Pov: Alexander
- Y eso es todo lo que me dijo.
Acababa de contarles a todos los que estaban presentes en mi oficina, mis padres, mis hermanos y el abuelo de Katherine, el horroroso pasado de mi mujer. Todos se había quedado de piedra, con lo que acababa de confesarles. Unos con mayor reacción que otros. Pero lo que más me llamaba la atención, era que Eugene, el abuelo, había estado impasible desde que había comenzado a contar toda la historia.
- ¿No le llama nada la atención lo que acabo de contarle de su nieta, señor?
- No, hijo. No me llama la atención, porque lo sabía todo.- su respuesta hace que me confunda totalmente.- Siempre he sabido absolutamente todo lo que le ha sucedido a mi nieta.
- ¿Y nunca pensó en hacer nada?- preguntó mi madre.
- ¿Quién te crees que la ha estado protegiendo todos estos años?
- Si la hubiese protegido de verdad como usted dice, no hubiese tenido que pasar por ningún maltrato, ni viola..., ni eso.
- Cuando yo me enteré que mi nieta pasaba por todo ese calvario, ya estaba legalmente casada con ese malnacido, con el beneplácito de mi yerno, pues eso le reportó más dinero y poder. Vamos, podríamos decir que vendió a su hija. Yo no pude hacer nada, porque si no la hubiesen matado. Lo único que pude hacer, fue esperar, aunque me doliese el alma, por lo que le estaban haciendo. Y luego, ayudarla a escapar.
- ¿Y cómo la ayudó si nunca se pudo acercar a ella?- pregunto con burla.
- Estaba mucho más cerca de ella de lo que tú te crees. Tenía a mis hombres vigilándola y protegiéndola, ¿Katherine no te habló de alguien que la ayudó a escapar?- asiento.- Pues ese era uno de los que estaba infiltrado en la mansión en donde vivían. Y tanto la ayudó, que le costó la vida. Ese sicópata en cuanto se dio cuenta, lo mató sin piedad alguna.
- Qué hijo de puta...- suelta Asher.
- Esa boca...- dice mi madre.
- Cuando se fue de ese lugar, justamente de Italia, hice que tomase un tren a Londres, para tenerla mucho más cerca y alejarla de ese degenerado. Nunca pude contar con el apoyo de mi hija, porque ella está bajo el yugo de su marido. Y está tan influenciada por él, que seguramente se lo diría. Aunque mi hija y mis otros nietos, no tengan ni idea, de lo que le ha hecho su padre a Katherine.- podía ver en su mirada la profunda tristeza que guardaba dentro ese hombre.- Y pasaron los años, y yo seguí todos sus pasos. Hice uso de todos mis contactos para que le concediesen la entrada en la universidad, dándole una beca. E incluso facilité los tramites, para el cambio de apellido.
- Mi pobre niña, lo que ha tenido que pasar...- susurra mi madre.
- ¿Entonces está casada con ese maníaco?- digo intentando no explotar de rabia.
- Sí, sí lo está.
- ¿Y eso no es ilegal?
- Lo es, porque la obligaron.
- ¿Y qué podemos hacer para conseguir la anulación de ese matrimonio?
- ¿Y por qué quieres que se anule?- inquiere con sarcasmo.
- Porque quiero casarme con ella.- suelto sin cortarme un pelo.- Para mí ya es mi mujer, pero quiero que lo sea legalmente.
- Que pena que no lo hayas pensado, antes de echarla de tu vida. Te puedo asegurar que con lo cabezota que es, te va a costar convencerla para que vuelva contigo.- añadió con tono de mofa.
- ¡Sí, reconozco que me pasé mucho con ella!, ¡Pero me acaban de informar que ella era hija del mayor enemigo de mi familia, el que nos ha estado robando sistemáticamente durante años!
ESTÁS LEYENDO
El destino que nos une [+18]
RomanceAlexander Spencer. Frío, calculador y mujeriego. Él es uno de los hombres más poderosos e influyentes de Inglaterra. Experto amante pero despiadado en los negocios. Katherine Walker, una mujer hermosa, independiente y soñadora. La cual no caerá ante...