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Arak

¡Esta habitación es más grande que mi casa!

—Es un baño, creo que es a lo que llaman suite —murmuro al abrir la puerta que hay un costado—. Impresionante.

—¿Puedes dejar de sorprenderte por cada cosa? —mi esposa expresa, observándome sonrojada—. Por favor.

—¿Tienes fiebre? —Me acerco a la cama en la que se encuentra sentada y le toco la cabeza, luego apoyo mi otra mano en mi frente—. Parece que no. —La suelto.

—Siendo sincera, me parece linda tu actitud, pero no es momento.

—¿Por qué? Hay que aprovechar, nunca vamos a volver a ver algo como esto.

—No pensé que eras tan materialista.

—No lo soy, solo intento disfrutar los pequeños instantes de la vida. —Me siento a su lado y tomo sus manos—. ¿Qué pasa, Delilah? ¿Te sientes mal? ¿Te duele la cabeza? Solo dime, intentaré solucionarlo.

—Eres muy lindo, pero no.

—Deja que tu cavernícola te dé mimitos. —Me aproximo despacio, aunque luego termino besándola rápido, tomo sus cachetes y me inclino, subiéndome casi sobre ella—. Me encantas tanto.

—Espera, espera, espera —repite, entonces termina empujándome—. Qué vergüenza.

Me río y me siento a su lado.

—Eres demasiado tierna.

—Cállate —dice molesta.

—Y mala. —Vuelvo a reír.

Se sonroja más.

—¡Claro que no!

—Estás rara últimamente, pero está bien, no me molesta este cambio, me gusta. —Me muerdo el labio inferior—. Me hace desearte más.

Se agarra de las mejillas.

—Cállate, no sabes de lo que hablas.

—Hablo desde el corazón. —Pongo la mano en mi pectoral.

—Tan fuerte —susurra.

—Gracias —digo con orgullo.

Baja sus manos.

—¡No era para que me oyeras! —se queja.

Me carcajeo.

—Eso te pasa por pensar en voz alta —me burlo, entonces continúo mirando la habitación—. Bueno, si no vamos a hacer el delicioso, ¿qué hacemos?

Se ríe.

—El delicioso.

—Así lo mencionan los adolescentes actualmente, lo vi en una imagen de internet. No entendí mucho, pero sí, así le dicen al sexo ahora.

—No debí haberte dado esa computadora. —Se sigue riendo.

—Seré el dios de la tecnología y nuestros hijos dirán... —Me callo al ver algo en el techo.

—¿Arak? —dice Delilah, confundida.

Me levanto de la cama y observo mejor el objeto.

—Qué extraño.

—¿Qué cosa?

Señalo la cámara en el costado.

—¡Es como las películas, nos están vigilando! —Me sorprendo—. ¡Oh, cielos, mi concuñado no confía en mí, piensa que voy a robarle!

Mi esposa también se levanta del colchón, entonces observa el objeto, estando bastante seria.

—¿Hay cámaras de vigilancia? —Queda pensativa, aunque no logro adivinar qué es lo que hay en su mentecita con su gesto—. ¿Desde cuándo? —Parece sorprendida.

Pongo la mano en la cintura.

—No sé, llegamos recién.

Reacciona.

—Cierto.

—O sea, que si hubiéramos hecho el delicioso, habría una porno ahí.

Me pega.

—¡No digas estupideces! —recrimina sonrojada, luego chilla por estar avergonzada—. ¡Y no vamos a tener sexo, cavernícola, pervertido, estúpido!

—Qué mala. —Me sobo el golpe, pero me río—. Seré masoquista, pues me gusta.

—¡Ya basta, no digas bobadas!

—No son bobadas, solo me alegro de que hables conmigo y no te vayas a perseguir a otros. —Sonrío.

—Yo... yo no hago esas cosas. —Hace una pausa y se corrige—. Digo, la actual yo.

—Me encanta —susurro, mirándola de forma intensa.

—¡Basta, es demasiada atención! —Me tira un almohadón y lo atajo, así que vuelvo a reír mientras ella se sigue quejando—. ¡No puedes decirme esas cosas y que me quede tranquila!

Me muerdo el labio inferior.

—Pero te gusta —afirmo.

—¡Sí! —Reacciona—. ¡Digo, no, basta, me confundes!

Me carcajeo, es demasiado linda su actitud. Esta nueva interacción entre Delilah y yo, me pone muy contento, me agrada. Espero no volver atrás y quedarnos así para siempre.

Ellos me dan mil años de vida, pero pensar que Arak se pueda enterar de la mentira y que es probable que le rompan el corazoncito, me destruye en pedazos

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Ellos me dan mil años de vida, pero pensar que Arak se pueda enterar de la mentira y que es probable que le rompan el corazoncito, me destruye en pedazos. No me toquen al nene, se ve tan feliz acá :"v

Por cierto, turbio lo de las cámaras, Hans te pasas, pedazo de psicópata 😂

Atte: Vivi.

Delilah y DahliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora