9. No quiero dañarte

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ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 9
ɴᴏ Qᴜɪᴇʀᴏ ᴅᴀÑᴀʀᴛᴇ

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 9 ɴᴏ Qᴜɪᴇʀᴏ ᴅᴀÑᴀʀᴛᴇ

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Narra Blair

Tras inspeccionar un poco el barrio de la pelirroja para asegurarme de que el hombre no nos había seguido, decidí que sería hora de regresar a casa. Sin embargo, mi móvil me avisó de un nuevo mensaje. Detuve la moto y lo miré por si era algo importarte. Louis me había hablado para decirme que ya estaba fuera de comisaria por fin, preguntarme que dónde estaba y comunicándome que me dirigiera a la casa de Jaeden.

Solté un suspiro de alivio y me guardé el móvil para luego dirigirme a ese punto. Llegué bastante rápido al estar cerca y estacioné la moto. Me acerqué a la puerta y ni tiempo me dio para poder llamar, ya que se abrió antes de lo previsto.

―¿Dónde te has metido? ―cuestionó Wyatt con la mano agarrando el pomo de la puerta.

―Fui a tomar le aire ―le contesté y entré en la casa, pasando por su lado y adentrándome en el salón, donde se encontraban todos sentados en los sofás.

―Si no fuera por Louis, seguiría pensando en que estás en comisaria ―habló Jaeden al verme.

―Me soltaron hace unas horas ―les comuniqué sin dar detalles y me senté junto a Sophia.

―Hola ―saludó ella con una sonrisa.

―Gracias ―le susurré para que nadie más lo escuchara. Ella hizo un gesto con la cabeza, como si no supiera de qué estaba hablando―. La pistola de juguete ―le recordé en voz baja y ella asintió―. Ha sido gracioso verle la cara cuando empezó a echar burbujas ―murmuré y las dos comenzamos a reír.

―¿Qué es lo que os hace tanta gracia, chicos? ―inquirió Jack con tono vacilón.

―Tu madre en tanga, querido Dylan ―bromeé, mirándolo con desafío y provocando que todos empezaran a reír a carcajadas.

―Muy graciosa ―hizo una mueca.

―¿Cómo has logrado salir de comisaria? ―le pregunté a Louis, quien estaba sentado junto a Jack.

―Les conté que la pistola no era mía, sino del jefe de esa banda, y que la tenía entre mis manos porque se la quité para poder defenderte ―explicó con una sonrisa orgullosa―. Por suerte, estaba Killian presente justo en ese momento y lo verificó.

―Killian es el mejor ―opinó Wyatt.

―Yo pensaba en ir a reclamar y poder sacarte de ahí, pero la abogada me aconsejó que sería mejor esperar un poco y dejar que se calmara el ambiente policial ―le hice saber para que no pensara que me olvidé de él.

―¿La abogada fue buena? ―inquirió Jaeden, curioso.

―Sí, gracias por la ayuda, a todos ―me dirigí a todos los chicos.

Stranger Feelings (Sadie Sink)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora