Capítulo 44: El fin de una pesadilla

15.9K 826 11
                                    

Pov: Alexander

Por un momento dejo de respirar, cuando veo a Katherine abalanzarse sobre ese cabrón. Lo que menos me esperaba, es que por querer defenderme recibiese un disparo. Desesperado me dirijo hasta ella, y la incorporo del suelo intentando hacerla reaccionar.

- Katherine, mi amor...

Pero no me oye, rápidamente me fijo en el lugar donde está la bala, y me quito la camisa que llevo puesta para taponar la herida de su hombro, que no dejaba de sangrar a borbotones. En unos segundos mi camisa, estaba totalmente de color rojo. Al menos sabía que la ayuda estaba cerca, porque en milésimas de segundos, empiezo a escuchar disparos provenir de fuera. 

Al momento ya estoy rodeado de agentes de policía, los hombres de Eugene y el mismo. El abuelo de Katherine se acerca preocupado hasta donde estamos, se arrodilla junto a su nieta, acariciando su mejilla con ternura. Pero no puede hacerlo durante mucho tiempo, ya que los paramédicos nada más llegar, la levantan y la ponen en la camilla llevándosela a la ambulancia. 

- Vete tú con ella, yo me quedo aquí.- dice Eugene palmeándome el hombro.

Antes de girarme veo por última vez a esos dos malnacidos. A Vivian, le están poniendo las esposas, mientras que a ese hombre, si es que tiene el derecho de que lo llame así, le están tapando el rostro.

Está muerto.

La pesadilla de mi mujer se acabó.

- Alexander...- escucho susurrar a alguien.

Me giro y veo a Vivian, mirándome con ojos de cordero degollado. Con esa mirada con la que tantas veces me ha engañado a lo largo de estos años. La veo, y no puedo creerlo. Siento una gran furia, pero intento controlarme. No la dejo ni seguir hablando y lo único que hago es acercarme a ella, y susurrarle:

- Espero que te pudras en el infierno, maldita loca. Si vuelves acercarte a mi mujer, te despedazaré con mis propias manos.

No espero ni a que me suelte ninguna de sus excusas, y me voy en busca de la ambulancia. Para mi suerte, aún está allí cuando llego. Me subo, pero no me dejan entrar. Aunque me molesta, debo morderme la lengua, ya que si me subo los médicos no tendrán espacio para trabajar.

- ¡Spencer!. ¡Ven aquí!- escucho gritar a Eugene.

Me doy la vuelta y veo como el abuelo de Katherine está subiéndose en su coche, ayudado por su chófer. E inmediatamente me dirijo allí, y me subo, para no perder más tiempo. EL trayecto al hospital, nos lleva un buen rato, pero nada más llegar, me bajo junto a Eugene para ir a ver dónde está Katherine.

- ¿Dónde está Katherine Walker?- pregunto nada más ver salir una enfermera de la sala de urgencias.

- ¿Son ustedes sus familiares?- pregunta confundida.

- Sí, ella es mi mujer.

- Están operándola, así que les aconsejo que esperen, durará un buen rato. En cuanto termine la operación, el doctor saldrá a informarles.

Me siento en el primer banco que encuentro, apoyando la cabeza entre mis manos y rogando por que Katherine salga bien de esta, no puedo perderla. Me he dado cuenta que no puedo vivir sin esa mujer. Sin ella, mi vida ya no sería igual. Cierro los ojos intentando calmarme, pero la calma, nunca llega, ya que siento como me dan un golpe en la cabeza con algo duro.

Me giro confundido, y veo a Eugene con el bastón en el aire. Al parecer dispuesto a darme una segunda vez.

- ¡Eh!, ¿Y esto por qué?

- Te la debía. Por impaciente y cabezón.- dice mientras se sienta.- Has puesto la vida de todos en riesgo, te dije que esperases, pero lo único que se te ocurre a ti es ir por tu cuenta, arriesgándolo todo.

El destino que nos une [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora