El destino que nos une [+18]

Capítulo 36: ¡SORPRESA!

Pov: Katherine

Llevé a los agentes hasta el amplio salón que posee Alexander en su mansión, llena de nervios me senté en uno de los primeros sofás que vi, y delante de mí, en otro sofá, se acomodaron rápidamente los agentes.

- ¿Desean tomar algo?

- No es necesario, señorita. Acabaremos en breve con las preguntas.- contestó el hombre educadamente rechazando mi invitación, mientras lo vi sacar del interior de su uniforme una libreta y un bolígrafo.

- Bien.- dijo en un susurro suspirando, entre tanto comenzaba a apuntar algo en su libreta.- ¿Se conocían con anterioridad usted y la señorita Davies?

- No..., en mi vida la había visto. La primera vez que la vi fue apenas hace unos meses, justamente cuando ella misma me entrevistó.

- Si no me equivoco, tengo entendido que usted trabaja en la empresa Spencer's Media, ¿no?

- Sí, desde hace unos meses, por eso el por qué de que ella me entrevistase.- digo convincente.

En ese momento entra Alexander al salón, esta vez con un chándal puesto, que se ajusta perfecta y deliciosamente a su gran e imponente figura. Éste, sigue su camino a paso enérgico hasta llegar a mí, sin dejar de mirarme ni un segundo con esos profundos ojos  que tiene, pero que lo hacen aún más sexy de lo que ya es. Sentándose a mi lado, me agarra posesivamente de la cintura acercándome a él. Y en ningún momento se da cuenta que los dos agentes no le quitan la vista de encima. El hombre que estaba hablando hace apenas unos segundos conmigo, lo mira con desaprobación por la interrupción, y su compañera, la muy lagarta lo mira como si quisiese comérselo, sin saber que este Spencer ya tiene dueña...

- Señor, esta conversación es privada.- dice el agente hacia Alexander.

- Sí ¿Y?, ¿usted ve a alguien por aquí poniendo la oreja?- contestó Alexander.

- Lo que hay que oír...- dice negando el policía.- Y a lo largo de estos meses, en los que han estado trabajando juntas en la misma empresa, ¿ha notado algo extraño en su comportamiento, o algo?- pregunta esta vez girándose hacia mí.

- Bueno, nunca noté nada raro, solo que desde el primer día me pareció ver que mi presencia no le hacía mucha gracia en la empresa.

- ¿Y no se le ocurre ninguna razón por la que usted no le agradase a la señorita Davies?- inquiere el agente de nuevo.

Después de todos estos meses sabía perfectamente que yo muy bien no es que le cayese a Vivian, pero podían ser tantas razones la respuesta a que yo no le agradase y me hiciese todas las cosas que me ha hecho durante este tiempo, que de todas las que se me ocurrían ninguna me daba la respuesta a la incógnita que tenía en la mente. Antes de poder contestar o al menos decir algo, Alexander rápidamente dijo

- No sé si esto sirve de algo, pero una de las razones por la que Vivian ha podido hacer esto, puede ser su obsesión conmigo. Durante muchos años, ha estado detrás de mí de una forma muy obsesiva. Al principio yo no le daba importancia, me lo tomé como un enamoramiento de adolescentes. Pensé que eso ya se le había olvidado, y que todo había acabado ahí. Pero después de todo lo  que ha ocurrido, desde hacerle daño a mi mujer, hasta robar en mi propia empresa, creo que su obsesión ha ido aumentando cada vez más con los años.

- Lo de robar en su empresa era algo que desconocíamos. ¿Desde cuando sabe lo de los robos?

- Los robos nos enteramos hace unos meses, de que llevaban robando en la empresa desde hace bastantes años. De todo esto, por cierto, nos enteramos por mi mujer, que cuando entró a trabajar en la empresa y se puso a revisar contabilidad de años anteriores, vio que había movimientos extraños en las cuentas, desde presupuestos en los que había bastantes cantidades de dinero pedidas, pero que luego no se habían llegado a utilizar, y en otros casos también en diversas cuentas de la empresa que todos los meses se había ido quitado dinero de menos a más.