Hay sentimientos que se forjan con absoluta dedicación y hay otros que nacen sin razón pero son tan inmensos que el precio por asimilarlos es enfrentarlos así como llegaron: fuertes e indomables.
Tamara tembló al sentirse expuesta, mucho más cuando la abuela Ruth se cambió a la velocidad de la luz para irrumpir en la cocina nuevamente; escurridiza como siempre alegó que su turno en el supermercado comenzaba pronto y fue directo a la habitación para alistarse pero la curiosidad de una veterana adivina es una de las fuerzas más poderosa del mundo.
- ¿Sabías que cuando más intentamos huir de la realidad peores se hacen los miedos?
- Ay señora Ruth, que susto - brincó la ojos claros saliendo del baño aún secándose el cabello.
- Ven aquí, te quiero contar algo - señaló la cama tomando un peine para desenredar esa larga melena castaña - cuando Venus me contó que te conoció sentí un tono extraño en sus palabras; me habló de una indigente es verdad, pero más allá de eso, se dedicó a describirte con detalles exactos, tus ojos, tu cabello, el color de tu piel, el tono de voz con la cual la regañaste - confesó haciéndola sonreír por la extraña vergüenza que sintió - me habló de una leona que cuidaba a su cría, me habló de una mujer impresionante, pero también me habló de ese dolor cuando te fuiste sin decir adiós.
- ¿Dolor?
- Supongo que vio en ti algo especial desde el primer momento, su destino estaba escrito, tenía que suceder y tú fuiste la respuesta. Tu eras eso que tanto buscó sin saberlo.
- No le entiendo nada señora Ruth - giró suavemente mirándola de frente - ¿Venus me buscó?
- Mi nieta cerró su corazón al sentimiento luego de sufrir mucho, pero tal parece que le quedó un espacio abierto y por ahí te colaste tú, sin pedir permiso - sonrió al ver la carita de confusión de Tamara.
- ¿Lo que me está queriendo decir es que, ella me quiere?
- Más de lo que te imaginas, pero dime algo ¿Tu la quieres a ella?
- Claro, es mi amiga - se levantó rápido - si me pregunta por lo que escuchó pues solo fue para que esquelética la deje en paz. Yo estoy agradecida con Venus, ha sido muy buena conmigo.
- Ya veo, tiene lógica lo que dices. Entonces la equivocada soy yo, tu no eres la respuesta; seguramente será otra mujer.
- ¡No, otra no! - caminó de un lado al otro aún con esa rabia viva en su pecho imaginándola con alguien más.
- Tamara, hija - con toda la calma se levantó tomándola por los hombros hasta mirarle esos ojitos empañados a borde de un colapso - ¿Le temes a aceptar lo que sientes, solo porque es mujer?
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𝘽𝙀𝙉𝘿𝙄𝙏𝘼 𝙌𝙐𝙄𝙈𝙀𝙍𝘼 ♀♀
RomanceBendito sea el día que el universo unió los caminos de Tamara y Venus. Bendita la suerte de encontrarse cuando la fe estaba perdida. El loco amor de una ingeniera civil que encontró en la indigente con los ojos más hermosos del mundo todo lo que nec...