Capítulo 7: Sibilino

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Persona misteriosa, incomprensible.

Durante los días que siguieron a las audiciones la situación en la casa de Luary, Takashi fue tensa, pero tranquila, ambos se centraron en sus demás obligaciones, mientras esperaban una respuesta

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Durante los días que siguieron a las audiciones la situación en la casa de Luary, Takashi fue tensa, pero tranquila, ambos se centraron en sus demás obligaciones, mientras esperaban una respuesta. Athan estaba en una situación parecida, el único que parecía seguir como si nada estuviera pasando era TJ, él continuó tranquilo todo el tiempo. Athan no expresó en ningún momento su preocupación por la audición, el comportamiento de TJ lo mantenía tranquilo, casi seguro de que pasaría la audición; pero esos días no era la audición lo que estaba en su mente todo el tiempo.

Athan había intentado comunicarse con sus padres todos esos días, pero ambos estaban muy ocupados. La curiosidad acerca de su apellido, la razón por la que la maestra conocía a su padre y el hecho de que haya tantas cosas que él no sabía acerca de su propia familia era lo que lo consumía por dentro.

El sábado por la tarde su padre hizo una video llamada.

–Hola papá. –lo saludó Athan.

–Hijo, perdona por no llamarte. Hubo un caos por acá. ¿Cómo te fue en las audiciones?

–Bien, o bueno, TJ dice que me fue bien, pero uno nunca sabe.

–Seguro lo hiciste de maravilla. ¿Quiénes estuvieron como jueces?

–De hecho, papá, quería hablarte de eso. ¿Conociste a la maestra Svajone?

–Ah sí, la hermosa Eun Svajone, fuimos juntos a la universidad.

–Pero ella estudió en el Instituto Merak, tú nunca me mencionaste que estudiaste ahí.

–Es que no lo hice, bueno, pasaba algunas clases ahí, pero nunca me gradué del instituto. Svajone y yo... –su padre hizo una pausa. –ella salía con una amiga.

–¿Sólo eso? ¿Salía con una amiga y ya?

–Sí, es una larga historia.

–¿Qué hay de la maestra Senesh?

–¿Conociste a Ruth Senesh? ¿Cómo está ella? –preguntó con gran interés.

–Pues no lo sé, sólo la vi con los maestros. ¿También la conoces?

–Claro que la conozco... –dijo con nostalgia. –Ruth era... no importa creí que estaba en Estados Unidos. Me alegra que haya regresado a la Isla, siempre le gustó ese lugar.

–Aún no me dices cómo la conoces.

–Ya te lo dije, es una larga historia, Athan. No me gusta hablar de ese tema. Además, no es importante.

–Papá, ¿hay algo más que deba saber acerca de nuestra familia?

–¿Por qué?

–Porque todos se sorprenden al conocerme, en las audiciones todos preguntaban dos veces "¿Zeev?" como si nuestro nombre estuviera maldito.

Su padre rio.

–Es que nuestro nombre es bastante antiguo.

Athan comprendió en ese momento que su padre no le contaría nada.

–¿Qué hay de ti, hijo? ¿Conociste a alguien interesante? ¿ya diste un recorrido por la Isla?

–¿Ahora quieres hablar de chicas conmigo?

–Si quieres podemos hablar de chicos, sabes que estoy abierto a cualquier posibilidad.

–¿Qué? No, papá...

–Digo tú conoces a los tíos Frey y Elliot, ellos...

–Papá, sí, lo conozco y los quiero mucho, pero no. No me gustan los chicos y tampoco conocía a ninguna chica desde que llegué y.... no.

–Está bien, sólo decía. –rio mientras Athan sentía como la temperatura de su rostro volvía a la normalidad. –Sólo recuerda usar protección, hijo. –Athan volvió a enrojecer.

–¡Papá! –el padre de Athan rio a carcajadas al ver a su hijo. –No vamos a tener esa conversación.

–Está bien. Pero si necesitas condones...

–Papá basta, por favor. –Athan se cubrió el rostro. –Terminaré la llamada aquí, e iré a comer helado con TJ. Adiós.

–Adiós, salúdame a Ruth y Eun cuando las veas.

–Sí... sí. –colgó.

Athan salió de su habitación, y lo primero que encontró fue a TJ recostado en el sofá con las piernas abiertas, llevaba la bata abierta y mostraba toda su humanidad.

«¿Cómo se le ocurre a mi padre que podría gustarme un chico cuando tengo a semejante animal viviendo conmigo» pensó Athan y se estremeció al pensarlo,

–No, que horror.

–¿Qué fue? –dijo TJ con la boca llena de helado.

–Nada, ¿puedes taparte? –TJ se sentó y se cubrió con la bata, pero al rato volvió a abrir sus piernas.

Athan se sentó al lado de su amigo y sacó una gran cucharada de helado del bote de TJ.

–¿Qué estamos viendo? -dijo mirando la televisión.

–El acosador nocturno.

–¿El qué?

–Acosador nocturno. Cállate y mira.

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