Capitulo 42: Amor en la admiración.

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POV Toph.

-Otra vez...-

Dije molesta, no podía dormir bien, de hecho, dormir era la única cosa que no podía hacer, después de no haber podido hacer nada en aquel ataque algo no me dejaba bajar la guardia, era molesto que por mi culpa hayamos salido heridos.

Algo irritada decidí salir a la parte de afuera del barco, habíamos navegado por un largo rato, no sabía a donde nos dirigíamos, solo sabía que iríamos a un lugar lejano.

- ¿Qué haces? -

Me asuste un poco, era Aang quien me hablo, ahora estaba más molesta, ¿no podía sentir la presencia de nadie ahora? Sea como sea decidí tomar asiento, supongo que no debía enojarme con el debido a todo lo que paso, aunque si él pensaba decirme algo para molestarme no dudaría en darle su merecido.

-Tampoco puedo dormir- Dijo este.

-Ya somos dos- Mencione sin mirarle.

- ¿Quieres té? –

-...-

.

-Sabes no suelo preguntar estas cosas, más que nada porque realmente no es algo que me importe, pero, ¿Cómo te sientes? – Mientras él se sirvió algo de té yo busque algo más fuerte para beber.

-Nada bien, pero tampoco es que pueda darme el lujo de estar mal todo el rato- Menciono este sonriendo. ¿Cómo sé que sonrió? Es lo único que hace cuando dice algo que evidentemente le afecta.

-Aun así, hiciste mucho más de lo que yo podría haber hecho-

-No te menosprecies, dude mucho de hacer que tenía que hacer, es por eso que estamos aquí-

- ¿No me culpas por lo que paso? – Pregunté algo intrigada, el negó, siendo sinceros sentía cierto temor, estuve cerca cuando el entro en aquel modo en el que fue capaz incluso de hacer temblar casi todo el lugar, es admirable de hecho.

-No tengo derecho de nada, nadie lo tiene, somos jóvenes tratando de acabar con una guerra y estamos haciendo todo a nuestro alcance, siento que es una prueba complicada, cada día que pasa siento que las cosas no debieron ser de esta forma, que a pesar de todo hay algún otro momento en esta historia en la que debimos haber ganado, siempre que peleamos siento que estamos alargando un fatídico destino, lo peor de todo es que creo que debería ser más positivo- Luego de ese discurso algo triste pensé que ella estaba pasando aun peor que yo, después de todo teniendo todo el poder no logro hacer más nada que defenderse, su intensión nunca ha sido matar o acabar con la vida de nadie, el niño ni siquiera mata un mosquito.

-Sí, esas palabras no son muy alentadoras que digamos- Dije riendo un poco, el suspiro algo cansado.

- ¿Qué piensas tú? – Pregunto Aang a mí.

-La verdad pensaba darte unos golpes, pero, no tengo fuerzas ni para enojarme con nadie-

-Debió ser duro estar sola- Asentí levemente, sin darme cuenta temblé un poco debido al fresco del exterior. Aang me envolvió con una manta, para mi suerte el té aún estaba caliente, el sonrió.

-Sabes, creo que aún tenemos oportunidad de ganar-

-No lo dudes pies ligeros- Dije dándole un pequeño golpe.

- ¿Por qué ese nombre...apodo? – Alce mis hombros, ojalá pudiera verlo, seguramente es alguien lindo o algo por el estilo.

-Cada que caminas no haces una vibración fuerte, parecer una bailarina- Dije riéndome un poco, Aang era una compañía que me daba una sensación de tranquilidad y hasta cierto punto protección.

-Suena bien el apodo, veamos, tu serias...Tophy-

-NO- Dije de manera directa.

-...- Luego de pensarlo un poco, pensé que había sido muy dura, después de todo supongo que los apodos son cosa de amigos y él y yo éramos eso.

-Como sea, mientras sea algo entre nosotros-

-Está bien-

Sin saberlo me quede dormida, por fin había logrado conciliar el sueño, al despertar parecía que aún no salía el sol, no había frio o al menos no lo sentía, decid solo recostarme un poco, me encontraba cómoda y no quería perder esta tranquilidad.

-Tophy...-

Solté un leve suspiro, era una voz suave, emanaba una tranquilidad que no había tenido en muchos años.

Desde que puedo recordar, mis padres nunca me dejaron en paz, no había forma de escapar de aquella época donde no había más que una cárcel, un miedo constante a morir, escapar y enfrentar las cosas que pasaron en esa guerra fue la única buena decisión, mi condena fue estar en aquella isla, rodeada de agua, escapar fue estúpido, casi termine muerta, pero fue preferible a quedar sola. Sin embargo, la única buena cosa que me paso siendo ciega es que nunca me pudieron lavar el cerebro.

-Buenos días Tophy- Caí en cuenta de que donde me encontraba eran los brazos de Aang, al menos eso creía, al final de cuentas...lo triste de no poder ver es que jamás sabré como luce Aang.

OlvidadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora