Blair Dyer es una chica que fue abandonada desde muy pequeña por sus padres en un orfanato y adoptada por su nueva familia, quienes intentaban darle una vida mejor. Sin embargo, Blair se metió en vicios para poder evadirse de la realidad y no será u...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Narra Sadie
El sol hace unas horas había salido de su escondite para anunciar un nuevo día. Blair, por su parte, seguía dando vueltas en la cama mientras que su cuerpo dormía aún, aunque no plácidamente. Parece ser que una nueva pesadilla atormentaba a la pequeña castaña, quien rogaba mediante murmullos poder escapar de las garras de esos hombres. Estuvo así durante toda la noche. Los recuerdos no la dejaban dormir y menos aún después de volver a ver a esa gente.
Nada más entrar en la habitación y verla con el desespero a flor de piel, solté la bandeja en el escritorio y me acerqué a ella. Me senté en la orilla de la cama e intente darle suaves sacudidas para despertarla. No me costó mucho conseguir ya que su cuerpo, después de su desastrosa y peligrosa infancia, siempre estaba en alerta y se despertaba con el mínimo ruido o movimiento.
―Tranquila... Tranquila... ―murmuró y la atraje con mis brazos, permitiéndole encontrar refugio en mi clavícula―. Fue otra pesadilla... Tranquila...
Le pedí que se echara un poco hacia un lado para tumbarme junto a ella y la volví a abrazar. Ella, aún con la respiración acelerada, se aferró a mí y posó su cabeza en mi pecho para poder escuchar los latidos de mi corazón. Algo que me sorprendió de anoche fue descubrir que ese era un método que la ayudaba a tranquilizarse. Por ello, ella durmió durante toda la noche sobre mi pecho para escuchar el bombeo de mi corazón mientras que mis brazos la rodeaban para protegerla.
Me separé un poco de ella y coloqué la mano en su mejilla para observar su rostro, el cual parecía estar algo mojado. Sus brillantes ojos afirmaron mi teoría. Era difícil sobrellevar unos recuerdos tan duros sin tan siquiera llorar de la impotencia y del dolor. Ahí decidí volver a abrazarla para brindarle un poco de calma.
Desde hace tiempo Blair Dyer se sentía sola, a pesar de tener a Natalia y a Louis en su vida. Solo quería hacerle saber que ahora hay una persona más que se preocupa por ella y que estará en todo momento a su lado para poder ayudarla, o al menos lo intentaré.
Tras un rato abrazadas, me levanté para acercarle la bandeja del desayuno, la cual la miró con incertidumbre y sorpresa. Su reacción me pareció de lo más tierno que vi. No pude evitar soltar una carcajada ante eso y ella me miró con una ceja alzada.
En todo momento estuvimos hablando mientras que desayunaba. La sonrisa no se me iba en ningún momento de mi rostro, sobre todo cuando la miraba. Una vez que mis pupilas se clavaban en ella, una alargada sonrisa adornaba mi cara. Incluso podría decir que a veces me dolían las mejillas de tanto sonreír.
Un tiempo después, salimos de mi casa para dirigirnos a la suya. Ella quiso que yo sacara el skate ya que quería verme con él. Me pareció una buena idea, pues luego me serviría para poder regresar más rápido. Por tanto, le hice caso y, una vez que nos alejamos un poco de mi casa, coloqué el skate en el suelo. Me iba a montar, pero clavé mis ojos en Blair y los achiqué mientras que una sonrisa pícara se formaba en mi rostro.
