Blair Dyer es una chica que fue abandonada desde muy pequeña por sus padres en un orfanato y adoptada por su nueva familia, quienes intentaban darle una vida mejor. Sin embargo, Blair se metió en vicios para poder evadirse de la realidad y no será u...
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Narra Sadie
Mi cabeza estaba mirando atentamente el libro que tenía delante de mis ojos y se encontraba apoyada en mis manos, cuyos codos estaban colocados en la mesa. Intentaba leer la misma oración varias veces para poder comprender qué diablos me quería decir ese texto escrito en español, pero no había forma para descifrarlo.
Cerré los ojos y suspiré. Me di un masaje con los dedos en la cabeza, metiéndolos seguidamente entre mi cabello pelirrojo, para poder tranquilizarme. Mas era algo imposible cuando el examen era dentro de dos días, más exactamente casi uno, y yo no había avanzado apenas nada.
Ya era sábado por la tarde. Estaba ya anocheciendo y no veía la hora en la que terminara de hacer el ejercicio de la lección de comprensión lectora. Estuve todo el día, al igual que ayer, aprendiendo vocabulario en español y viendo vídeos para captar el acento y averiguar qué demonios dicen. Mas era misión imposible. Los idiomas no se me daban bien.
Me había dejado para mañana la parte de gramática, es decir, la más complicada, ya que era imposible aprenderse tantos verbos y tiempos verbales, y esa parte era la que más contaba en el examen, junto a la comprensión lectora, la cual también se me daba de pena.
No sabía qué hacer ya y las ganas de llorar me invadían.
Agarré un momento el móvil para mirar las redes sociales e intentar distraer un poco a mi mente. Pude ver publicaciones de mis amigos divirtiéndose en la fiesta, mientras que yo estaba aquí estudiando porque era pésima en Español. A quien no vi fue a Millie, pareciéndome raro, aunque quizás ella hubiera pensado quedarse mejor a repasar para el examen como yo. Por ello, vi necesario llamarla para comprobar si podía ayudarme en algo, ya que ya estaba al borde de la desesperación.
Escuché unos cuantos pitidos y al séptimo ella contestó.
―¡Hola, zanahoria! ―gritó y se escuchaba mucho ruido y música.
―¿Estás en la fiesta? ―pregunté para asegurarme, aunque viendo el ambiente no podría ser otra cosa.
―¿Como me la iba a perder? ―cuestionó con una risita.
―¡Milagros, a estudiar que hay examen el lunes! ―se burló alguien por detrás y pude saber perfectamente que era Finn.
Mis fosas nasales se abrieron y solté todo el aire que tenía retenido. Me mordí la lengua para no soltar una barbaridad.
―¡Calla! ―le ordenó y se escuchó un quejido, como si le hubiera dado un golpe en algún lado.
―Pensé que estabas en casa, ya que no te vi en las fotos de los chicos ―murmuré, mordiéndome esta vez el labio, apenada, ya que yo también quería estar ahí con ellos pero a la vez necesitaba concentrarme en mis cosas. Además, la discusión de ayer con Finn aún me taladraba la cabeza.
