14

433 37 6
                                    

Dahlia

Arak queda estupefacto viendo que cambié los muebles.

—No puedes gastar en todo esto, ¿quieres que nos endeudemos con tu hermana o cómo? —expresa nervioso.

—No le debemos nada, porque es un trabajo que le hice —me ingenio.

—¿Y qué trabajo es ese? —Me observa muy extrañado—. Yo solo hago fletes, D, con una camioneta prestada. No me inventes cosas que no existen, porque me muero, no puedo pagar esto con mentiras.

—¡No son mentiras, créeme, ya no necesitamos ese vehículo viejo!

Se cruza de brazos, indignado.

—No me respondiste la pregunta.

—Bien, bien —repito—. Yo...

No tengo idea qué hace mi hermana, después de todo, soy yo la inteligente y creativa, ella no ha sido buena en nada nunca. Piensa, utiliza esa cabecita, Dahlia, sabes que tienes el trabajo perfecto para Delilah, solo debes recordar cuando éramos pequeñas.

—¡Comunicaciones! —grito.

—¿Qué? —Me mira confundido.

—Eso, soy buena con las palabras, la gente me ama por ser tan adorable. —Y manipulable—. Así que mi hermana me ofreció un puesto en comunicaciones, hablo con sus clientes a través de la computadora y quedan satisfechos.

—¿Tenemos computadora? —Queda estupefacto.

—Ahora sí. —Señalo la caja que no abrí.

—¿De verdad?

—Obviamente, no puedo trabajar sin una.

—¿Y sabes usarla?

—¡Sí! —Alzo las manos.

—Ah. —Hace una pausa y mira la caja—. ¿La puedo abrir? —Parece emocionado.

—Sí. Solo lamento que no sea el último modelo, pero como la quería rápido, tuve que comprar el anterior —explico, aunque no considero que a él le interese eso—. ¿Qué ocurre? —consulto, viendo como abre todo con delicadeza.

Sonríe.

—No he tenido una desde que era pequeño, se siente tan raro. —Parece feliz, su mirada es enternecedora—. Me trae recuerdos.

Oh, sin darme cuenta lo puse contento. No era mi intención traerle nostalgia, pero se siente bien. Puedo entender esa sensación, ese deseo de obtener algo. Aunque lo de él es más como: lo perdí y creí que jamás lo tendría. Es lindo, hice una buena acción sin pensarlo.

No es que no haya sido caritativa antes, pero hacerlo con tan solo presionar un botón, y verlo en primera persona es muy diferente.

Debo ir a las fundaciones que dono más seguido.

Siendo sincera, no me considero mala persona, solo demasiado fifi. Debe ser una manía o qué sé yo, pues todo lo de pobre me da asco, debería hacerme ver. Aunque eso ahora no importa, míralo ahí, parece como un niño con su juguete nuevo.

Me alegra. 

 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Delilah y DahliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora