Pov: Katherine
Estaba terminando de ducharme, ya que hacía unas cuantas horas que había salido del trabajo. Acababa de aclararme el cuerpo cuando me pareció escuchar sonar el telefonillo de mi apartamento, rápidamente salí de la ducha para ponerme el albornoz deprisa y dirigirme hasta la puerta, para ver desde el aparato quién era.
Llegué hasta allí y vi por la cámara que era un, ¿repartidor?, pero si no he pedido nada... Descolgué el auricular y dije no muy convencida que fuera para mí.
- ¿Sí?
- ¿Katherine Walker?
- Sí, soy yo.
- Tiene un paquete.
- Ah, vale, te abro.- contesté abriéndole la puerta.
Abrí la puerta de mi apartamento para esperar hasta que llegase, mientras me comía la cabeza pensando que podía haber en el paquete. Así estuve esperando hasta que salió del ascensor el repartidor, con una caja de color negra de tamaño no muy grande entre sus manos.
- Tome su paquete, y fírmeme aquí.- dijo entregándome la caja, que puse debajo de mi brazo, para poder tomar el bolígrafo que me ofrecía y firmar la hoja que me estaba extendiendo.
- Ya está. Muchas gracias.- le agradecí una vez firmé.
- Nada, ¡buena tarde!- dijo despidiéndose.
- Igualmente.
Cerré la puerta y con la caja misteriosa entre mis manos, me dirigí hasta el sofá donde la puse en la mesita del salón. No tuve que coger ningún utensilio ya que esta caja tenía una tapa, así que para no darle más vueltas al asunto, destape el misterio que me estaba comiendo ya la cabeza. Nada más abrirlo vi una especie de papel que envolvía algo, por lo que lo hice a un lado y nada más hacerlo me encontré con ¿ropa?. Saqué todo de la caja colocándolo en la mesita. Había un magnífico vestido acompañado de unos tacones de punta fina, un abrigo, un bolso y un conjunto de lencería con unas medias, y también un colgante con pendientes de oro blanco, que seguramente le habrán costado un pastón. Me quedé sin palabras durante unos segundos, hasta que me fijé que en la caja había una tarjeta que decía
"Me encantaría verte con esto en la cena. Si no quieres eres libre de no hacerlo, princesa. Sé que vas a estar igual de preciosa con lo que te pongas. A las 21:00 estate preparada."
"A.S"
Al acabar de leerlo me di cuenta rápidamente de que era de mi jefe. Aún recuerdo lo que se alegró cuando acepté su propuesta de ir a cenar con él y escucharlo... Sé que el pobre quiere que le dé una oportunidad de poder hacer el intento de empezar a tener algo, pero yo no sé..., después e todo lo que sufrí, tengo miedo a que vuelva a ocurrir lo mismo.
Dios, ¿Alex qué me estás haciendo?
Dejé los malos recuerdos y los nervios a un lado y volví a meter de nuevo todo en la caja, para así dirigirme a mi habitación a cambiarme. Una vez puse todo extendido en la cama, tomé primero el conjunto de lencería, acompañado de unas medias, y nada más verlo me quedé perpleja con el entre mis dedos. El conjunto consistía en un sujetador de encaje negro, pero lo que me dejó desencajada es que era ¡transparente!, ¡es que se me van a ver las tetas!. Pero eso no es lo peor de todo, no, no, ¡hay más!. Lo peor es que ha esto viene acompañado un liguero con un tanga de encaje también transparente. ¡Voy a matar a ese guarro!
Estaba ya lista cuando el telefonillo sonó, así que ni descolgué y salí de mi apartamento inmediatamente. Mientras bajaba el ascensor poco a poco, revisé mi maquillaje de lo más sencillo en el espejo. Respiré profundamente tranquilizándome ya que tenía el corazón a mil.
ESTÁS LEYENDO
El destino que nos une [+18]
RomanceAlexander Spencer. Frío, calculador y mujeriego. Él es uno de los hombres más poderosos e influyentes de Inglaterra. Experto amante pero despiadado en los negocios. Katherine Walker, una mujer hermosa, independiente y soñadora. La cual no caerá ante...