Capítulo 12. Meraki

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Hacer algo con alma, creatividad y amor

Luary se asustó cuando escuchó abrirse la puerta de golpe, ella tocaba de espaldas a ella. Volteó lentamente y vio a Athan mirar con cuidado por la ventanilla de la puerta.

–Ammm... ¿puedo ayudarte en algo? –Athan dio un respingo y volteó rápidamente, casi al mismo tiempo que emitía un sonido gutural. –Oye la que debería asustarse soy yo, no tú.

–Shh. –Athan se acercó a ella gateando para no ser visto. –Me están persiguiendo. –Dijo casi susurrando.

–¿Quién? –Dijo Lu agachándose para escucharlo mejor.

–Unas chicas que quieren una cita conmigo. –Lu chasqueó la lengua y se irguió sonriendo sin creerle. –Es en serio. –insistió Athan. –¿Puedes esconderme, por favor? Prometo que no voy a molestar.

Athan colocó una cara difícil de negar.

«Con razón dicen que es difícil decirle que no a un rostro bonito» Pensó Luary.

–Bien. –Dejó el violín sobre un pupitre, luego se dirigió al armario y abrió el candado. –Entra. –Athan sonrió y obedeció. –No cierres por completo la puerta, colgaré el candado para que no se abra por completo.

Lu escuchó voces de chicas, se apresuró a cerrar el armario y regresó a tomar su violín. No pasó mucho hasta que una chica abriera la puerta de golpe.

–No puede ser... –Murmuró Lu, seguía creyendo que era un idiotez.

Athan miraba atento desde la rendija del armario.

–Hola. –Dijo la chica que abrió, se incomodó al ver que Lu practicaba. –Perdona ¿No viste a un chico alto, de pelo negro, ojos verdes divinos y súper guapo?

Lu dibujó media sonrisa en su rostro, no podía creer que lo que le había dicho Athan era cierto.

–No. ¿Por qué? ¿Se te perdió? –Preguntó divertida.

Las chicas rieron incómodas.

–No, no vi a nadie chicas, lo siento y.... estoy ensayando, por favor. –Les hizo una seña para que salieran, para ese momento más de cinco habían entrado al aula.

–¿En serio no lo has visto? –Dijo otra. –Se llama Athan Zeev y...

–No he visto a nadie, de verdad. Les recomiendo que lo reporten como niño perdido, tal vez así él regresa. –Lu rio de su chiste.

–Si viene por aquí ¿podrías...?

–Si viene por aquí le diré que está bastante grandecito como para perderse y lo llevaré con su mamá. –les volvió a hacer la seña para que salgan.

–Sí, perdona. –dijo la primera chica y todas salieron.

Luary retomó la práctica, esperó a que se hayan alejado lo suficiente y se acercó al armario para sacar a Athan.

–Parece que se fueron. –dijo con una sonrisa y lo ayudó a salir. –¿Por qué no te quedas un rato hasta que se den por vencidas?

–Gracias. –dijo Athan.

Mientras Lu colocaba su violín en su estuche, para descansar un rato y beber agua, él se acercó al atril.

–¿Qué practicas? –preguntó revisando las partituras.

–Para el musical. Hay algunas cosas que se me complican, y estoy un poco retrasada.

Athan se quedó viendo maravillado las notas, cuando de pronto un sonido proveniente de su estómago inundó el aula, Lu se quedó por un momento quieta con la botella aún en sus labios.

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