Blair Dyer es una chica que fue abandonada desde muy pequeña por sus padres en un orfanato y adoptada por su nueva familia, quienes intentaban darle una vida mejor. Sin embargo, Blair se metió en vicios para poder evadirse de la realidad y no será u...
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Narra Sadie
Salí de la cafetería tras escuchar el timbre que anunciaba el fin del receso. Millie iba a mi lado mientras que me contaba anécdotas que nos hacía a ambas reír. Caminamos en dirección a nuestros casilleros, los cuales estaban juntos, y, cuando llegamos, los abrimos para tomar los materiales de la siguiente clase.
―¿Y los chicos? ―pregunté, cerrando mi casillero, echándome en él, colocando el libro en mi pecho y esperando que Millie agarrara sus cosas.
―No sé ―se encogió de hombros y cerró también su taquilla.
―Es raro que no se hayan pasado por la cafetería ―hice una mueca con la cara.
―Quizás están con sus novias imaginarias ―bromeó y ambas rieron―. Oye, ¿y tú con Finn qué?
―¿Cómo? ―fruncí el ceño.
―Ya sabes, en la fiesta del sábado se veía a distancia que se teníais ganas ―hizo una sonrisa pillina―. Es más, creo recordar que os tocó besaros y...
―Lo sé, ¿y? ―intenté quitarle importancia.
―¿No tienes pensado hablarlo con él?
―No sé ―desvié la mirada y vi por la cristalera que daba al patio a los chicos hablando con personas desconocidas para mis ojos.
Me separé de la taquilla y caminé hasta la cristalera. Millie frunció el ceño al ver mis actos y me siguió.
―Tu chico está de nuevo en problemas ―se burló, haciéndome rodar los ojos.
Mi vista se centró en la chica que miraba con mala cara a Finn. Esta estaba retenida por uno de sus amigos, pero se zafó de su agarre con un movimiento brusco y se marchó de ahí, con tres chicos persiguiendo sus pasos. La chica sacó algo de sus bolsillos, algo que parecía ser un cigarro, y se lo llevó la boca. Lo encendió sin parar de caminar e inhaló el humo que desprendía.
―¿Qué habrá pasado? ―preguntó Millie sin apartar la mirada de la escena.
Yo simplemente me encogí de hombros sin dejar de analizar a los desconocidos que poco a poco se alejaban de mi grupo de amigos. Nunca en mi vida los había visto rondar por aquí, ni por la ciudad, y me parecían muy raros.
―Bueno, luego le sacas información a Finn ―pidió con una sonrisa en su boca.
Mi cabeza se giró para mirarla a la cara con aspecto de incredulidad.
―Que te lo diga Noah ―refunfuñé―. Él es el chismoso del grupo, junto a ti, y encima de todo es tu mejor amigo.
―Ya, pero así hablas con tu chico ―amplió la sonrisa, haciéndome resoplar.
