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Dahlia

Arak se ve feliz con la computadora, ha probado absolutamente todo de esta. Se levanta de la silla cuando me ve con un vestido negro pegado al cuerpo. Me observa confuso, abandonando el ordenador.

—¿Vas a algún lado? —Enarca una ceja y aclara—: Es tarde.

—Vamos a algún lado —repito sus palabras, entonces muevo las cejas—. ¿No te parece mejor?

—Solo me parece extraño —opina.

—Ponte algo para salir y navegamos.

—¿A dónde? —Queda estupefacto—. ¿Cómo que navegar?

—Mi hermana tiene un yate, nos lo presta, no seas cobarde y cámbiate.

Algo a regañadientes, se encamina al cuarto, pero regresa rápido, así que podemos marcharnos. Tomamos un taxi y nos dirigimos al puerto. Le pago al taxista al llegar, entonces cuando bajamos del coche, Arak me observa raro.

—¿Qué? —pregunto por su reacción.

—No sé, esto es demasiado raro.

Me carcajeo.

—¿En qué año crees que estamos? Una mujer puede pagar todos tus gastos.

—No es eso. —Bufa—. Pero todo esto de tu hermana, me confunde. De la nada la vas a ver, tienes trabajo, dinero fácil. No sé, al menos debiste habérmela presentado, al menos antes de todo esto.

—El dinero no es fácil, pues a mi hermana le costó mucho llegar hasta donde está —me defiendo en tercera persona y me siento muy bien por ello—. Así que tranquilízate, aquí no pasa nada.

Bufa de nuevo y mueve los hombros.

—Si tú lo dices —expresa no muy convencido.

Subimos a mi yate y siento la brisa de la costa, así que cierro los ojos al agarrarme de la baranda. Cuando los abro, noto que Arak me está observando fijamente.

—¿Qué ocurre? —Me río.

—D, ¿por qué me trajiste aquí?

—¿Por qué? —Enarco una ceja—. ¿No quieres pasar tiempo conmigo o cómo? —me burlo.

—Sí, es solo que...

—¿Has amado a alguien más? —lo interrumpo—. O sea, además de mí. —Obviamente hablo de Delilah.

—Eh... —Sus mejillas se ruborizan—. No, nunca.

—Ah, en otras palabras, el amor viene de años. —Vuelvo a mirar el agua y me pierdo en mis cavilaciones.

Supongo que Delilah y Arak nos ganan a Hans y a mí en tiempo, pero por lo que entendí, de lo poco que hablamos, cuando intercambiamos, ella quiere divorciarse, ella ya no siente nada por él. En cambio, yo por Hans, no sé lo que siento, lo único que sé es que decidí estafarlo por mero rencor y el único que sabe de esto es Milton, mi socio, pues él mismo me lo sugirió.

"¿Quieres venganza? ¿Deseas que él te preste atención? Que sepa que existes. Fácil, arruínalo, y se acordará de ti para toda la vida".

Estaba equivocada, Delilah no es la manipulable, yo lo soy. Cosas que haces en un momento de estupidez, pero ya es demasiado tarde para arrepentirse. Eso me pasa por obsesionarme con Hans, debí haber pensado en divorciarme como Delilah y nada más. Al menos dejaría de parecer tan tóxica.

Ojalá existirían las segundas oportunidades, pero esos son cuentos para niños, así que suspiro decepcionada.

Me estremezco cuando siento que Arak me rodea con sus fuertes brazos, entonces siento el calor en mis mejillas. Me giro despacio a mirarlo, en eso descubro que nuestros rostros están a centímetros.

—No deberías hacer eso —susurro.

—¿Hacer qué? —Siento su respiración cuando se aproxima más.

—Eso —repito y cuando noto que sus labios rozan los míos, le piso el pie—. Lo siento. —Río nerviosa cuando se aleja, adolorido.

¿En qué estaba pensando? Soy tonta.

Primera vez que Arak se le insinúa a Dahlia, pero se le perdona porque en los otros capítulos andaba confundido o enojado 😂

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Primera vez que Arak se le insinúa a Dahlia, pero se le perdona porque en los otros capítulos andaba confundido o enojado 😂

Atte: Vivi.

Delilah y DahliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora