Capítulo 21: Un problema "muy" grande

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Pov: Katherine

Me encontraba bebiendo una copa de champagne, que acababan de traer los del servicio de habitaciones minutos después de que Alexander se fuera a duchar. Yo mientras seguía leyendo mi libro, al cual ni siquiera había llegado a la mitad ya que un imbécil que tengo a tan solo unos metros de mi, me estuvo molestando durante todo el vuelo.

Le di otro sorbo más a la copa de champagne cuando empezó a sonar mi teléfono, por lo que me levante del sillón que estaba en el balcón y me dirigí a dentro de la habitación, para tomar mi teléfono de la mochila. Una vez lo tenía en mis manos me fije en que era Christian.

- ¡Palomita!

- ¡Chris!- lo saludé animadamente.

- ¿Dónde andas, cari?, ¡que no te veo en ningún lado!

- Es que estoy en Italia.

- ¡¿Cómo?!, ¡¿pero tú que haces ahí?!. ¡¿Te equivocaste de metro o que?!

- ¡No!, es que se me olvidó comentarte que los jefes me dijeron que necesitaban de mi presencia en Italia.

- ¿¡Qué!?- dijo  casi chillando.

- ¡Pero puedes parar de gritar ya que me vas a dejar sorda!

- Sí, sí. ¡Pero cuéntame todo ya!

- A ver, no hay nada que explicar simplemente el día de la reunión que tuvimos con todos los jefes de departamentos.

- ¿Sí?

- Los jefes me dijeron que me necesitaban de mi en su viaje a Italia.

- Ahhh. ¿Pero tu sabes que eso es mentira, no cari?

- ¿Qué?, ¿Cómo va a ser mentira?

- Porque te lo digo yo, amor míoo.

- A ver, entonces explícame ¿porqué me iban a mentir en eso?

- Bueeno, no digo que sea mentira digo más bien que te la han colado. ¿Tú te crees que te van a necesitar en ese viaje?, yo creo más bien que el que necesita de ti es un buenorro fuerte que anda seguramente cerca tuya ahora mismo.

- Chris...- digo sin querer aceptar que lo que me está diciendo mi amigo sea cierto.

- ¿Es o no cierto, cari?

- ¡Por supuesto que NO!- digo medio gritando susurrando ya que acabo de escuchar cerrarse la ducha.

- Asúmelooo.

- ¡No voy a asumir ninguna de tus tonterías!- insisto antes de que escuche como se abre la puerta del baño, pero como estoy de espaldas a la puerta no puedo ver a mi jefe solamente puedo escuchar sus pasos venir hacia mi lentamente.

- Te juro que el día que lo admitas me reiré de ti. Pero bueno, ahora pásamelo que quiero hablar con él.

- ¿Con quién?

De repente noto unos brazos rodearme la cintura y acercarme a un pecho mojado, mientras noto como ese mismo alguien empieza a darme besos a lo largo del cuello, poniéndome nerviosa al instante. Aún así sigo intentando escuchar lo que dice mi amigo.

- ¡¿Cómo que quién?!, ¡¿Quién va a ser?!, ¡¿el papa?!. 

- Y yo-o que-e sée- digo nerviosa, intentando aguantar los gemidos, ya que mi jefe no para de toquetearme, dándome besos y mordiéndome mientras me tiene agarrada fuertemente a él, tanto que puedo notar como su erección va hinchando cada vez más.

- ¡¡El jefazo!!- dios que vergüenza y el nombrado escuchando la conversación... 

- No pued...- digo intentando excusarme para poder colgar, pero antes de ni siquiera intentarlo Alexander me quita el teléfono de las manos y se lo lleva al oído sin soltarme.

El destino que nos une [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora