45. No me da buena espina.

3K 195 93
                                    

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 45

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 45

ɴᴏ ᴍᴇ ʙᴜᴇɴᴀ ᴇꜱᴘɪɴᴀ

ɴᴏ ᴍᴇ ʙᴜᴇɴᴀ ᴇꜱᴘɪɴᴀ

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Narra Blair

Mis pesados párpados se abrían con dificultad. Intentaba aclarar la vista para poder centrar mis pupilas en algún lugar remoto, pero todo mi alrededor se encontraba tintado de ébano y la oscuridad reinaba en el gélido ambiente. Mi cuerpo se congelaba al recibir una sensación bastante notoria de ausencia de temperatura. No tenía el control de los temblores de mis músculos tras percibir cómo el frío se instalaba en el interior de mi organismo.

El tacto de las yemas de mis dedos palpaban el helado suelo de mármol y el desespero se apoderaba de mi sistema al no saber donde me encontraba. Intenté levantarme, a pesar de la debilidad que sentía en cada uno de mis músculos y huesos, pero una vez con las piernas erguidas, sentí algo aparecer en mi cabeza, tapando de ese modo también los agujeros de mis oídos. Rápidamente mis manos volaron hacia ese objeto y empezaron a toquetearlo para identificar qué era.

Sin embargo, el siniestro ruido navegó por los conductos de mi oído hasta llegar a mis tímpanos. Los auriculares de diadema se aferraron aún más a mi cabeza, haciendo presión en ella y provocando de ese modo que la sien me palpitara. La aterradora música aumentaba el volumen de su zumbido a medida que la melodía incrementaba su velocidad y mi cabeza empezó a marearse al recibir tantos sonidos.

Mis piernas flaquearon y sin darme cuenta ya me encontraba en el suelo de rodillas mientras que mi cuerpo se encontraba encorvado y mis manos sobre esos auriculares, intentando quitármelos para huir del ruido que taladraba a mi cabeza. Mas eso nunca servía, ya que era difícil librarse del diablo encarnado en un objeto.

Mis ojos se encontraban cerrados con rabia, como si eso fuera a espantar el fuerte sonido que me estaba dejando sorda. De igual modo, mis dientes estaban apretados y mi mandíbula se marcaba. Aun así, la mayoría de veces salían diversos quejidos de mi boca. Podría decir que incluso sensaciones de náuseas llegaron a mi esófago y tuve que tragar saliva para bajar todo ese nudo.

Stranger Feelings (Sadie Sink)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora