Capítulo 45: Forelsket

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La euforia que sientes cuando te enamoras.

Luary salió de la Universidad como flecha, ni bien había terminado la clase matutina del sábado. Feryel intentó seguir el paso a penas y logró alcanzarla en la parada de buses.

–¿Por qué la prisa? –Preguntó él, agitado.

–Hoy es el último día de Athan en el hospital, seguro sus padres ya llegaron, debo ir a ver cómo está.

–¿Por qué fuiste todos los días si sale recién hoy? –Preguntó casi molesto. Lu enrojeció.

–Para ver si salía antes. Oh, el bus. Adiós Fery, nos vemos.

–Adiós...

Luary corrió y subió al bus, completamente emocionada. Seth lo observó todo, hizo un movimiento negativo de cabeza y se acercó a su primo.

–Hermano, la estás perdiendo. –Dijo Seth con superioridad. Fer rodó los ojos. –Tienes que decirle lo que sientes, ella no te esperará para siempre.

–¿Habla la experiencia? –Inquirió Feryel. –No te preocupes por mí. Tengo una idea para decirle todo. –Sonrió con confianza y se fue.

En el hospital Luary buscó con la mirada a los padres de Athan, aún no había llegado, tampoco vino alguien del instituto. Le mandó un mensaje a TJ para decirle que no había nadie y que se apresurara. Se sentó y sacó el libro de turno para matar tiempo. Estaba tan ensimismada que no sintió llegar al doctor.

–¿Está interesante la lectura? –Preguntó el doctor con voz suave, Lu lo miró y sonrió. –¿Qué lees?

–Am... El extranjero de Camus.

–Ah... Es muy buen libro. –se sentó a su lado y cruzó las piernas. – Recuerdo leerlo cuando era más joven. ¿Te está gustando?

–Mucho.

–Athan también está disfrutando el libro que le prestaste. Supongo que tienes buen gusto.

Lu sonrió por el comentario.

–Soy el doctor Lowe Klein, soy el doctor de Athan, pero eso ya lo sabes. –Ella asintió. –Te imaginaba diferente, esperaba encontrarme con una niña desalineada, con lentes, pelo despeinado, pero eres más bonita de lo que imaginaba.

–¿Gracias? –dijo confundida.

–Lo siento, Athan habla mucho de ti. Es imposible hablar con él sin ti en el medio de la conversación. De hecho, vengo porque quisiera hablar contigo. –Lu cerró el libro y le prestó atención al doctor. –Me enteré de tu gran talento para el violín, y que estabas becada en el instituto, pero lo dejaste. –Luary miró sus zapatos, no quería tener esa conversación. El doctor lo percibió y decidió abordarla de forma diferente. –Déjame hacerte una pregunta Si tuvieras que dejar tu humanidad de lado para complacer a la gente, ¿lo harías?

–No, para nada.

–¿Entonces por qué lo haces? –Luary lo miró confundida. –Invalidas mucho tus logros para complacer a tus padres. ¿Por qué dejaste el Instituto?

–Pierdo mi tiempo en ese lugar, mis estudios en la Universidad son más importantes, a mis padres les preocupa que yo tenga....

–No recites tu guion. –Lu se sorprendió. –Dime, Luary ¿Cuándo tocas el violín te sientes bien? –Ella asintió. –¿Y estás dañando a alguien? –ella lo pensó.

–A mi madre...

–¿Ella te escucha y puede ir a un hospital? –Lu rio y negó. –Entonces no le estás haciendo daño con sólo tocar. ¿Matas a alguien cuando tocas? ¿Haces algún ritual para invocar a los demonios? –Luary volvió a sonreír. –Entonces...

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