Los retos de la vida duelen, arden y hasta nos pueden matar por dentro, pero ahí justo al final del camino oscuro hay luces de esperanzas.
Una pesadilla, eso sentía Tamara que estaba viviendo; de esas noches en las que no sabes exactamente que soñaste, hay momentos lindos, otros confusos y algunos tan terroríficos que solo deseas despertar, pero vaya que no estaba dormida.
La abuela la ayudó a levantarse del suelo para ir hasta la sala de espera, su cuerpo caminaba pero su mente divagaba y el alma estaba partida en dos, uno de los pedazos permanecia junto a Venus, rogándole que luchará por vivir.
— Mamiiii — como bálsamo se escuchó la voz de Vida que a penas vió a mamá corrió a abrazarla — ¿Ya nació mi hermanito? ¿Le gustó el nombre que le escogimos?
— Si Vidita mía, ya nació y es tan bello como tú hija, claro que le gustó. Lo veremos en un ratito.
— La tía Adela me dijo que Venus está enferma ¿Es verdad?
— Si mi amor — sin poder contener el llanto respondió con la voz quebrada — es verdad.
— No llores mamita, los doctores la van a curar como cuando fuimos a la playa que estaba enfermita — consoló inocentemente — cuando regresemos a la casa le daré una sorpresa así de grande — abrió los brazos enormes dando una pequeña vuelta con emoción.
— Cuéntale a mami lo que le dirás a Venus mi princesita — intervino Adela entendiendo que a Tamara no le salían las palabras por el llanto retenido en su garganta.
— Ya lo pensé, y si le diré mamá Venus — le susurró la pequeña al oído desatando el sentimiento — ¿Por qué lloras mami? ¿Está mal que lo haga?
— No mi amor, al contrario, se pondrá tan feliz que la llames mamá — sollozó — ¿Sabes que me mandó a decirte? Que te adora, que eres su muñequita.
La pequeña solo sonrió emocionada, sin entender que posiblemente esa sorpresa se vería frustrada, que tal vez jamás podría decirle mamá a Venus o que quizá no volvería a verla de nuevo.
— ¿Podemos ir ya a ver a mi hermano? Por fa mami, por fa.
— Vayan tranquilas — con una sonrisa suave en el rostro propuso Adela — yo me quedo aquí por si se necesita algo.
Tamara cargó a Vida en sus brazos, no deseaba separarse de su pequeñita por nada del mundo; en ese instante era su única fuerza pero al regresar a los cuneros confirmó que su corazón ahora era doble y latía con la misma fuerza por sus dos hijos.
— Mami, es muuuuy chiquito.
— Es precioso, mágico — expresó Ruth embobada viendo al hermoso bebé por el cristal durmiendo plácidamente en su cunita.
— Mami, mamá Venus me prometió que cuando nos mudemos al mar me enseñará a nadar sin flotadores. ¿También a Valentín? ¿No crees que es muy pequeño?
— Pu- pues...
— Le enseñará a los dos — intervino la abuela al sentir el tartamudo de Tamara — ¿Te das cuenta mi linda Leona? Venus tiene promesas que cumplir, contigo y con sus hijos; no hay nada más poderoso que un pacto de amor y eso tiene ella con ustedes, una alianza tan fuerte que alcanza lo imposible, no podemos perder la esperanza jamás.
Pero que difícil era mantenerse fuerte y confiada cuando la persona que tanto amaba estaba luchando entre la vida y la muerte.
Los minutos pasaban implacables en el cruel temor de no saber que sucedía dentro de cuidados intensivos, todas las enfermeras que Tamara interceptó al verlas salir del área decían lo mismo: "no hay evolución" pero nada más.
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𝘽𝙀𝙉𝘿𝙄𝙏𝘼 𝙌𝙐𝙄𝙈𝙀𝙍𝘼 ♀♀
RomanceBendito sea el día que el universo unió los caminos de Tamara y Venus. Bendita la suerte de encontrarse cuando la fe estaba perdida. El loco amor de una ingeniera civil que encontró en la indigente con los ojos más hermosos del mundo todo lo que nec...