Capítulo 3

329 44 0
                                    

La intensa y fina voz, despertó en su memoria. Sentada en el bar, embriagada no sólo por el cóctel que tenía delante, sino por la conversación, por el modo en que ella la miraba y cómo parecía verla de verdad. Escuchandola.

Se giró y ahí estaba: Yeji. Exactamente igual... o casi exactamente... que aquella noche.

Estaba en el pasillo junto a una puerta con un cartel que decía "Sala de reuniones"  y acompañada de un hombre en el que apenas se fijó. Lo único que vio fue a Yeji, que llevaba un traje elegante que habría hecho parecer guapa a cualquier otra mujer, pero que a Yeji le daba un aire de poder. Y así, dominaba los pasillos de Sistemas Hwang.

—¿Qué estás haciendo aquí? —le preguntó ella. Ahora o nunca. Dio un paso al frente.

—Buscándote.

La sorpresa iluminó su cara. El hombre que había a su lado las miró a las dos con clara curiosidad. Con un movimiento casi imperceptible de su mano, Yeji le dijo que se retirara y él lo hizo no sin antes sonreír a Yeji y decirle algo sobre una reunión.

—¿Por qué? —dijo Yeji acercándose y bajando la voz—. Creía que habíamos quedado en no volver a vernos.

Cualquier feliz encuentro tipo Hollywood que se hubiera imaginado se desvaneció en ese momento. Lia tenía la mano sobre su abdomen y decidió que de ningún modo le soltaría la bomba del embarazo. No todavía.

—La verdad es que fuiste tú la que me dijo que te buscara si volvía a venir a Las Vegas. Pues bien, estoy en Las Vegas... y he venido a buscarte.

—Yo... —se quedó pensando y en ese momento a ella le entró el pánico, segura de que había hecho mal en ir hasta allí—. Es verdad, te lo dije, pero no tenía ni idea de que aceptarías mi oferta.

Había recorrido todo ese camino pensando que podía entrar en la vida de Yeji, aceptar la oferta de trabajo que le propuso la noche que se conocieron, contarle lo del bebé y, ya que estaba, llegar a conocerla bien...

Y todo eso estaba desmoronándose ante sus propios ojos. Las lágrimas, que habían sido una compañera constante desde que había salido de la consulta del doctor, amenazaron de nuevo, pero Lia se negó a dejarlas salir.

Pensó en el bebé y dentro de ella surgió un fiero deseo de ocuparse del niño que estaba por llegar. Tenía que encontrar un trabajo, inmediatamente. Costara lo que costara.

Yeji le había hecho una oferta, ella la había oído. Podía funcionar. Funcionaría.

—Soy consciente de que me he presentado aquí sin avisar —dijo, queriendo salir de allí antes de que las lágrimas ganaran o Yeji dijera algo más que quebrara su compostura, pero se negaba a rendirse tan pronto—. Y puede que sea un mal momento, pero quizá podríamos quedar para hablar.

—¿Hay algo que debería saber de aquella noche? —su voz había caído hasta ser apenas un susurro.

Ahí tenía la oportunidad de decírselo. Abrió la boca para decir: "Estoy embarazada" y después volvió a cerrarla.

La reacción de Yeji hasta el momento no había sido exactamente de gran alegría.

Se había mostrado seca, ninguna palabra, casi parecía enfadada. No se esperaba un recibimiento de película, que la tomara en brazos y la besara con pasión, pero algo un poco más entusiasta la habría calmado. El embarazo ya la había desestabilizado lo
suficiente y ver a Yeji reaccionar así como si fuera una mosca en su sopa...

No necesitaba más estrés. Ahora no. Además, el último lugar en el que quería darle la noticia era ese pasillo. Esperaría un momento mejor, uno en el que tal vez Yeji se pudiera recuperar del impacto de haberla visto de nuevo.

Embarazo en las Vegas (YEJISU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora