El pasillo se abría a una sala de doce metros por dieciocho, rodeada totalmente de cristal dándole al visitante la sensación de estar en el centro de una pecera. Cubría tres pisos espléndidos que formaban capas de brillante color coral. En un lado un galeón hundido en miniatura dominaba el centro de la pecera mientras que en el otro había varios arcones con tesoros junto a un trío de sonrientes esqueletos de piratas.
Más simpáticos esqueletos llenaban la pecera en distintas posturas: saludando a los visitantes, colgando de un sedal y haciendo submarinismo.
Era la clase de lugar que le encantaría a todo niño pequeño, un lugar al que le habría gustado llevar a sus alumnos.
-Esto es increíble.
Yeji sonrió.
-Te lo había dicho. A Harry le encantan sus peces.
Lia se giró y contempló las lentas tortugas marinas, los graciosos peces bombo, los bancos de peces plateados, la tímida anguila que se escondía en un agujero oscuro al fondo de la pecera. El mundo acuático estaba en constante movimiento, un arco iris submarino de actividad.
A su alrededor, los niños pululaban por la sala y tocaban el cristal para señalarle a sus padres un pez azul brillante o seguir el trayecto de uno amarillo. Por todas partes se oían risas y la charla animada de los niños divirtiéndose. Lia posó la mano sobre su abdomen y dejó de mirar los peces para contemplar las escenas familiares.
¿Algún día llevaría a su hijo a un sitio así? ¿Le señalaría el recorrido seguido por la tortuga marina? ¿Le explicaría por qué la raya se deslizaba con tan poco esfuerzo por el agua? ¿Le diría por qué las anguilas soltaban descargas eléctricas?
Miró a Yeji, que se había detenido a ver cómo se paseaba delante del cristal una gigantesca tortuga marina. ¿Estaría pensando lo mismo?
-Este lugar es genial para los niños -le dijo Lia.
-Supongo. Yo nunca he traído aquí a ninguno.
-Creo que es el mejor modo de ver este lugar, ¿no te parece? A través de los ojos de un niño. Mira lo nerviosos que están. Está claro que Harry ha creado este lugar para los más pequeños.
-Hmm -fue la respuesta de Yeji. Lia intentó interpretar el gesto de su cara, pero no pudo. Fue frustrante.
-Bueno, puedo imaginarme trayendo a mis propios hijos aquí algún día -dijo ella esperando que ese comentarlo diera inicio a una conversación o que, por lo menos, Yeji le dijera lo mismo.
-Yo también puedo imaginarte haciéndolo.
Pero no dijo nada sobre Yeji. Ni una palabra sobre si le interesaban los niños o no. Quería sacarle respuestas, pero sospechaba que no podría hacerlo ni con un remolque. Tenía que lograr que Hwang Yeji se abriera y se sincerara, tenía que mantener alguna conversación seria. Después de todo había ido hasta allí para conocerla bien y hasta el momento no lo conocía lo más mínimo. Estaba claro que sus tácticas no habían funcionado y tendría que pensar en algo más creativo y rápido si quería respuestas.
A su lado, una niña se alzaba para intentar ver la enorme pecera y movía la cabeza de un lado a otro, pero tenía la visión bloqueada por un niño más alto que ella. Lia se agachó y le sonrió.
-¿Quieres ponerte delante de mí, cielo? -La pequeña sonrió.
-Gracias.
Lia le dejó sitio y se agachó.
-¿Ves eso de ahí arriba? -señaló un rechoncho pez amarillo y marrón que pasaba delante de ellas-. Es un pez erizo. ¿Sabías que pueden beber un montón de agua para hinchar su cuerpo como hace el pez globo?
-¿De verdad?
Lia miró para ver si Yeji se unía a la conversación, pero mantenía las distancias. ¿Es que no le gustaban los niños?
-Así es. Lo hacen para asustar a otros animales y entonces esas pequeñas espinas... ¿las ves? -volvió a señalar al pez-, pinchan mucho y dan miedo y les dicen a los demás "No te metas conmigo"
La pequeña se rió.
-Seguro que está muy gracioso cuando se hincha.
-Seguro que sí. Muchos animales hacen cosas graciosas. Eso es lo que hace que sea tan divertido aprender cosas sobre ellos -Lia dio un paso atrás para dejarle sitio a la madre de la niña. Llevaba un bebé en un carrito y otro niño más. Sonrió a Lia como muestra de agradecimiento.
-Gracias por dejarle ver la pecera más de cerca -dijo la mujer-. A Anna le encanta el acuario.
-A mí también -respondió Lia sonriendo a la niña-. Que lo pases bien viendo el resto de los peces.
-¡Gracias! -Anna se alejó agarrando la mano de su madre mientras le contaba todas las cosas que había aprendido.
Yeji le dirigió a Lia una sonrisa de aprobación cuando ella volvió a su lado.
-Tienes muy buena mano con los niños.
-Gracias. Siempre es genial cuando aprenden algo e incluso mejor cuando algo los emociona.
-Con suerte el programa que estamos diseñando tendrá el mismo efecto en ellos.
De nuevo hablando de trabajo, aunque tal vez ése podría ser un modo de iniciar otra clase de conversación.
-Creo que lo hará. Cuando los niños jueguen a los juegos del programa se quedarán con ganas de aprender más cosas -pasaron delante de una medusa que resplandecía en la oscuridad mientras flotaba por el agua color ébano-. Podríamos incluir cosas como vínculos a acuarios y zoos. Animarlos a salir y poner en práctica todo ese conocimiento.
-Es una idea genial -los ojos marrones de Yeji se iluminaron con admiración hacia Lia-. Por eso es por lo que te he contratado. Porque tú sí que conoces este mercado y sabes cómo llegar a los niños. Aunque claro, trabajas con ellos a diario. Yo no sabría qué decirles.
Lia rió.
-Es fácil tratar con niños. No esperan que seas una gran conversadora, sólo tienes que buscar algo que les interese, peces, deportes, comida, y hablar de ello. La mayoría de las veces son ellos los que dirigen la conversación.
-Estás hablando con alguien que se pasa el día hablando de códigos informáticos y de hojas de cálculo con hombres trajeados. No es exactamente la clase de tema que interesaría a un niño de cinco años. Además, no se me dan bien los niños.
-Pero tú tuviste cinco años una vez, ¿no? Y habrás estado cerca de alguno, ¿sobrinos, por ejemplo?
-Sí -señaló una puerta al fondo de la sala-. ¿Quieres ver los tiburones?
Una puerta se había cerrado con Hwang Yeji y Lia no estaba segura de por qué. Cuando la siguió hasta la siguiente sala, lo intentó de nuevo.
-¿Tienes una familia grande?
-No.
-----------------------
Hola! Les aseguro que para los siguientes caps se viene lo bueno 💫 7u7
ESTÁS LEYENDO
Embarazo en las Vegas (YEJISU)
FanfictionDesde que Lia vio a Yeji en Las Vegas, donde había ido a pasar un fin de semana con sus amigas, se quedó prendada de ella. Conectaron al instante y se dejaron llevar por el momento. Lia volvió a casa tras esa fantástica aventura, pero nunca imaginó...