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Delilah

—Ni pienses que me acostaré en la misma cama que contigo —le aclaro a Hans cuando ya estamos en la habitación a solas, Dahlia y Arak están en el cuarto de ustedes—. ¡¿Qué fue todo eso?! ¡Explícame!

Mi cuñado se mantiene acostado en la cama, con cara seria, observando su celular, pasando el dedo en este, ignorándome, hasta que pasa un rato largo y al fin me contesta.

—¿Por qué sería eso un problema? Ni que fueras mi esposa —acota sin nada más que aportar.

—¿Solo vas a decirme eso?

—Ya no tengo que fingir que te creo, así que si quieres puedes ir al sillón, realmente no me importa.

—¡Hans, mírame cuando te hablo! —grito.

Alza la vista y enarca una ceja, molesto.

—¿Qué?

—¿Todo lo que pasó entre nosotros fue mentira?

—No considero que nuestros orgasmos hayan sido mentiras. —Se ríe.

Me sonrojo y sobresalto.

—¡¡No me refería a eso!!

—Mira, solo quise darle una lección a mi esposa, tú eres un daño colateral. —Se lo piensa y luego agrega—: Bueno, no, en realidad fuiste un medio para un fin, quería ver qué cara hacía cuando le dije que fornicamos.

—¡¿Le dijiste qué?! —chillo.

—Lo aclaré más sutilmente, sabes que Dahlia es más refinada, no le puedo hablar así. —Vuelve a reír—. Corrección, ni lo sabes, no es como si la conocieras bien. —Regresa a observar su celular.

Me acerco y le saco el móvil.

—Está bien, ignoremos esto, ¿pero no te molesta que Dahlia esté en la cama con otro hombre? Dicho sea de paso, mi esposo.

—Confío en mi esposa como tú en tu marido, ¿contenta? —Sonríe.

—No te comprendo.

—Dahlia no se va a acostar con otro hombre que no sea yo, al igual que Arak no lo haría si supiera quién es ella. Por eso no me voy a preocupar, pues sé que lo detendrá si intenta algo y como él es un caballero, no deberías inquietarte, ¿no?

—No me molesta que Arak y Dahlia tengan relaciones, no estoy enamorada de él, y sí, Arak es un caballero, siempre me ha respetado, así que no me preocupa que se sobrepase con ella, porque se comporta, no es de ese tipo de hombres.

—Bien, ¿me regresas mi teléfono?

—No, quiero saber qué estás tramando.

—Confías en tu esposo... —Se levanta de la cama, poniéndose delante de mí, así que me sobresalto—. Pero, ¿estás segura de confiar en mí? —Sonríe de lado.

—No tengo por qué tenerte miedo —expreso nerviosa.

—Cierto —susurra—. Aunque, ¿estás dispuesta de arriesgarte para averiguarlo?

Trago saliva y le regreso el celular.

—No soy tan valiente.

Amplía su sonrisa.

—Lo sé. 

¡He creado un monstruo! XD

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¡He creado un monstruo! XD

Atte: Vivi.

Delilah y DahliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora