Ilusión de creer que algo es más lindo de lo que es.
TJ evitó a Takashi lo que quedaba de la semana y parte de la siguiente. Había acordado con Alice tener una cita cada viernes e ir a tomar café al menos dos veces por semana, pero sentía que hacerlo estaba mal.
Alice llegó a su departamento ese viernes, para sorpresa de todos, llevó a Dilara con ella.
–¿Hola? –les saludó TJ confundido.
–Hola. –Alice se acercó a besarlo y luego le susurró. –Perdona ella insistió, igual se irá.
A Athan le incomodó tener en su casa a ambas chicas, cosa extraña, no era la primera vez que venían mujeres a su casa. Cenaron juntos, comentando cosas triviales del Instituto hasta que Dilara quiso ser curiosa.
–¿Y luego de ser cantantes qué harán? –preguntó Dilara.
–Yo quiero poner mi empresa de música. –dijo TJ. –Y ser socio de Takashi en su emprendimiento de moda.
La sonrisa de Alice se borró de su rostro, TJ nunca antes había incluido a alguien además de Athan en su plan de vida, ni si quiera a ella.
–¿Y tú Athan?
–Yo quiero...
«Tener una vida tranquila»
–Quiero tener una vida tranquila. –Sonrió. –¿Y tú? Supongo que quieres ser cantante.
–No, y quiero casarme, tener tres hijos y vivir en una enorme casa con un enorme jardín y dos perros y un hámster y tres gatos.
–Tu esposo tendrá que ser millonario. –Bromeó Alice, y todos rieron.
–¿No quieres una familia, Athan?
«No, no quiero poner presión ni expectativas sobre alguien a quien le di la vida»
–No, quiero ser feliz al lado de la mujer que amo.
–Ugh qué cursi. –Dijo TJ. Volvieron a reír.
Dilara quedó encantada con las respuestas de Athan. Era él, el que llenaba todas sus expectativas de una pareja, un hombre amoroso, guapo, inteligente y talentoso, el padre perfecto.
El ambiente era ideal, así que Alice propuso que Athan llevara a Dilara a su casa, y así tener un poco de privacidad con TJ.
–¿Pensaste en lo que te dije? –Preguntó Dilara luego de un largo momento de silencio en el auto. –Que me gustas.
–Sí, lo he pensado mucho. No sé si... Aún estoy confundido.
Estacionó en la calle donde la había dejado la última vez, pero ella no bajó de inmediato.
–¿Puedo intentar algo para disipar tus dudas? –No dejó que Athan respondiera, aprovechó su ingenuidad y se acercó a besarlo. –Salgamos. –propuso cuando se separó de él. –No importa si sientes algo por ella, los sentimientos cambian, yo sé que puedes enamorarte de mí.
Puede que esa decisión haya puesto a Athan contra las cuerdas, puede que en ese momento Dilara haya despertado sentimientos en el pobre muchacho.
–De acuerdo. –Esta vez, fue Athan quien la besó.
En casa, con audífonos en los oídos, entró rápidamente a su habitación, quiso enviarle un mensaje a Luary, decirle lo confundido que estaba, que la extrañaba. Pero se contuvo, al único que estaba engañando era a sí mismo.
Esa noche los gemidos no inundaron la habitación de TJ.
Cuando Athan se fue Alice abrasó a TJ por la espalda y comenzó a besar su cuello, TJ volteó y le siguió el juego, caminaron a trompicones hacia la habitación. Pero cuando TJ la besaba, la imagen de Takashi se le vino a la mente, tan clara como si él estuviera ahí, se separó de inmediato de Alice.
–¿Qué pasa? ¿Te mordí o....?
–No, tranquila... no pasa nada. –volvió a besarla, comenzó a desnudarla, y de pronto recordó cómo Takashi lamió su dedo y volvió a apartarse con brusquedad.
–TJ ¿qué está pasando? Estás actuando muy raro.
–No lo entiendo... Se supone que me gustas, se supone que me atraes sexualmente, se supone que no debería pensar en nadie más, pero...
Alice comprendió en menos de un segundo. No quería aceptarlo, pero la forma en la que TJ dejaba todo por estar con Takashi era muy diferente a la forma en la que se apartaba del mundo para estar con Athan, incluso con ella. La pregunta era ¿por qué Takashi? De entre todos, ¿Por qué él?
TJ se sentó en su cama, derrotado, Alice se arregló la ropa y se sentó a su lado.
–Nuestro acuerdo era... que podríamos acostarnos con otras personas siempre y cuando colocáramos nuestra relación como prioridad. Pero... no consideramos que tú te enamorarías de alguien más.
TJ la miró con los ojos desorbitados, estaba asustado. Pero ella sólo le sonrió con dulzura.
–La idea era tener libertad. Por eso no me estoy aferrando a ti esta vez. –se acercó a besarlo. –Lo que sientes por él está bien. –TJ comenzó a llorar. –Está tan bien que, no estoy molesta. Tal vez sea momento de dejar de prostituirte y dedicarte a una persona.
–¿Qué pasa si estoy equivocado? Dijiste que no estábamos hechos para la monogamia. ¿Qué pasa si me equivoco y te pierdo? Eres la mejor mujer que he conocido.
–Tontito, yo siempre voy a amarte. A veces sí existe una persona que satisface todas tus necesidades sexuales y sentimentales, probablemente por eso muchos matrimonios funcionan. Llámalo como quieras, almas gemelas o amor verdadero. Lo que sea... no es lo que tenemos.
–¿Y si lastimo a Takashi? Nunca me lo perdonaría.
–Entonces esfuérzate por no lastimarlo. TJ siempre estás cuidando de otros, tal vez Takashi te gusta porque él cuida de ti y nunca te exige nada. –TJ pareció pensarlo. –Debo irme, más tarde será peligroso. –comenzó a recoger sus cosas.
–Deja que llegue Athan y te llevo yo.
–TJ, acabas de romper mi corazón, permíteme tener dignidad y recoger los pedazos en soledad. –Se detuvo al llegar a la puerta de la habitación. –Y si me lo preguntas, se nota que él también está muy enamorado de ti.
Alice se mantuvo tranquila, bella como una rosa, hasta el final. Sólo lloró cuando llegó a casa y se encerró en su habitación.
ESTÁS LEYENDO
La Isla Fel
RomanceAthan Zeev tenía poco más de 20 años cuando su familia lo envió a La Isla Fel para continuar con un tratamiento para sus ataques de pánico, tras una serie de éstos antes de su debut en Corea del Sur. Es en el momento más oscuro de su vida cuando re...