Blair Dyer es una chica que fue abandonada desde muy pequeña por sus padres en un orfanato y adoptada por su nueva familia, quienes intentaban darle una vida mejor. Sin embargo, Blair se metió en vicios para poder evadirse de la realidad y no será u...
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Narra Sadie
Estuve toda la tarde estudiando con ella y la verdad es que me resultó de gran ayuda. Ya no solo aprendía más rápido gracias a sus explicaciones (a pesar de que no fuera una profesora y a veces no tuviera ni idea de cómo hacerme comprender algo), sino que también había ratos en los que nos reíamos y echábamos un buen momento a parte de estar estudiando.
Aun así, hubo una cosa que no paró de molestarme durante todo el día y fue nada más y nada menos que la vibración de mi móvil. Finn no paró de llamarme en toda la tarde y yo no tenía ninguna intención de atender la llamada. No quería distraerme a ese nivel; necesitaba concentración y sabía que si le hacía caso, quizá no iba a salir bien. El comportamiento que tuvo ayer no se iba a arreglar con una llamada y si quería hablar algo, mejor sería en persona. Por tanto, preferí poner en silencio el teléfono.
Ahora, ella se encontraba con mi móvil entre sus manos. Se lo había prestado para que pudiera ver unos apuntes en específico que estaban en la plataforma del instituto. Mientras tanto, yo hacía unos ejercicios de gramática, aunque no en el escritorio, sino sobre una carpeta dura que tenía posada en mi pierna "levantada", cuyo pie estaba sosteniéndose en la cama. De vez en cuando la miraba de reojo, observando cómo leía los apuntes de mi móvil con atención. Eso era algo que aún seguía sorprendiéndome en ella. No me esperaba que mostrara tanto interés y se esforzara tanto por ayudarme.
De pronto, mi móvil ocupó mi campo de visión y en la pantalla anunciaba una llamada. Alcé la vista para mirarla.
―Será mejor que atiendas ―me aconsejó y se recompuso en la cama, sentándose otra vez bien, aunque de forma de indio mientras que me miraba.
―No sé... Mejor luego, cuando terminemos ―opiné con una mueca en la cara y viendo de quién se trataba la llamada.
―Lleva toda la tarde así, Sadie ―me recordó y yo la volví a mirar―. Al menos atiende para decirle que te llame luego o intenta hablar aquello que él necesite. Quizá sea importante.
Se podía notar que se encontraba algo incómoda y sabía perfectamente que era porque la persona que no paraba de llamar e interrumpir la clase era Finn. Ninguno de los dos se podría llegar a soportar en la misma habitación.
En cambio, había una diferencia entre ellos dos que destacaba. Cuando Finn me vio hablando con ella, tuvimos la pelea que ahora estaba en juego, pero ella, sin embargo, me aconsejó que sería mejor hablarlo con él aquello que nos pasara (ya que obviamente no hablé nada con ella sobre este asunto). A no ser que simplemente estuviera cansada de ver las llamadas de él.
Decidí hacerle caso y dejé a un lado de la cama el papeleo para luego salir de la habitación con el móvil en mis manos. Suspiré con los ojos clavados en el nombre que se reproducía en la pantalla, hasta que decidí atender por fin.
