Pov: Katherine
Después de la charlita con el ogro de mi jefe, él me mandó volver al trabajo, así que bajo sus órdenes me marche de allí, para seguir con lo que estaba antes de que Jack viniera a buscarme para comer.
Estaba tan concentrada en lo que estaba haciendo que casi ni me di de cuenta cuando empezó a sonar el teléfono de mi oficina. Así que lo cogí para decir rápidamente.
- Secretaria del Sr Spencer, dígame.
-...-Al ver que nadie contestaba, me aseguré si estaba en línea, y al ver lo que estaba seguí insistiendo.
- ¿Hay alguien a...?
- Mmm, me parece que tienes que mejorar esa voz a la hora de coger las llamadas-dijeron del otro lado de la línea dejándome confundida.
- ¿Señor Spencer?- dije dándome cuenta que la persona al otro lado de la línea no era nadie más ni nadie menos que el gilipollas de mi jefe.
- Sí, ese soy yo- dijo. Bueno al menos el gilipollas sabe cual es su nombre.- Como decía, tienes que cambiar ese tono de voz que tienes a la hora de coger las llamadas que van dirigidas a mí.
- ¿Tan mal suena mi voz para su gusto, señor?, ¿O también voy a tener que llenarme la boca de sal para que le guste así más? como el café que le hice, que le gusto tanto...- dije con evidente sarcasmo.
- No... es que tu voz suena, como si...estuvieras loca. Y la verdad, no me gustaría que los clientes me llamaran asustados, por que una loca les ha contestado al otro lado del teléfono.- me dice el muy hijo de puta, con tal de insultarme- Aunque lo de llenarte la boca de sal, no lo veo como una opción mala con tal de quitarte esa rabia de loca que me traes al trabajo- dijo el muy cabrón
¡¿¡¿¡¿LOCA, YO ESTOY LOCA?!?!?!, ¡¡RABIA, QUE RABIA TENGO YO, LA TIENES TÚ, DESDE QUE LA POBRE DE TU MADRE TUVO QUE TRAER A ESTE MUNDO A UN SER HUMANO COMO TÚ, SI ES QUE SE TE PUEDE LLAMAR ASÍ, YA QUE NO ERES MÁS QUE UN PUTO PERRO, GILIPOLLAS, ARROGANTE Y LLENO DE PUTA RABIA POR DENTRO!!- digo interiormente mientras va hablando el muy imbécil, y a su vez consiguiendo que me levante de mi asiento y comenzando a dar vueltas por mi oficina, mientras sigo maldiciendo.
- JAJAJA- digo riéndome con la rabia que me ha contagiado el gilipollas este.- Así que, ¿Yo, estoy loca?. Mmm, me parece que el café que le hice, lleno de amor y AZÚCAR-digo remarcando para que se joda- le afecto mucho al cabezón ese que tiene.
- Emm, ¿Te has enfadado, querida Katherine?- me dice con tono de burla, ya que se ha dado cuenta de que estoy más cabreada que una mona.
- ¿Yo, enfadada?, me parece que se equivoca querido jefe.
- Yo creo que no.
- Señor, dígame de una vez qué es lo que quiere, ya que tengo más cosas que hacer, que hablar de temas no relacionados con mi trabajo.- digo cambiando el tema rápidamente, ya que como siga así voy a ir a su oficina, a matarlo a hostia limpia.
- Quiero que vengas a mi oficina.- me parece que hoy voy a asistir a un entierro...
- Está bien señor, voy ahora mismo.- digo colgándole, mientras intento calmarme, para no cometer ningún delito hoy.
Una vez me calmo, recojo mi libreta y mi bolígrafo. Para así dirigirme finalmente a la oficina del ogro. Toco en la puerta dos veces seguidas, recibiendo así un pase de mi jefe
- Señor, ¿Qué desea?- digo entrando, y fijándome que los cuatro hermanos se encuentran allí.
- Tenemos una reunión en unos minutos con el nuevo fotógrafo, que ha sido contratado. Y quiero que estés presente para apuntar cualquier cosa que se vaya diciendo a lo largo de la reunión.- me dice contestando a mi pregunta- Puedes sentarme.
- De acuerdo- digo mientras me dirijo a la mesa de reuniones, y arrastro una silla, situada al lado de Asher, sentándome.
- ¿Qué es lo que estás haciendo?- me pregunta el gilipollas
- ¿Sentarme?- dije mirándolo sorprendida
- No, tienes que sentarte a mi lado. Ya que tú eres mi secretaria y debes apuntar lo que te vaya diciendo.
- Señor, no se preocupe. Que iré apuntando desde aquí todo lo que se vaya acordando.
- No, creo que es mejor que vengas a mi lado-me dice levantándose y acercándose hasta mi asiento.
- Pero...- digo comenzando a replicarle, sin dejarme terminar ya que me agarra la silla, y al ser con ruedas, me arrastra hasta situarme en la punta de la mesa, al lado de donde estaba él.
- Así mejor.-dice sentándose con un pequeño atisbo de sonrisa, pero al darse cuenta de mi mirada hacia él, la cambia rápidamente a la que tiene normalmente, o sea la de ogro malhumorado.
De repente se formo un silencio neutral, así que observo al resto de los hermanos, y me doy de cuenta, que todos están intentando no reírse. Como no sé que es lo que pasa, digo.
- ¿Ocurre algo?
- No...
- No...
- ¡No!- dicen los tres a la vez, intentando ocultar la risa, pero este último, que es Asher, contesta de manera más fuerte y rápida, comenzando a toser y reír.
- JAJAJAJA- dice apartándose un poco del asiento, para ocultar su rostro mientras se ríe. Y haciendo que los otros dos hermanos empiecen por el ataque de risa que le esta dando a su hermano debido a esta situación, que por lo que sospecho es la mía y la de el imbécil que tengo al lado. Cabe destacar que al que menos gracia le hace que los tres hermanos hayan empezado a reír en desenfreno, es a mi jefe.
- ¡Se puede saber que os pasa!- dice explotando, a lo que hace que los hermanos empiecen a reír más fuerte todavía.
- ¡Como sigáis así, llamo a seguridad y hago que os echen de mi oficina!- dice dando un golpe en la mesa. Y esto hace que los 3 hermanos paren su ataque de risa.
- Ya, ya está hermano.- dice Asher levantando las manos, pero al bajarlas tira de golpe unos documentos que había a su lado.
- Joder- dice apartándose de la mesa, para empezar a recoger los documentos. Debido a esto me levanto rápidamente para comenzar ayudarlo. Cuando recogemos los dos todo, al estar todo desordenado me quedo de pie de espaldas a la puerta ayudando a Asher a ordenar los documentos.
De repente se abre la puerta, pero al estar de espaldas no hago caso, y escucho una voz masculina decir.
- Buenos días.
Escucho como se va acercando hasta que oigo como dice dirigiéndose a mí.
- ¡MI AMOR!- lo que hace que me de la vuelta, debido al grito que pegó esa persona. Pero cuando hago el intento de fijarme quien me ha llamado así es inútil, ya que ese hombre me agarra de la cintura pegándome a su cuerpo bien musculado, y poniéndome a la altura del suelo me da un morreo como hacía tiempo no me daban, como si estuviéramos en una autentica película de Hollywood.
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¿Quién será el hombre que se atreve a tocar a Katherine?, ¿Qué dirá Alexander ante un posible rival?
¡Lo veremos en el próximo capítulo!, ¡así que coméntenme y vótenme!
¡Hasta mañana y muchos besos!
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El destino que nos une [+18]
RomansaAlexander Spencer. Frío, calculador y mujeriego. Él es uno de los hombres más poderosos e influyentes de Inglaterra. Experto amante pero despiadado en los negocios. Katherine Walker, una mujer hermosa, independiente y soñadora. La cual no caerá ante...