Capítulo 5

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Choi Lia... ¿trabajando para ella?

Era una locura, pensó Yeji, mientras las dos comían y tuvo un momento para pensar en lo que ella había dicho y buscarle una perspectiva algo racional a una idea de lo más irracional.

Después de todo, sólo habían compartido una noche... una noche increíble e impresionante. Una noche en la que las dos habían acordado no ir más allá y dejarlo todo anclado firmemente al pasado.

Cuando se había despertado a la mañana siguiente con ella en sus brazos, había pensado... sólo por un momento... en dar el siguiente paso, pedirle que se quedara otro día, una semana, un mes, que volviera a verla. Se había quedado intrigada por la dulce y algo descarada maestra de preescolar que había parecido estar tan dispuesta como Yeji a despojarse de su corriente vida a cambio de unas horas inolvidables.

Pero entonces sonó su teléfono y volvió a la realidad, a un mundo que esperaba que Hwang Yeji fuera responsable. La única elección lógica había sido dejar libre a Lia y volver a su refugio, ése donde no existían las relaciones personales.

¿No había aprendido con Bae que sentar cabeza no estaba hecho para ella? ¿Que era la última mujer del mundo que debería casarse?

Y si había algo que había observado en Lia era que, a pesar de esa noche de desenfreno, era una mujer de relaciones largas y estables. Por eso, por la mañana decidieron seguir caminos separados, como si esa noche nunca hubiera sucedido. No sería más que un gran recuerdo, tal y como habían acordado, y desde entonces Yeji se había mostrado feliz con su decisión.

Sí, había pensado en ella, ¿Cómo no pensaría en ella con esa melena hermosamente despeinada y esos brillantes ojos marrones? Pero ella se había guardado esos pensamientos en su memoria y no había actuado movida por ellos.

¿Ocultaba Lia la verdadera razón por la que estaba allí? ¿Había algo que no le estaba contando? Sentía que se estaba guardando algo, pero no sabía si tenía que ver con el hecho de que quisiera trabajar con ella.

La vio beber su bebida y en su rostro con forma de corazón no vio más que entusiasmo y sinceridad. Alguien que estaba verdaderamente interesado en su idea, la misma que sus mejores consejeros habían descartado por ser poco práctica. Durante todos esos años había estaba reservando esa idea para el futuro y ahora Lia estaba sentada enfrente de ella ofreciéndole una oportunidad de hacerla realidad.

Había dicho que en ella había visto a una mujer "viva y emocionada"

¿Cuánto tiempo hacía que Yeji no empleaba esos adjetivos para describirse? Sí, iba a trabajar todos los días, hacía un trabajo que le encantaba, pero había perdido esa energía y ese entusiasmo hacía mucho tiempo.

No, no mucho tiempo. Podía decir exactamente la fecha en la que su pasión por la empresa había desaparecido; fue el mismo día en que había perdido a la única persona que hacía que ir a trabajar fuera una experiencia divertida y memorable. La persona con la que había creado la compañía, la única que Yeji había creído que siempre estaría ahí en el despacho al lado del suyo.

Desde ese día se había volcado en el trabajo, pero estar allí ya no era lo mismo. Y ahora ahí estaba Choi Lia abriendo una puerta que Yeji no se había dado cuenta que había cerrado. Hasta ahora.

¡Maldita sea!

Una vieja emoción la recorrió, una energía que no había sentido desde los primeros días en que creó la empresa con Hyunjin, cuando cada día era una aventura y no sabían si ganarían o perderían un dólar. Para una mujer que tenía toda su vida programada, esa sensación era liberadora.

La reconoció... era la misma de la noche que había conocido a Lia. Una sensación peligrosa. Una sensación adictiva. Una que debería ignorar, como lo había hecho la mañana que siguió a aquella noche de hacía dos meses.

Pero mientras su mirada se enganchaba a los ojos de Lia, se vio incapaz de ignorar la idea que llevaba tiempo queriendo hacer realidad.

-¿De verdad estás dispuesta a alejarte de tu vida por esto? -Ella asintió.

-Estoy en un punto en el que... -se detuvo-. Estoy preparada para un gran cambio.

¿Lo estaba Yeji?

Estaba claro que Lia había supuesto un gran cambio en ella cuando menos se lo había esperado. Esa mujer, la que creía que no volvería a ver nunca, se había plantado de pronto en su vida... y con una oferta para quedarse.

Aunque fuera como empleada, y no como novia. Pero, ¿no era ésa, en realidad, la situación perfecta para Yeji? ¿Qué tiempo tenía para una relación? Ya la había tenido una vez, había pensado que podía tenerlo todo, cambiar las agendas y reuniones por algo de diversión y libertad. Pero cuando lo hizo, Yeji rompió la única promesa que había hecho en su vida: cuidar de su hermano.

Y Hyunjin lo había pagado con su vida.

No, no era el momento, por muy tentador que fuera la idea de rememorar aquella noche con Lia. Tal vez cuando pusiera un comité directivo al mando... "¿Y cuándo sería eso?", le preguntó una vocecilla. "¿Cuando estés vieja y sola?".

Mejor eso que dejar una mujer y dos hijos solos y llorando una muerte.

Estaba mejor cuando la empresa era su única prioridad y no tenía que dividir su atención. Cuando los directivos que estaban por debajo de ella podían tener sus vidas y después ir a trabajar sanos y felices. Alguien tenía que ser el capitán y ese alguien era Hwang Yeji.

Pero...

La idea de Lia le dio a probar algo de los sueños que había tenido una vez; los mismos que había compartido con su hermano y luego abandonado hacía tantos años. Quería hacerlo. Lo deseaba, aunque no por ella, sino por Hyunjin.

Pensó en su agenda, en el ritmo de trabajo que llevaba y no logró encontrar un modo de poder encajarlo en su día a día. Pero entonces se le ocurrió una solución: una que podría darle lo mejor de los dos mundos, que le permitiría estar al mando de la empresa mientras Lia se encargaba
de supervisar el nuevo software.

No sería lo mismo que tener su propia familia, claro, pero sería algo. Un legado, uno que sospechaba la enorgullecería más que todos los diseños de prevención de hackers que había perfeccionado a lo largo de los años.

Sería suficiente, se dijo Yeji. Un buen sustituto de la única cosa que hacía mucho tiempo había decidido que jamás tendría.

Sí, sería suficiente. Yeji apartó su plato.

-Tengo un programa preliminar -le dijo a Lia-. Algo que funcionó hace años... -se detuvo y volvió a ese periodo que siempre intentaba evitar visitar mentalmente-. Si estuvieras dispuesta a trabajar conmigo y mis diseñadores y darnos la información necesaria para crear aplicaciones realistas, creo que podríamos tener algo que lanzar el próximo año -Ella tragó la comida que tenía en la boca mientras pensaba.

-¿Cuánto crees que tardaría algo así? ¿Lo de trabajar con los diseñadores?

-Como mucho, unas semanas. Mi equipo es muy rápido. Y, como te he dicho, el programa preliminar ya está hecho.

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No se olviden que ayer se estreno el primer cap de "Yeji, eres la madre de mi bebe" 💫

Embarazo en las Vegas (YEJISU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora