Bendito sea el día que el universo unió los caminos de Tamara y Venus.
Bendita la suerte de encontrarse cuando la fe estaba perdida.
El loco amor de una ingeniera civil que encontró en la indigente con los ojos más hermosos del mundo todo lo que nec...
NO TODA AUSENCIA ES OLVIDO PERO HAY PAUSAS NECESARIAS.
Si estas aún aquí junto a mi un GRACIAS se quedaría corto.
Gracias por la paciencia, por la espera, pero sobre todo por el cariño que siempre será correspondido.
Lo prometido es deuda...✨
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Spoiler Alert ⚠️
Capítulo con personajes de otras historias
Cuando los caminos correctos se cruzan en este azar llamado vida no hay poder alguno que juegue en contra para separarlos; y no, no solo son los nexos de amor entre una pareja, hay conexiones más allá de toda lógica, almas que se encuentran para ser familia sin necesidad de que por sus venas corra la misma sangre. Tan desmedidas son esas uniones que deben encarrilarse como un todo para mantener viva la llama del amor.
Dicen que los sueños solo se cumplen si se trabaja por ellos y eso la familia Aristizábal Ruíz lo sabía muy bien.
Luego de la boda llegaron días llenos de cambios, de aventuras, de nuevos comienzos; pero a Tamara y a Venus nada las asustaba. Estando juntas lo tenían todo para salir adelante, reflejarse en la mirada de la otra resultaba un "todo está bien" sin que de sus labios saliera una sola palabra.
La nueva vida como esposas dentro de la casa soñada del pueblo costero se construía en bases de respeto; los cimientos perfectos para darles a sus hijos la seguridad de un hogar, algo que ellas jamás tuvieron.
Venus evolucionó en su blog, incursionando cómo creadora de contenido en ingeniería sostenible con las comunidades que subsistían del mar, ganando cada día más seguidores que admiraban su trabajo; adorando su rol de mamá y hasta ese que jamás imaginó le gustaría tanto: esposa y ama de casa.
Para Tamara no fue complicado extender el negocio de domicilio en los pequeños y grandes supermercados del pueblo, con esos ojazos y una sonrisa — que le regalaba solo a quién ella quería — conquistó a los lugareños durante el día, y en la noche comenzó la carrera universitaria que poco a poco la envolvió haciéndola de las mejores en cada clase, le fascinaba aprender, lo cuestionaba todo y leía incansablemente hasta que, compaginado con el trabajo logró el anhelado título de licenciada en administración, enorgulleciendo a toda la familia, en especial a su mujer quién en las madrugadas de estudio fue el más grande apoyo.
Pero durante el proceso había una pieza clave que aún las hacía sentir un tanto vacías; la abuela viajaba a visitarlos solo de vez en cuando; extrañándolos cómo una loca al separarse, así que en un arrebato de nostalgia — y luego de preguntarle a los astros — vendió su casa al otro lado del país y se instaló en el pueblo junto a su novio, completando una familia que construía día a día momentos de felicidad.
