43. No estás sola.

2.6K 209 91
                                    

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 43

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 43

ɴᴏ ᴇꜱᴛᴀꜱ ꜱᴏʟᴀ

Narra Sadie

Estuve un gran rato abrazándola, sin importar si la posición me incomodaba. Ella se encontraba acurrucada en mi nuca mientras que las lágrimas seguían saliendo de sus preciosos ojos verdes. Me rompía en mil pedazos tener que verla así, pero hay veces que lo mejor es soltarlo todo y desahogarse. Ella siempre se lo ha guardado en su interior y seguramente ya no pudo seguir reteniendo esa aflicción tan fuerte dentro en su pecho. Era la primera vez que la veía llorar y era bastante doloroso escuchar sus sollozos continuos. Nunca me hubiera imaginado encontrármela así. 

Aun así, estaré por y para ella. No iba a dejarla sola y haré lo imposible para quitar ese malestar en su cuerpo y mejorarle sus días.

Cuando ya por fin se calmó un poco, le di un último apretón al abrazo, para hacerle saber que yo estaba con ella y que no la iba a dejar sola. Estuve algunos minutos más con mis brazos rodeándola y protegiéndola, hasta que me separé para comprobar su estado.

—¿Estás algo mejor, cariño? —pregunté, bastante preocupada.

Nada más ver su mirada perdida y brillante por las lágrimas y su mandíbula temblar sabía que solo se estaba controlando por no explotar de nuevo. Llevé mi mano a su mejilla y comencé a acariciarle para proporcionarle cariño y seguridad. Ella cerró sus ojos antes mi tacto y soltó un largo suspiro.

—Me tienes aquí contigo y no me voy a ir a ningún lado... —le comuniqué en un susurro sin parar de acariciarle—. No te voy a dejar sola, ¿vale, mi vida? Estoy aquí... Estoy aquí —volví a abrazarla y le di un beso en la cabeza—. Dime algo al menos —dije tras separarme de nuevo y mirarla a la cara. Sabía que sus pensamientos negativos ahora se encargaban de destruirla y no iba a permitirlo.

—Tengo... Tengo fati-fatiga —murmuró con la mandíbula aún temblando y la mirada perdida.

—¿Quieres vomitar? —le pregunté con tono dulce, acariciando su mejilla, pero ella negó.

—No... No qui-quiero. No... No me gus-gusta —cerró sus ojos y tomó aire.

—Así quizá se te quite algo la fatiga.

—No quiero —respondió con firmeza, pero enseguida sus facciones se descompusieron y comenzó otra vez a llorar.

La volví a abrazar para darle cobijo entre mis brazos y ella se refugió de nuevo en mi cuello. Tras suaves caricias en su cabello y en su espalda, ella poco a poco se volvió a calmar.

—Perdón —sollozó y tuve que morder mis labios y cerrar los ojos para no llorar yo también—. Soy idi-idiota, per-perdón.

—Hey, no digas eso, Blair —murmuré y me separé de ella para agarrarla de las mejillas con mis manos—. No lo eres y no tienes que pedirme perdón por esto.

Stranger Feelings (Sadie Sink)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora