Pov: Katherine
- ¡Dios, no puede ser!, ¡Otra vez, no!- escucho como se queja Alexander.
Me levanto aturdida por el golpe que me he dado contra el suelo, después del tremendo batacazo, al oír semejante griterío. Desde mi posición puedo ver como todos, la familia al completo de Alexander, perro incluido, Emily y Christian, nos miran a ambos casi en pelotas, con una sonrisa picarona. No me quiero imaginar si llegan a tardar unos segundos más, y nos pillan en plena faena...
- ¡Uy hermanito!, que vistas tienes a tu lado. ¿Cómo no has avisado?, ¡si lo llego a saber vengo antes!
No pasan ni tres segundos, cuando Alexander se levanta furioso para tomar una de las mantas que hay en el salón y envolverme completamente con ella, sin importarle su propia desnudez. Me agarra en brazos sentándose de nuevo en el sofá, esta vez conmigo encima de sus piernas, sin dejar de apretarme fuertemente contra él, pero claro Asher no iba dejar la cosa ahí.
- ¡Hermano, pero no os cortéis!, ¡por mi podéis seguir!
A mi hombre no le hace falta decir nada, para que su hermano se calle la boca y deje de molestarlo, porque con la mirada que le lanza, con la que cualquiera preferiría la muerte antes que enfrentarse a él, Asher no se lo piensa dos veces para darse cuenta de que no debe seguir con sus bromitas viendo el cabreo de su hermano.
- ¿Me puede explicar alguien que demonios hacéis todos aquí?- pregunta Alexander fulminado con la mirada a todos los que están presentes que nos acaban de interrumpir.
- Hijo, como hace unos días me comentaste que ibais a iros de viaje, ¡se me ha ocurrido una idea maravillosa!- contesta la madre de Alexander en un tono alegre.
- No, no...- comienza a negar la cabeza sin control en respuesta su hijo.
- ¿Un viaje?- repito perpleja.
- Claro, Katherine.- Amelia se acerca hasta mi, pero al ver mi cara de confusión, rápidamente mira hacia Alexander con dagas en los ojos.- No me digas que aún no se lo ha dicho.
- ¡Claro que no, mamá!. ¡Iba a ser una sorpresa!
- ¡Pero decirme el que!- digo eufórica mirando en dirección a Alexander.
Por fin, Christian suelta aclarándome lo que está ocurriendo
- ¡Pues que el buenorro iba a llevarte de vacaciones!
- ¿En serio?
- Sí, es enserio.- dice dejando escapar un suspiro de enfado.- Pero ahora me acaban de joder toda la sorpresa.
- ¡Ay no te preocupes, amor!. ¡Yo te quiero igual!
Y con la adrenalina llenando mi cuerpo me lanzo a su boca, sin importarme que todos nos estén mirando. No me corto ni un pelo en ningún momento, vamos si les molesta que no miren, ¿no?, Yo tengo todo el derecho de tocar a mi hombre como, cuando y donde quiera. Porque para algo es solo mío. Aún así a Alexander parece no molestarle para nada mi impulsividad, ya que me corresponde con la misma intensidad y hambre que la mía, a pesar de haber estado hace un rato restregándonos
- ¡Hey, hey, hey!, ¡Un poquito de control, eh!- escucho decir a Asher.- ¡Os veo morreándoos más que a los de una revista porno!
- Siento que te moleste esto, hermano.- contesta Alexander levantándose del sofá conmigo en brazos.- Aunque la verdad es que me importa poco lo que digas, porque no pienso aguantarme las ganas de tocar a mi mujer cada vez que quiera, porque a ti te moleste. Así que vete acostumbrándote a vernos así.- aclara mientras sale del salón esquivando a todo el mundo.- Dentro de una hora o así estaremos listos, así que acomodaos y sed libres de tomar lo que queráis.
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El destino que nos une [+18]
RomantikAlexander Spencer. Frío, calculador y mujeriego. Él es uno de los hombres más poderosos e influyentes de Inglaterra. Experto amante pero despiadado en los negocios. Katherine Walker, una mujer hermosa, independiente y soñadora. La cual no caerá ante...