Capítulo 11. Serendipia

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Descubrir algo bueno sin buscarlo

El viernes, día de la gran noche, amaneció soleado, muy fresco por el inicio de la primavera, Era un excelente día para organizar una fiesta. Lu y Takashi se encerraron en sus habitaciones todo el día, no tenían clases en la universidad, así que aprovecharon para estudiar a fondo lo que avanzaron esa semana. Takashi se ponía al día con los apuntes de cálculo de Lu y la llamaba si no entendía algo.

Cuando los padres de Lu regresaron a su casa encontraron a su hija en la sala esperándolos. Apenas eran las 6 de la tarde, pero en una hora comenzaba la fiesta en el instituto.

–Mamá, bienvenida. –Saludó Lu al ver a su madre entrar.

–Hola, mi amor.

–¡Pequeñita! –Exclamó su papá al verla. Lu se lanzó a los brazos de su padre, encajaba a la perfección en ellos.

Lu nunca llegó a ser más alta que sus padres, su hermana sí, aunque no había alcanzado a su padre, ya había sobrepasado la estatura de su madre, que no era para nada bajita, por eso Lu se ganó el apodo de "pequeñita" o "chiquitita" con su padre y hermana.

–¡Hola Enana! –También la llamaban así para molestarla.

–Mutante... –Respondió Luary. Se dirigió a su madre. –Mamá... Takashi y yo tenemos una fiesta en la casa de un amigo, ¿puedo ir?

Lu lanzó la pregunta sin anestesia, ella sabía que su mamá no se oponía a ningún intento de socializar que hacía Lu, cualquier actividad que la sacara de su casa o de la casa de Takashi era siempre bienvenida.

–¿A qué hora? –preguntó su papá.

–En una hora.

–¿Tienes que pagar?

–Sólo un poco.

–Está bien. –Dijo su mamá. Luary le agradeción con un efusivo abrazo y corrió hacia su habitación.

La hermana de Lu, Nyx miró atónita a sus padres, a ella casi no la dejaban salir.

–¿Dónde es la fiesta? –preguntó Nyx, colocando en apuros a Lu, quien se detuvo a medio camino.

–En la casa de un amigo.

–¿De cuál amigo?

–No lo conoces, ¿Para qué quieres saber? –Nyx se encogió de hombros y dejó tranquila a su hermana, sin tragarse por completo el cuento.

Lu le mandó un mensaje de confirmación a Takashi, se vistió con un vestido sencillo y botines. Fue a recoger a Takashi a su casa, bailó graciosamente al verle salir. Takashi cargaba el violín de Luary y una mochila. La madre de Takashi insistió con llevarlos, así estaría más tranquila, dijo. La verdad era que quería conocer el Instituto Merak.

Desde la puerta que conducía al patio había decoraciones increíbles, luces por todas partes, chicos y chicas bailando de forma fenomenal, los típicos vasos rojos para la bebida estaban en el piso y en las manos de todos con los que se cruzaban, al llegar al centro de la fiesta, en el patio principal, se encontraron con una tarima llena de luces, un dj y una larga mesa llena de botanas y bebidas preparadas listas para servirse, Ze Lei estaba encargado de la sección, montaba guardia para que no adulteraran la bebida que él había preparado.

–¡Ze Lei! –Gritó Lu al verlo y corrió hacia él.

–Luary –saludó el chino, pero su sonrisa era imperceptible. –Sí vinieron. Tomen un vaso, brindemos por su ingreso.

Ze Lei les sirvió y brindaron, la bebida preparada no estaba nada mal, para el paladar exigente de Luary.

–Por cierto, Lu. –dijo Ze Lei. –¿Por qué trajiste tu violín?

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