Pov: Katherine
- La que faltaba.- digo poniendo los ojos en blanco.
- ¡Hola chicos! y...tú.- dice Vivian entrando en el avión la mar de feliz hasta darse cuenta de mi presencia.
- ¿Qué estás haciendo aquí?- pregunta Alexander.
Eso mismo me pregunto yo...
- Es que acabo de ir a la empresa ya que quería hablar contigo, y Laurent me ha dicho que os ibais a Italia entonces me dije, ¿Qué mejor manera que aprovechar este viaje para hablar con Alex a solas?
- ¿Y no podías esperar hasta que volviésemos?
Fíjate tú que por una vez voy a estar de acuerdo con el rottweiler...
- Ya..., pero es que me corría prisa hablar esto y además tenía ganas de verte...- lo que dice hace que todos la miremos pero rápidamente aclara con tono demasiado nervioso - Bueno a ti y a tus hermanos claro.
- Está bien.- contesta mi jefe. Hasta que empieza a sonar un teléfono, que justamente es el de él.- Disculpadme, debo contestar.- dice saliendo fuera del avión.
- ¿Querida, puedes levantarte?- me dice Vivian interrumpiendo mi lectura de nuevo.
- ¿Perdón?- le digo girando la cabeza cara ella y dándome la oportunidad de fijarme mejor en cómo va vestida.
En comparación conmigo yo parezco una vagabunda a su lado. Ella lleva puesto un vestido negro entallado en la cintura con unos tacones del mismo tono de punta fina, esto todo lo acompaña con un bolso de mano y unas gafas de sol. En cambio yo llevo nada más que unos vaqueros entallados, camiseta blanca con una chaqueta de cuero negra y unos tenis blancos. Bueno por no olvidar mi mochila pequeñita de los chinos.
Toda ella grita dinero, sin embargo yo no soy más que una simple pobre a los ojos de todos. Y lo que aún no entiendo es como Alexander no se ha podido fijar en ella hasta ahora con lo guapa e inteligente que se ve. Él y ella son la pareja perfecta aunque me cueste admitirlo.
- Me parece que eres un poco sorda, no se si sabes pero tampoco me importa si no, que tengo que hablar con Alex. Así que te estoy diciendo que te levantes y te marches a otro asiento lejos de aquí.- olvidar lo dicho, no es más que una zorra y mentirosa.
Aunque debería no hacerle caso y cantarle cuatro cosas por su forma de dirigirse a mi sin ser la jefa, le hago caso ya que veo que tiene bastante influencia sobre los hermanos. Por lo que me levanto y cuando estoy a punto de acomodarme en el asiento que está justamente en frente de Asher, cuando la oigo volver a quejarse.
- Ahí no.- dice la soberbia de Vivian.
- ¿Entonces, dónde?- le digo intentando calmarme para no ir y partirle los morros.
- Allí.
Me doy la vuelta fijándome dónde señala y veo que es en la parte del fondo del avión, pero aún después de tener que haber escuchado lo que me dijo no conforme con ello me suelta
- Las simples trabajadoras como tú no tienen derecho a estar al lado de los jefes. Así que vete a tu sitio y no molestes más.- por lo cual me marcho hacia donde me señala para no tener que soportarla más.
Iba ya en el capítulo cinco de mi libro hasta me fijé en que Alexander ya había acabado la llamada y regresado al avión, pero nada más acercarse a los asientos y ver que estaba Vivian, rápidamente empezó a buscarme con la mirada hasta que nuestros ojos conectaron durante escasos segundos debido a la interrupción de nada más ni nada menos que la arpía esa.
- ¡Alex, querido!. Siéntate ya, que tengo muchas cosas que contarte.
Pero aún así mi jefe la ignora completamente y sigue su camino hasta sentarse a mi lado, aunque a Vivian no debe bastarle con que haya pasado de ella olímpicamente ya que se levanta y se acerca hasta donde estamos para continuar persuadiéndolo.
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El destino que nos une [+18]
RomansaAlexander Spencer. Frío, calculador y mujeriego. Él es uno de los hombres más poderosos e influyentes de Inglaterra. Experto amante pero despiadado en los negocios. Katherine Walker, una mujer hermosa, independiente y soñadora. La cual no caerá ante...