Nouvelles¿Para qué divorciarse si puedes suplantar a tu hermana? *Por Viviana Valeria V.