(Japones) Conciencia agridulce de los momentos que pasan en la vida.
La mañana siguiente se presentó fresca, como si quisiera darnos una lección de vida "No importa cuán triste estés, al final siempre brillará el sol", una completa montaña de basura.
Luary salió con su madre hacia el Instituto. No dijo ni una palabra, su madre no insistió, tal vez, muy en el fondo, sabía lo difícil que era para Luary "tomar una decisión".
Subieron al segundo piso, directo hacia la oficina de Andraste. La maestra estaba con el director Lantsov revisando las posiciones para el musical, cuando la secretaria entró.
–Maestra, disculpe. Afuera está la alumna Tametz con su madre, dice que quieren hablar con usted.
–Hazlas pasar, por favor. –La secretaria se retiró.
–¿La madre de Luary? – preguntó el director.
–Al parecer su madre aún no sabía que ella estaba aquí.
La madre de Lu la abrazó y así entraron, Lu había llorado tanto la noche anterior que tenía los ojos hinchados y colorados. Sin embargo, en ese momento, ella no parecía sentir nada.
Luary entró con la cabeza gacha, su madre, en cambio, se veía tan altiva como intimidante. Lantsov dedujo que algo estaba mal en cuanto vio a su alumna.
–Buenos días, usted debe ser la madre de Luary. –Saludó Andraste levantándose de su asiento para darle la mano. –Soy la maestra Andraste, hablamos por teléfono ayer.
–Mucho gusto.
–Buenos días... –Saludó Lu con la voz apagada.
–Él es el director del Instituto, el maestro Lantsov.
–Llámeme Evander, por favor. –La madre de Luary sonrió dándole la mano. –Tome asiento.
–Señora Tametz, lamentamos mucho el incidente de ayer, tenga por seguro que los estudiantes ya recibieron una castigo por su mala conducta.
–Me alegra saberlo, pero no estamos aquí por eso. ¿Verdad, Lu?
La chica tenía la mirada en sus manos, no dejaba de rascar su pulgar, ya tenía varias líneas enrojecidas y algunas incluso amenazaban con sangrar.
–Yo... Por lo que pasó ayer no creo que me sea posible seguir estudiando en el Instituto.
Andraste se miró con Evander. Ambos sabían que la situación no era para tomar semejante decisión.
–No entiendo. –dijo el director. –Luary ¿Estás segura de eso? La enfermera dijo que lo de tu mano no era grave.
–No es por eso, profesor. –Lo miró, a Evander le pareció que ella le gritaba ayuda. Volvió a bajar la mirada. –He descuidado mis estudios en la universidad, así que... –La mano de Lu temblaba, tragaba saliva para continuar, pero su garganta estaba seca.
–Luary ya no asistirá. –Completó su madre- ¿Debo hacer algo para cancelar su inscripción?
–Señora Tametz, creo que es una decisión algo apresurada, ¿no lo cree? –Insistió Lantsov. –Luary es una alumna becada en el Instituto, el musical está a unos meses y ella es parte fundamental de la sinfónica.
–Por eso quisiera saber si tengo que firmar algún documento o realizar algún pago. Entiendo que la beca a la que está renunciando es dinero perdido para ustedes, así que por eso vine.
El director tensó su mandíbula, no era la primera vez que veía esa actitud, y Andraste lo sabía bien.
–No se preocupe, señora Tametz. –Dijo Andraste. –No es necesario, nosotros nos encargaremos de todo. Pero no podemos cancelar la participación de Luary en el festival.
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La Isla Fel
RomantizmAthan Zeev tenía poco más de 20 años cuando su familia lo envió a La Isla Fel para continuar con un tratamiento para sus ataques de pánico, tras una serie de éstos antes de su debut en Corea del Sur. Es en el momento más oscuro de su vida cuando re...