Llamó a su chofer.
-Trae el coche, por favor, tengo que ir a ver a alguien.
El programa de software se había creado en tiempo récord. Jerome sólo había hecho falta los primeros días porque Roy tenía una extraordinaria habilidad para transformar las ideas de Lia en códigos informáticos, y a media tarde los dos ya
habían terminado el programa base y Lia estaba segura de que había captado la visión original de Yeji.-Es genial -dijo ella-. Creo que a los niños les va a encantar.
-La semana que viene haremos algunas pruebas en esta versión básica -dijo Roy-. Después podremos trabajar con la documentación y mostrarles la versión beta a los genios de marketing para ver qué opinan y hacer los retoques necesarios...
-Tendrás que hacerlo solo -dijo Lia tomando la decisión en ese mismo instante.
¿Tenía otra opción? Después de esa mañana, no veía razones para seguir en Las Vegas. Yeji le había dejado claro cuáles eran sus sentimientos-. Tengo que volver a San Diego.
Roy se quedó mirándola.
-¿A San Diego? ¿Por qué?
-Esto era un trabajo temporal. Durante el día soy maestra de preescolar -dijo intentando decir algo gracioso y sonreír, pero no lo logró-. No creo que esto funcione.
-Pero... pero eres fabulosa en esto.
-Tú lo eres -dijo señalando al ordenador-. Eres tú el que ha creado el programa.
Roy se rió.
-Lia, yo escribo los códigos. Soy como el mecánico que prepara el motor de un coche. El motor necesita un buen diseño para que los consumidores lo compren. Y ahí es donde entras tú. Tú has aportado todas las ideas para el diseño. Yo sólo soy el que las ha traducido al lenguaje informático.
Todos esos halagos la hicieron sentir bien. Durante muchos años había trabajado como profesora y aunque había disfrutado mucho con su trabajo, nunca había hecho nada a lo que pudiera señalar y decir que le pertenecía, que había sido idea suya.
Si ese programa se hacía realidad y miles de niños terminaban jugando al Juegos dentro y fuera, y lo que era mejor, aprendiendo, entonces sabría que ella había formado parte en ello. Sería increíble ver a un niño jugando a ese juego y saber que ella había puesto su granito de arena para crearlo. Eso provocó una clase de satisfacción laboral que no había sentido nunca antes.
Jamás se había imaginado que pudiera tener otra profesión... y mucho menos, disfrutar con ella.
Era una pena que tuviera que despedirse antes de, si quiera, haber empezado. Miró el ordenador y la invadió una sensación de pérdida. Tal vez algún día vería el programa en las tiendas o en la escuela donde trabajara. Con eso le bastaría. Tendría que bastar.
No podía seguir trabajando allí y ver a Yeji todos los días sabiendo lo que ella sentía. Sabiendo que no quería lo mismo que quería ella. La vida que ella quería.
Sabiendo que no quería a su bebé.
-Gracias, Roy. De verdad -se levantó y recogió su bolsa de piel y su bolso-. He disfrutado mucho trabajando contigo.
-¿En serio nos dejas?
Ella asintió.
-¿Y qué pasa con la señorita Hwang?
-Encontrará a otra persona. Hay mucha gente que puede hacer mi trabajo.
Roy se recostó en su silla.
-Puede que me vaya de la lengua al decir esto, pero llevo trabajando aquí seis años y conozco muy bien a la señorita Hwang. Ha estado... distinta desde que viniste a trabajar aquí. Más feliz. Por ejemplo, ¿eso de tomarse un día libre? No sé cómo la convenciste. Ella nunca lo hace. Los que trabajamos para Yeji pensamos que trabaja demasiadas horas, que lleva demasiado peso sobre los hombros. Pero así es la señorita Hwang.
-Sí, lo sé -dijo ella. Lo sabía demasiado bien.
-No intento decirte lo que tienes que hacer, pero si hay alguna posibilidad de que puedas quedarte aquí en lugar de volver a San Diego... -Roy volvió a encogerse de hombros-. Bueno, sería agradable ver a la jefa sonreír como lo ha hecho estos últimos dias
Lia asintió, pero no hizo ninguna promesa. No podía. Yeji y ella habían terminado y así tenía que ser. No podía quedarse allí y seguir esperando que cambiara la situación. Le rompería el corazón y cuando su hijo fuera lo suficientemente mayor como para entenderlo, su corazón también se rompería. No podía quedarse de brazos cruzados y dejar que eso sucediera.
La realidad era la misma ahora que esa mañana: Volvía a casa para cuidar de su hijo.
Y así se despidió de Roy y salió de la sala.
Entró en el ascensor, agradecida de encontrarlo vacío por una vez. Se apoyó contra la pared y, por fin, dejó que las lágrimas brotaran libremente de sus ojos. En unas horas estaría de vuelta en San Diego. De vuelta en su acogedor bungalow.Dejando atrás a Hwang Yeji, en Las Vegas.
Por segunda vez..
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Embarazo en las Vegas (YEJISU)
FanfictionDesde que Lia vio a Yeji en Las Vegas, donde había ido a pasar un fin de semana con sus amigas, se quedó prendada de ella. Conectaron al instante y se dejaron llevar por el momento. Lia volvió a casa tras esa fantástica aventura, pero nunca imaginó...