Rachel no es un monstruo, porque los monstruos no tienen sentimientos, ni remordimiento y claramente ella no era esa clase de persona.
Y su miedo por contarle a Erick sobre nosotras, me lo confirmaba.
Hace unos días, por casualidad, nos encontramos en el lugar de trabajo de Erick y ninguna de las dos pudimos evitar mirarnos y con la mirada decirnos todo aquello que teníamos que callar.
Yo había ido con Erick para pedirle perdón por como lo traté la última vez, claro que solo le pedí disculpas porque Rachel me lo pidió y no por mi cuenta, porque si fuera por mi, no hubiera hecho nada.
Justo en el momento en el cual cruzamos miradas, Tatiana nos sorprendió y aunque no sospechó nada, acordamos que lo mejor sería odiarnos ante los ojos de todos y en secreto, ser amantes una de la otra.
Hace algunos días que no nos pudimos ver en el castillo abandonado porque yo tengo mis responsabilidades y Rachel las suyas.
No me gustó no poder verla, la extraño cada segundo, cada minuto y cada hora, pero lo peor es que ella estaría sola para soportar los ataques sola.
Entré a la habitación y la vi en mi cama, abrazando mi almohada. Ella lloraba, su rostro estaba rojo y lágrimas salían de sus ojos y caían en la almohada.
—Kate... —susurró.
Lentamente me acerqué a ella, me senté en la cama y me acosté junto con ella. Rodeé su cintura con mis brazos y la atraje hacia mí, empecé a acariciar su vientre por encima de la ropa y su piel se erizo.
—Concéntrate en mis caricias, en el latido de mi corazón, en mi aroma y en lo mucho que te amo —le dije dejando un beso en su hombro descubierto.
—Tengo miedo de herirte...
—No lo pienses, porque de tanto pensarlo puede hacerse realidad.
Su mano se fue deslizando hasta que encontró la mía en su vientre, la acarició y unió nuestras manos.
Estuvimos un rato así y la respiración de Rachel volvía a la normalidad.
Debo admitir que no me molestaba acostarme a su lado, era relajante.
Se dio la vuelta para mirarme, se limpió las lágrimas y yo la atraje para tenerla más cerca de lo que ya estábamos.
—¿Mejor? —ella asintió.
—Prométeme que pase lo que pase, no me abandonarás...
Se escondió en el hueco de mi cuello, acaricié su cabello y quedé confundida.
—¿Piensas que te dejaría sola? —ella negó.
—Solo tengo miedo de que no soportes estar en una relación con una anormal como yo —respondió.
Me estiré hacia atrás y la miré con el ceño fruncido.
—Tú no eres una anormal. Tú eres con quien quiero despertar cada día, tú eres con quien quiero compartir el infierno que vivo dentro mío y también quiero que conozcamos el cielo juntas, porque de a dos todo es mejor y si mi vida no es contigo, entonces no tengo motivos para vivir.
ESTÁS LEYENDO
LA NOCHE EN LA QUE TODO COMENZÓ [LGBT] #1 ✔
Teen FictionTodos alguna vez quedamos marcados por nuestro pasado, un suceso que nos abrió una herida incurable, pero no todos pueden vivir con ellos. Kate es una ex asesina que creía que su vida era una desgracia, lo había perdido todo hace muchos años y su co...