Blair Dyer es una chica que fue abandonada desde muy pequeña por sus padres en un orfanato y adoptada por su nueva familia, quienes intentaban darle una vida mejor. Sin embargo, Blair se metió en vicios para poder evadirse de la realidad y no será u...
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Narra Blair.
Al poco tiempo de conciliar el sueño, me levanté de golpe, evitando así poder quedarme dormida una noche más. La desconfianza rebrotaba en mi interior y no me dejaba descansar tranquila nunca. Posiblemente ese fuera uno de los motivos por los que prefería estar siempre fuera de casa bebiendo y fumando. De esa forma evitaba ver la oscuridad cuando cerraba los párpados de mis ojos.
El silencio inundaba mi alrededor, dejándome solo escuchar las pequeños grillos de la noche estrellada. Me quedé sentada en la cama, en el bordillo de esta, y miré mis pies con detenimiento, intentando quitar todos esos pensamientos negativos de mi cabeza, la cual empezaba a doler. Tras un suspiro, decidí ponerme de pie e ir a por un poco de agua.
Todo el mundo en la casa se encontraba durmiendo en sus respectivas habitaciones, dejando reinar el silencio de la noche. Bajé las escaleras de forma sigilosa, hasta llegar a la cocina, donde misteriosamente también se encontraba Louis tomando un vaso de agua.
―Hey ―saludó al verme y yo hice un movimiento con mi cabeza para luego acercarme al cajón de los vasos―. ¿Tú tampoco puedes dormir? ―indagó.
―No ―contesté y eché agua de la botella en el vaso.
―A mí me pasa igual ―suspiró, llamando la atención de mis pupilas verdes.
―Consecuencias de tener una desgraciada vida ―murmuré con rabia y alcé el vaso de agua para beberme de un solo trago―. Se me hace tan difícil poder dormir sin pensar que en cualquier momento alguien podría entrar por la puerta y...
―¿Lo recuerdas? ―cuestionó Louis, esperanzado con que la respuesta fuera un "no", pero cuando asentí, su mirada se entristeció.
―Como para olvidarlo... ―negué con la cabeza para quitar esos recuerdos de mi cabeza―. Además, los más mayores siempre la pagaban con nosotros...
―Siempre a por los débiles, ¿no? ―musitó Louis con una sonrisa débil.
―Hasta que les plantamos cara y dejamos de ser parte de ese bando ―hablé con rabia en el tono de mi voz.
―Ya... No era justo. Éramos unos simples niños... Eras una inocente niña ―clavó sus pupilas en mí.
Narra Sadie
Me bajé del coche de Mitchell, quien se ofreció a traerme al instituto antes de poner un pie en la Universidad, y me dirigí directamente a la clase que me tocaba. No quería toparme con mi grupo de amigos ya que sabía que me iban a atosigar a preguntas por mi inesperada reacción el día de la pelea. Aún menos quería ver a Finn, quien llevaba todo el fin de semana intentando comunicarse conmigo, seguramente por ese mismo motivo, y prefería evitarlo por ahora para no tener que dar explicaciones que no le incumbían en realidad.
