Besar a Choi Lia fue como una perfecta sinfonía, como si estuviera hecha para Yeji. Sus satinados labios se deslizaban sobre los de ella y su cuerpo se curvaba contra el suyo, ajustándose exactamente a su forma. Quería más de ella... No. Lo quería todo de ella.
Yeji la rodeó firmemente por la cintura y mientras enredaba la mano en su sedosa melena, intensificó el beso. Cuánto la había echado de menos. Cuánto había echado de menos su sabor, esa mezcla de dulce y picante, como las manzanas y el café. Había echado de menos los suaves sonidos que habían escapado de sus labios cuando Yeji había acariciado su boca con su lengua. Había echado de menos su curvilíneo cuerpo contra el suyo.
Pero sobre todo había añorado cómo Lia, con un solo beso, podía hacerle olvidar todo y abrir en su vida una ventana a la esperanza, aunque sólo fuera por un momento.
Lia se apartó sonrojada y le sonrió. Sus ojos marrones le hicieron preguntarse a Yeji si era posible que cualquiera se perdiera en esas profundidades.
-Ha sido... increíble.
-Estoy de acuerdo -le respondió Yeji con una sonrisa.
-Y... una complicación -la sonrisa de Lia se desvaneció-. Trabajamos Juntas, Yeji. Eso es todo.
Yeji deslizó un dedo a lo largo de su mandíbula con el deseo de poder besarla otra vez. Su sentido común le decía que ella había hecho lo correcto al apartarse, pero ahora mismo ella no quería escuchar.
-¿En serio? Porque a mí no me parece que hoy hayamos hecho nada parecido al trabajo.
-Entonces, ¿qué estamos haciendo?
Yeji le acarició los labios, acarició lo que su boca no podía besar.
-¿Y si no ha sido sólo trabajo?
¿Qué estaba haciendo? No tenía ni tiempo ni espacio en su vida para una relación. De hecho, era la última persona que debería intentar tener una relación con una mujer como ella.
Sí, desde que había conocido a Lia le había dado vueltas a la idea de tenerla en su vida. Al principio durante una noche... Ahora por más tiempo. Imposible. No podía. Ahora no. Ni ahora ni nunca. Y menos con una mujer que claramente quería el pack completo: una pareja, una familia y una casita rodeada por una bonita valla.
Con cualquier otra persona, podría tenerlo, pero no con Hwang Yeji.
"Cuida de tu hermano, Yeji. Cuida de él. Es frágil y necesita que alguien lo cuide"
Y después, cuando Hyunjin estaba agonizando...
"Cuida de mi familia. Ahora dependen de ti"
-¿Estás diciendo que... salgamos juntas? -le preguntó Lia.
Yeji debería decir que no. Todo su ser intentaba vocalizar esa palabra, pero entonces vio ese rostro con forma de corazón, esos ojos marrones llenos de preguntas, ese leve rubor del fresco deseo en la cara de Lia y abrió la boca para decir:
-Bueno, aquí tienen sus cebos -dijo el capitán-. Gusanos bien grandes. Jugosos.
-Genial -dijo Yeji.
Nada como esas cuatro palabras para romper el encanto del momento.
-A los peces les encantan -siguió diciendo el capitán ignorando que los hubiera interrumpido-. Ahora bien, si son un poco escrupulosos, yo puedo engancharlos en el anzuelo por ustedes -su sonrisa dejó ver la ausencia de varios dientes-. Todo va incluido en el precio.
Lia se había puesto de color verde. Retrocedió, le dio la caña al capitán y se mantuvo lo más lejos posible de los cebos.
Cualquier resquicio de tensión sexual que hubiera podido quedar pendiendo en el aire se desvaneció.
El momento había pasado. Lia no podía haberle dejado más claro que no quería nada con ella. No obstante, Yeji se negaba a creer que lo que estaba sintiendo ahora por dentro fuera decepción.
-Pescar se basa en la paciencia -dijo el capitán mientras colocaba los cebos. Lia desvió la mirada hasta que hubo terminado y el capitán le hubiera devuelto la caña-. Pero al final una buena pesca siempre merece la pena. Los jóvenes siempre esperan que los peces salten del lago y vayan a parar directamente a sus manos, pero la vida no es así, y tampoco lo es pescar.
Yeji colocó su propio cebo mientras el capitán seguía con sus homilías y analogías de pesca situado en medio de Lia y Yeji. Algo que, probablemente, fuera lo mejor.
¿Qué habría respondido Yeji a la pregunta de salir juntas? Habría dicho que sí, aunque fuera la respuesta equivocada. Quería salir con Lia. Quería explorar esa relación, ver adonde conducía. Quería expandir su vida para poder incluirla a ella.
Pero lo que Yeji quería y lo que debía hacer eran dos cosas completamente distintas.
Lia era, como diría el capitán, una buena pesca, pero una que Yeji no debería estar intentando pescar por muy tentadora que fuera la idea.
Cuando se colocó al lado de Lia y bajó el sedal al agua mientras intentaba bloquear la interminable charla del capitán, volvió a la noche del acuario y recordó con qué facilidad Lia había conectado con aquella pequeña niña. Lo había hecho sin ningún esfuerzo, de un modo casi... Mágico.
Vio la alegría en los ojos de la pequeña mientras se reían hablando del pez globo y sintió un cierto anhelo. A su alrededor había familias, que habían logrado crear un círculo completo.
En un momento de su vida creyó que podía hacerlo también, pero entonces murió Hyunjin y decidió que era mejor volcar todos sus esfuerzos en el trabajo en lugar de situarse frente al altar y hacer una promesa que no estaba segura de poder cumplir.
A su lado, Lia de pronto dejó escapar un grito ahogado.
-¡Ooh! Creo que ha picado -sujetó con fuerza la caña y la brillante boya amarilla y rosa se hundió bajo el agua. Comenzó a enrollar el sedal que se tensó mientras se acercaba al barco hasta que de pronto quedó flojo y se hundió en el agua-. Oh, no,
creo que lo he perdido.-A veces pasa -dijo el capitán-. Aunque te esfuerces el máximo, los buenos se te escapan. Volveremos a colocar un cebo para que lo siga intentando.
Lia le dio la caña y al momento ya tenía su sedal de vuelta en el agua. Pescaron un rato más con pocos resultados. La brisa que apenas había logrado aliviar el despiadado sol de agosto disminuyó y subió la temperatura. Pronto, el viaje en barco dejaría de ser divertido y lo mejor sería buscar un lugar más fresco.
-Creo que ya he tenido bastante pesca por hoy -dijo Lia mientras recogía el sedal y colocaba su caña contra la barandilla del barco. Se giró hacia Yeji con una pícara sonrisa-. ¿Quieres nadar un poco?
-¿Nadar? -intentó pensar en la última vez que lo había hecho y no pudo, aunque lo que sí pudo hacer fue crear en su mente una imagen de Lia en bañador-. ¿Intentas vivir la experiencia del lago al completo en un solo día?
-Oh, claro, quiero probarlo todo -un brillo iluminó sus ojos y por segunda vez en el día, Yeji se preguntó si estaba flirteando con ella. Bueno, no se lo preguntó. Lo sabía.
El deseo le recorría las venas. Era un juego peligroso, uno al que no debería jugar, pero cuando ella flirteaba así, la lanzaba de llena a aquella primera noche y todas las decisiones que había tomado se derretían con el poder de su sonrisa.
-Vamos, Yeji. Si vas a tomarte el día libre, hazlo bien -le quitó la caña de las manos, recogió el sedal y la apoyó contra la barandilla. Una vez más, se hizo cargo de la situación sorprendiéndola con ello. Excitándola-. ¿Sabes nadar? ¿No habrás dejado también tus habilidades acuáticas en dique seco, verdad?
Yeji rió.
-En absoluto. Puede que esté un poco oxidada, pero no me ahogaré.
-Bien. Aunque sé hacer el boca a boca -la sonrisa de Lia y ese doble sentido hicieron que la temperatura subiera un poco más.
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Felíz navidad ! 💫
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Embarazo en las Vegas (YEJISU)
FanfictionDesde que Lia vio a Yeji en Las Vegas, donde había ido a pasar un fin de semana con sus amigas, se quedó prendada de ella. Conectaron al instante y se dejaron llevar por el momento. Lia volvió a casa tras esa fantástica aventura, pero nunca imaginó...